Oblivion |Época De Los Merodeadores|

Capítulo 78

—Dos Más Lo Saben—

No fue fácil, ni tampoco rápido. Convencer a Julius de que Rick y Jody eran capaces de guardar el secreto, le llevó casi veinte minutos enteros a Hesper. Su hermana ya estaba pensando en que Hesper se había largado y Rick, que ya la conocía de sobra, igual. En cambio, la de ojos zarcos estaba buscando las palabras adecuadas para demostrarle a su abuelo que aunque incluso si lo supiese su abuela, tampoco lo delataría. Nadie de su sangre iba a hacerlo. Al final, como esperó Hesper de tantos suplicios y promesas que intentaría cumplir, Julius cedió. Jody se sobresaltó al escuchar un grito de victoria proferido por parte de Hesper, Rick se encogió de hombros desmintiendo el hecho de que Hesper se hubiera ido. En cambio, la azabache solo podía sonreír de oreja a oreja como un retrato feliz.

Julius había accedido con la condición de que fuera noche entrada, y que salieran con todos los sentidos en alerta, pues las calles ya no eran seguras ni para los muggles. Al final, Hesper dobló el pergamino y se lo metió en la cinturilla del pantalón como si fuera una pistola, y se bajó la camiseta de rayas por encima para que no se lo viese nadie. Abrió la puerta mostrándoles una enorme sonrisa a Jody y Rick, que la miraron escépticos, pues hacía menos de media hora, Hesper era peor que un duende huraño.

Hesper pasó de ellos y se asomó hacia el final de la escalera para ver si había alguien, luego se giró y cogiéndolos ligeramente por los brazos, los metió en el interior del dormitorio casi sin tocarlos. Cerró la puerta y se giró hacia ellos con una sonrisa que no le cabía en el rostro. A Rick le pareció estar viendo una niña de once feliz con diez mil boletos para montar en las atracciones de una feria.

—Jude ha accedido, pero tenéis que hacer un juramento. Uno de verdad. —Tanto Jody como Rick asintieron al momento.— Muy bien. Jody Amanda Kennedy y Richard Edrien Kennedy, ¿juráis no revelar a absolutamente nadie a cerca de la persona que vais a conocer esta noche?

Rick miró confuso a Jody por el repentino cambio en el semblante de Hesper. Ya no había ninguna sonrisa adorable ni mona, en su lugar había aparecido una cara de póker más seria que nunca, ni siquiera una sonrisa parecida a la de La Mona Lisa. Ambos asintieron casi interactivos estirando los meñiques hacia delante. Hesper estiró los dos pequeños dedos de ambas manos, uniéndolos con los de su hermana y primo.

—Lo juramos. —Dijeron a la vez.

—Oye, hablo enserio. No podéis decir nada sobre Jude a nadie, lo que vais a descubrir hoy es algo que os llevaríais con vosotros a tumba si nos liquidan en esta guerra. ¿Vale? —Rick y Jody miraron a Hesper horrorizados por la forma tan resuelta con la que había hablado acerca de su muerte, como si estuviera esperándola para tomar algo juntas.

Hesper, ya no le temía a la muerte. Julius se había encargado de ser su tutor personal para quitarle ese miedo con varias visitas entre ellos y conversaciones compartidas a través del pergamino. La convenció de que en ese mundo existían cosas peores que la muerte, y por ello, a veces, la gente cuando ya no encontraba la salida de esas cosas horribles, hallan a la muerte como única posibilidad. No la incitaba a ella ni a nadie a ello, pues el suicidio era un tema que se mantenía por los aires, demasiado delicado para hablar sobre él a la ligera. Hesper se preguntó entonces, porque la gente temía a morir. Después de la explicación de su abuelo, solo la veía como un pasaje para el otro mundo. Su abuelo Glenn también se lo había dicho, la muerte significaba viajar a otro mundo tan desconocido y faltado por explorar que si alguien intentaba ver a través de la capa terrorífica con la que nos han enseñado a ver a la muerte, se puede encontrar el mapa de una nueva tierra llena de aventuras inexploradas preparadas para enfrentar a todos los viajeros en todo momento.

—No hables así, fenómeno. —Rezongó Jody con ceño.

—Es la verdad, Didy. Papá y todos intentarán mantenernos lejos de todo este caos, pero es imposible. Jude sabe mucho más que cualquiera, y me ha dicho que nosotros somos los guerreros de esta época. Ellos lo fueron contra Grindelwald. —Le dijo Hesper con tono pacífico.