Como extraños

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29 de diciembre

Brandon creyó que sería fácil reconocer a Itzel, pero fue complicado con su nuevo color de cabello. Si no fuera que había ido acompañada de su mellizo, tal vez se hubiera demorado más en ubicarla entre las personas, aunque eso no fue apenas el inicio.

Sus miradas se cruzaron por unos segundos que ni dudó en acercarse a saludarle; sin embargo, ella siguió caminando de largo como si no existiera. Ni siquiera le hizo un gesto, simplemente se alejó para irse junto a sus antiguos compañeros de escuela, mientras Mark sí fue a saludarlo y preguntarle sobre lo que acababa de pasar, porque supuestamente ellos estaban en buenos términos. Lo único que podía hacer era mentir e inventarse cualquier excusa que fuera lo suficiente convincente para que Mark no hiciera más preguntas. Y pareció funcionar.

La novia no tardaría en llegar, así que fueron a sentarse en lo que él buscaba con la mirada a la pelirroja. Ella debía estar en la parte de delante, cerca de los O'Connors; aunque no imaginaba verla conversando alegremente al lado de Kyle. No se sentía molesto, era más una sensación de extrañeza, ya que él en lo personal no estaría conversando con alguna de sus ex-novias, menos cuando una de ellas lo había traicionado. Pero no tuvo más tiempo para seguir pensando en eso cuando empezó a sonar la música en señal de que Freya acababa de dar por iniciada la ceremonia con su llegada.

Se robó toda la atención, ya que después de todo era el personaje principal de la noche. Todo continuó con normalidad, sin ningún tipo de inconveniente como un ex novio o ex novia que se oponía a la boda, aunque había visto a dos sujetos enormes custodiando la entrada por si llegara a existir la posibilidad. Al final nadie apareció e intercambiaron sus votos con tranquilidad para que llegara el momento que todos esperaban para celebrar su unión. También llegó el turno de lanzar el bouquet. Vio a Itzel entre el grupo de solteras, a pesar de que no estaba muy interesada en luchar con el resto. Aún así, sus miradas no se volvieron a encontrar y después de unas horas también la perdió de vista.

Mark todavía estaba en la fiesta, así que no debía estar lejos. Él no la dejaría irse sola, aunque no estaba del todo seguro. Y como nadie estaba interesado en su presencia, le fue sencillo escabullirse hacia los jardines. Ahí estaba ella, sentada al borde de una pileta. No se había dado cuenta de él al estar dándole la espalda, así que la llamó.

—Por un momento pensé que te habías vuelto a escapar —le dijo.

—Podría hacerlo ahora —contestó ella sin girar—. No sería algo nuevo.

—Itzel...No, Mackenzie. Necesito hablar contigo, saber cómo estás. Todo este tiempo traté de contactarte.

—¿Por qué tendría que contestarte? No había motivo. Al final no salí embarazada. No te tenías que responsabilizar de nada y ambos éramos felices por nuestro lado.

—¿Felices? —Exclamó Brandon un poco molesto. Se acercó a ella y la giró para que lo mirara directamente a su rostro mientras hablaba, aunque Itzel mantuvo la mirada baja—. Esa no era la única razón por la que quería hablar contigo. Es cierto que estuve preocupado de la situación. No por el hecho de que posiblemente pudiéramos ser padres, sino por cómo te afectaría a ti. Sé que te lastimé...

—¿Vas a decir algo más aparte de eso? —Itzel fijó su mirada a los ojos de Brandon—. Te dije que no quería verte de nuevo.

—Solo necesito unos minutos —sujetó de su muñeca con delicadeza. Esperaba que ella lo rechazara, pero cedió—. Ahora mismo me siento fatal con la idea de que he perdido toda tu confianza. No fue mi intención lastimarte, jamás lo intentaría...pero no pensé bien en mis acciones.

—¿Ni siquiera pensaste en Sabina?

—No, porque nunca hubo algo con ella —dijo—. Antes de regresar a Dublín me encargué de darle fin a ese acto. No fue tan difícil escoger a la persona que realmente quería.

—No estoy segura de que estás intentando, pero lo que sea... no está funcionando —indicó la pelirroja—. Si eso es lo único que tenías que decir, ya no tengo que seguir aquí. Tengo que despedirme de mis amigos.

—Está bien, lo siento, no fueron las mejores palabras. Estoy nervioso, tampoco es que tenga pensado un monólogo. —Brandon sujetó sus hombros para detenerla—. Es solo que no sé qué decirte para hacer que te quedes... Solo dime que debo hacer para que las cosas regresen a como estaban antes.

— Brandon no sigas. —Notó como la voz de Mackenzie tembló—. No es el mejor momento.

—¿Y cuándo lo será? No me molestaría gritar a los cuatro vientos lo que siento. Podría hacer ahora mismo... ¡Yo am... —Entonces, Itzel cubrió sus labios con su manos para callarlo.

—Ni lo pienses, no he venido aquí a hacer un espectáculo en la boda de mi amiga.

—Entonces, contéstame ¿Qué debo hacer para recuperarte?

—Lo siento. Me tengo que ir, Brandon.

—Si te vas, ya no volveré a buscarte ¿Eso quieres?

No eran las palabras que quería decir, pero ante ese tipo de situaciones, tenía que tomar medidas drásticas. Por un segundo creyó que había causado un efecto en ella al detenerse antes de cruzar por la puerta; sin embargo, cuando vio la expresión de la pelirroja, no supo cómo interpretarlo. Ella le devolvió la mirada en silencio, pero las palabras nunca llegaron.

¿Fue parte del destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora