Capítulo 35

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Hater

Hesper caminaba junto con Evan por el pasillo del tercer piso, hacia la bifurcación en la que cada cual tomaba un camino. Ninguno estaba hablando con el otro, pues, Hesper, para empezar andaba metida en sus pensamientos hasta el fondo, y Evan, solo la miraba a la espera de algo. El beso se lo había correspondido, eso era buena señal, ¿pero qué le diría ahora?

Hesper, en cambio aún seguía pensando en ello. ¿Besar a alguien era eso? Pues le había gustado, era algo raro, ya que nunca antes lo había hecho, ni tan siquiera pensado en ello. Estaba contenta sin saber por qué, solo había sido un beso. Entonces recordó la vez, en la qué llegó su hermana sonriente a casa en las Navidades pasadas, diciendo que oficialmente, Gordon y ella eran novios. En ese momento Hesper pasó de ella, mientras oía a su madre felicitarla y a su padre preguntar quien era el tal Gordon, ya que nunca le había comentado nadie en la casa sobre que a Jody le gustaba alguien.

Ahora, en ese preciso instante, creyó por un solo segundo, y además muy, muy, muy al fondo, que se sentía identificada con su hermana, pero como si fuera en un camino en medio de dos montañas, lejanos. Jody le dijo que no tenía que ser ella la que le pidiera ser su novia.

—¿Por qué no puedo pedírselo yo? —Se quejó Hesper con rareza. «¿Quién es él que había impuesto esa estúpida regla de que los chicos les pidieran las citas a las chicas Pensó en ese momento.

—¡Por qué así ha sido toda la vida, Hesper! ¡No puedes hacer nada! —Gritó exhausta su hermana.

—¿Y qué pasa si es muy tímido o es mudo, eh? —La retó. Le seguía pareciendo una estupidez.

—¡Siempre hay una manera! ¡El tímido coge confianza y el mudo tienes sus métodos para decírtelo! —Volvió a gritar con cara de lamentación por haber sacado el tema. Su abuelo, que estaba sentado enfrente tomándose un té, las observaba divertido.

—¿Y qué pasa si yo quiero pedirle matrimonio a mi novio? -—Volvió a preguntar Hesper confundida. «Enserio, ¿quien es el imbécil que a impuesto estas reglas? ¿Qué pasa si son lesbianas, eh? ¿Donde está el hombre ahí? Gilipolleces Pensó con burla.

—¡AGGG! ¡ESO NO SE HACE! ¡TU SIGUE LO QUE SE HA HECHO DURANTE MILENIOS Y PUNTO! —Chilló Jody.— ¡MAMÁ! ¡SÁCAME DE AQUÍ!

Esa tarde su abuelo se rió de una forma increíble. Siempre que venía de visita terminaba saliendo con una sonrisa de la casa, y siempre las culpables eran sus nietas.

Hesper sonrió recordando ese día, fue épico. Jody salió de la habitación más caldeada que nunca. Vio a lo lejos, la bifurcación entre pasillos, y miró de reojo al chico, el cual miraba en ese momento al frente. Después de romper el segundo beso, ninguno había dicho nada. Hesper porque aún seguía en la luna, y Evan porque quería saber la opinión de la chica antes de lanzarse y caer al vacío.

Evan estaba a rebosar de alegría por dentro. Por fin había hecho lo que quería hacer desde hacía meses, besarla, y lo mejor de todo era que ella lo había correspondido, no lo había rechazado como pensó que haría Hesper Kennedy. Lo que le aumentaba más esa alegría, era saber que ella también había hecho una excepción con él, ¿en qué? Con lo pendientes. Había notado, que la chica no llevaba pendientes nunca, ni siquiera sabía si tenía los agujeros hechos, y luego, se arriesgó mandándole el par de estrellitas. Verla llegar el primer día, con ellos puesto y saludándolo lo hizo sentir una corriente de euforia tremenda, solo ver lo adorable que estaba sonriéndole con ellos lo hizo sonreír más de lo que había sonreído con sus padres. Y si había algo que todavía lo hacía aún más feliz, era el echo de que Hesper no se los había quitado, los seguía llevando.

Oblivion |Época De Los Merodeadores|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora