—La Verdad Escondida Entre Letras—
El fin de semana pasó de una forma agonizante para Hesper, fue el peor que había pasado en toda su vida. Solía pasarle como el agua por la cargante, pero ese, pasó como si fuera cemento. Gus la ignoraba totalmente, como si no existiera, Lily hacía lo mismo y andaban juntos, también con Marlene. En la mesa de Gryffindor, Gus se sentaba cm Lily, Marlene y Alice y Frank lejos de ella. Ya no se sentaba en su sitio, sino en medio de la aglomeración de gente, casi cerca de Los Merodeadores. Y ella, pues se sentaba donde estaba su nombre escrito en un pegatina bajo la mesa, y a su lado estaba nadie uno y al otro, nadie dos. No se querían ni sentar a su lado, había una diferencia de dos asientos entre ella y el chico de sexto que estaba a su derecha, y del que estaba enfrente de su amigo, que también estaba enfrente de ella.
Al no tener a nadie ya en ese lugar, más que su primo al que le dijo que no andase con ella dejando a sus amigos, la cosa cambiaba. Eso no era algo que funcionaba con ella, no iba a acoplarse a su primo. Rick le dijo que a cualquier cosa que necesitara, él estaría ahí. Hesper se lo agradeció y le dijo que no se preocupara, ella se las apañaría, como siempre había hecho.
Cuando realizaba los últimos TIMOs que le quedaban, sentía como si su cuerpo estuviera cayendo lentamente bajo el agua, sin que nadie se percatara de que se ahogaba en sus propios sentimientos.
Terminaba en veinte minutos el examen de Pociones teórico, y terminó la poción que les requerían en el mismo tiempo récord. En Adivinación, que tocaba el martes, colaron todas la mentiras mientras le leía las líneas de la mano a la profesora Marchbanks y las hojitas de té. Se inventó la mejor trola de la clase acerca de lo que veía en la bola de cristal, y su profesora de Adivinación quiso saltar de la alegría por eso. A Hesper le entraron ganas de salir en cuanto antes de ese sitio, donde todos la mataban con la mirada, pero a ella no le importaban esas miradas. La única mirada que realmente la mataba era la de Gus. Astronomía fue de maravillas, tanto teórico, como práctico. Supo ordenar las lunas de Júpiter bien, y localizó todas las estrellas que hubo esa noche.
Pero aun con todo eso, la siguiente semana la pasó muy mal. La dejaron absolutamente sola, no había nadie ahí, ni siquiera Evan. Fue el cotilleo de los alumnos durante largos cinco días, hasta que salió otro. En esa semana lloró más que nunca en toda su vida, parecía que le habían matado a toda la familia. No se lo dijo a nadie, no le dijo a nadie excepto a Jude que se había quedado sola. Los gemelos, que le escribían todas las semanas, o a veces en días sueltos, se enteraron de algún modo y Molly la invitó de nuevo a La Madriguera en verano para que celebraran ese año su cumpleaños con ella. Le prometió una enorme tarta de nata montada y cereza.
Pero, pese a todo eso, seguía sin sentirse bien. Esa semana fue como cruzar el infierno descalza y con los ojos vendados. Cada vez que veía a Gus le entraban ganas de llorar, le era imposible controlarse, incluso cuando veía a Lily quería llorar. Pero eso sí, estaba enfada con la pelirroja, y mucho. Ella había perdido a su mejor amigo, y va y le quita al suyo. ¿Como había sido capaz? ¿Como había podido llamarla a ella mala?
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Oblivion |Época De Los Merodeadores|
Fanfiction[En edición; solo la escritura y texto, no la trama] ❝Hay veces que no se sabe apreciar un momento hasta que pasa a ser un recuerdo; ni el recuerdo, hasta que se evapora en el olvido. Hesper Kennedy pierde todo lazo con la realidad, convirtiéndose e...