—En Picado—
Sin varita, estaba sin varita y los dos ineptos que la perseguían le estaban lanzando hechizos aturdidores y petrificadores. Bajó el último escalón sintiendo ya la falta de aire. Los oía correr tras ella, y sabía que con sus cortas piernas no llegaría a ningún lado. «Pruebalo» dijo la vocecita anterior. «Prueba transformarte. Eres un maldito águila. Puedes volar, tonta.» Le reprendió.
Y entonces, lo intentó. Intentó transformarse. Cerró los ojos e inhaló hacia dentro, para luego soltar, sintió la brisa fresca entre sus dedos y no la de la noche. Sus piernas flaquearon y menguaron igual que todo su cuerpo. Extendió los brazos a los lados, como cuando jugaba con Gus a los aviones de pequeños. Entonces, ya no sintió los pies en el suelo.
Miró hacia abajo, y vio que estaba volando, a medio metro del suelo, pero lo estaba logrando. «Mueve las alas. Sientete libre.» Continuó la diciendo la vocecita. Ella obedeció a su subconsciente. Batió las alas, arriba y abajo, y entonces comenzó a tomar altura, cada vez más alto a medida que seguía batiendo con fuerza, y luego, pensó en un documental educativo en el que vio un águila volar, por lo que recordó los movimientos de este, y los comenzó a imitar.
Las balanceó, suavemente y cuando ya pensó que tenía una altura considerable, mantuvo las alas extendidas, sin hacer movimientos mientras planeaba alrededor de la zona, observando con claridad como dos personas salían corriendo del castillo y miraban ansiosos hacia todos lados blandiendo las varitas.
El aire le recorría el cuerpo como el agua en la ducha, se sentía libre, realmente libre. Estaba volando. Dios, ¡estaba volando realmente! No se lo podía creer, estaba volando sobre los terrenos de Hogwarts. Se sintió en ese momento tan especial, tan genial. La única persona que ha conseguido sentir la libertad del vuelo. La única persona que había conseguido volar por sus propios medios.
Ascendió más, hacia las estrellas, y luego, comenzó a planear a sus anchas entre las puntiagudas torres del castillo. Claro está que teniendo un sentido de la visión tan altamente progresado y una fuerza inimaginable en los brazos, cualquiera se sentiría capaz de todo. Entonces, pensó en hacer algo, al que quería hacer desde la primera ve llegó a Hogwarts y que lo mantuvo en secreto. Voló varios metros más arriba, hasta alcanzar la Torre de Astronomía, y se posó en la punta, agarrándose con las garras al decorado metálico que había allí.
Desde lo más alto de todo el castillo, observó toda la extensión del terreno y más allá. Miró a su alrededor con expectación y admiración. Era de noche y veía toda la oscuridad con una claridad que solo se podía soñar con ella. Estuvo en esa posición tanto tiempo que ni lo contó, simplemente se quedó observando el precioso panorama que hubiera deseado compartir con Gus, y con Rick y Lily.
James y Sirius salieron corriendo por la puerta del vestíbulo tan rápido como podían. Habían visto a Hesper en el pasillo, y no necesitaron comunicárselo al otro para entender que debían cogerla al instante. Vio la sorpresa en los ojos de la chica, justo antes de salir corriendo en dirección del vestíbulo. En algún momento, cuando vieron que les llevaba bastante ventaja, los hechizos comenzaron a hacer acto de presencia en el silencioso pasillo.
—¡Petrificus totalus! —Gritó su mejor amigo al lado.
El rayo le pasó justo delante de la oreja, cuando la chica lo esquivó de forma impresionante. Su Desmaius le pasó por encima de la cabeza. ¡Era imposible dar en el blanco! La chica era tan baja, que más bien parecía que estuvieran disparando al suelo, pues si el rayo iba con una trayectoria acertada, Hesper, como si tuviera ojos en la nuca, ladeaba la cabeza o se agachaba más y lo evitaba.
ESTÁS LEYENDO
Oblivion |Época De Los Merodeadores|
Fanfiction[En edición; solo la escritura y texto, no la trama] ❝Hay veces que no se sabe apreciar un momento hasta que pasa a ser un recuerdo; ni el recuerdo, hasta que se evapora en el olvido. Hesper Kennedy pierde todo lazo con la realidad, convirtiéndose e...