[En edición; solo la escritura y texto, no la trama]
❝Hay veces que no se sabe apreciar un momento hasta que pasa a ser un recuerdo; ni el recuerdo, hasta que se evapora en el olvido.
Hesper Kennedy pierde todo lazo con la realidad, convirtiéndose e...
—A nosotros no nos darían esa placa ni locos. —Le dijo Gus socarrón.
Hesper lo miró con una sonrisa igual, dándole a entender que pensaba lo mismo.
—Por favor, ¿cuando hemos sabido nosotros ser más responsables? —Dijo Hesper con fingida chulería.
Gus rió, y su voz grave resonó por encima de la de Alice que estaba hablando con su novio llamado Frank Longbottom. Sí, la cita al final fue de maravilla y como predijo Hesper, Frank le dio un beso y ella volvió corriendo para contárselo a sus amigas.
Dos mesas más lejos, en la de Slytherin, estaba sentado Evan hablando con Rabastan acerca de lo que habían hablado con ellos sus padres ese verano. Rodolphus, el hermano mayor de su mejor amigo, ya había recibido su marca, y su prima Bellatrix también la había recibido. Barty estaba ansioso por cumplir los diecisiete para recibirla él también. Porque así de mal estaban las cosas, sus padres se habían posicionado del lado de Voldemort ofreciéndole su servidumbre, y él, recibiría su marca más adelante, en dos años. No le importaba, si fuera por él no se posicionaría de ningún bando sino que haría de tercero y observaría. Repudiaba a los hijos de muggles y a los mestizos, menos dos personas. Hesper y Severus eran los únicos que cambiaban el hecho.
Yaxley cumplió con su promesa y sus padres se enteraron ese verano de que salía con una mestiza, aunque las cosas cambiaron cuando supieron el apellido. Pero no cambiaron para mucho, porque luego llegaron los gritos de su madre y los de su padre diciéndole que mancillaba el honor de la familia de esa forma. Que los avergonzaba tanto a ellos como sí mismo. En ese momento odió a Yaxley y a Avery y Mulciber más que nunca. Pensaba que esos dos últimos eran amigos suyos, pues se equivocaba.
—Evan, ¿me estás escuchando? —Preguntó Rabastan desde la mesa de delante.
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Evan salió de su ensoñación para encontrarse con Rabastan mirándolo con ceño y a Barty con una ceja levantada. Inquisidor.
—¿Sigues pensando en Kennedy, tío? —Preguntó Barty en su tono borde de siempre.
—Oye, tómatelo como un consejo, amigo, pero si no cortas con ella pronto, empezarán a vengarse de ti haciéndole daño. —Le dijo Rabastan en tono preocupado. No por la chica, sino por su amigo. Por como saldría parado.
Evan sonrió cínico y delictivo. Si ellos supieran... Hesper podría derrumbar a Yaxley junto con los palurdos de Avery y Mulciber en menos de un parpadeo. La magia que su novia controlaba era de todo menos inofensiva. Y hacía más que daño físico, pero Hesper podría con uno y conociendo a sus compañeros de casa, no les importaría atacar por la espalda. El honor es lo último que podrían tener.
—Hesper es fuerte. Más de lo que crees, Rabastan. —Dijo Evan firme. Estaba apoyando el peso de su cuerpo hacia delante con las manos sobre la mesa.
