Casualidades

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Se suponía que iba a ser una noche entretenida en compañía de su novio; aún si se trataba de algo relacionado con su trabajo. Solo tendría que esperar a que él terminara algunos asuntos laborales para que pudieran disfrutar del evento juntos. Ese era el plan, pero pasó casi toda la noche en compañía de un grupo de señoras que no dejaban de criticar a cualquier chica que pasaba por su lado. Empezaban a ser igual de insoportables como el dolor causado por sus tacones, así que estuvo contenta de ver a Cameron yendo a su rescate. Lo único que deseaba era irse a su casa a descansar que ni siquiera le importó que no pudiera acompañarla a pedir un taxi.

Se despidió de él y no perdió más tiempo para ir a tomar el ascensor. Estaba exhausta de todo lo que había tenido que oír y todo el tiempo que tuvo que estar de pie que el silencio del pasillo le parecía reconfortante mientras esperaba. Ya podía imaginarse dentro de su cama yendo a dormir cuando Brandon apareció de la nada a poco metros de ella.

Real o no, los nervios la invadieron y se apresuró a presionar el botón para cerrar las puertas las veces que era posible. Pero a pesar de sus intentos, no fue suficiente ante la velocidad de Brandon.

—¿Tanta prisa tienes para regresar a tu apartamento? —le preguntó Brandon a media voz. Todavía seguía recuperando el aliento—. Porque si realmente no querías verme, me voy a sentir un poco lastimado.

—Prefiero estar sola en los ascensores, sobre todo cuando mi ex novio aparece de la nada corriendo como un loco —le contestó, y se apresuró en pulsar el botón de un piso más cercano para bajarse a esperar otro—. No sé porque harías algo así, si no tenemos nada de qué hablar.

Sin embargo, cuando llegaron al piso, las luces se apagaron por unos segundos. Ella trató de mantener la calma, debía ser una pequeña falla, pero el ascensor no abrió las puertas y tampoco dio indicios de que iba a volver a moverse. No quería creer que habían quedado atrapados dentro de la cabina, pero era exactamente lo que estaba pasando que maldijo en voz alta. Al menos, Brandon se encargó de presionar el botón de emergencia mientras ella trataba de no entrar en pánico.

Era la primera vez que se quedaba encerrada en un ascensor. Su celular no tenía servicio y no sabía cuánto tardarían en llegar la ayuda y lo único en lo que podía pensar era en todas las películas y videos con escenas trágicas en su misma situación. Tenía que calmarse, así que se sentó en el suelo para abrazar sus piernas, incluso se quitó los tacones para estar cómoda.

—¿Eres claustrofóbica? —Brandon habló con una voz suave al ponerse a su lado.

—No —le contestó—. Es solo que es aterrador pensar que estás flotando en el aire. No es que nos vayamos a caer, los ascensores tienen mecanismos de seguridad cuando se quedan colgando en un piso tan alto...Pero si dentro del 0,01% de las probabilidades sucede que las cuerdas se rompan y....

—Te estás alterando un poco...tienes que respirar.

—¡Lo sé! Y ahora tengo que estar atrapada contigo.

—¿Hubieras preferido estar sola? —Ella no contestó—. Lo pensé. Tenemos que esperar con calma, no deben tardar en arreglar el problema.

—¿Ya has estado en esta situación?

—Dos ocasiones, pero sí es la primera en un piso alto con una pelirroja que no quiere verme.

—Si eres consciente de eso, ¿por qué subiste? —Él le lanzó una mirada indignada—. No es que no quiera verte, es problemático ¿No estás con Sabina? —Él negó con la cabeza.

—Creí que era un aburrido evento de negocios. No era la clase de lugar para invitar a alguien.

—Ojalá no se entere. Presiento que se va a enojar por haberse perdido la diversión, sobre todo que ni siquiera la llamaste para preguntarle si todavía quería ir ¿o me equivoco?

¿Fue parte del destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora