Una peligrosa emoción

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20 de febrero, 10:45 pm

Se suponía que iba a ser un fin de semana tranquilo después de recuperarse del fuerte resfriado. Una salida para hacer una de las muchas pijamas pactadas con Freya antes su viaje estudiantil, no para escapar de la policía en medio de una nevada nocturna. No habían hecho nada ilegal, pero su situación se veía complicada por ser menores de edad. Y era preferible huir, que tener que llamar a su madre desde un centro policial tan tarde por la noche. Todavía quería seguir viviendo.

Freya y ella ya habían preparado todos los snacks y comida para ver una maratón de series a lo largo de la noche, o antes que una de ellas se quedara dormida. Ya iban por el quinto capítulo cuando sonó el celular de su mejor amiga. Ella se vio obligada a contestar porque era su madre quien llamaba mientras estaba en las afueras de la ciudad. A lo mejor era para preguntar cómo le había ido en el día, su madre siempre estaba al tanto de ella cuando estaba lejos, pero su llamada se debió por otra razón. Le ordenó que fuera a ver a su primo para saber qué estaba haciendo, aunque ellas sabían que estaba en medio de una fiesta. Lo malo, que unas simples palabras no iba a convencer a su madre, ella necesitaba pruebas contundentes como oír la voz de su sobrino y una foto de los primos juntos. No les quedó de otra que cambiarse de nuevo para hacer una corta visita a Callum. Y como hablábamos de Freya, ella prefería llegar de sorpresa.

Esa vez fueron caminando y sin compañía de Tiber para ir ligeras. Estuvieron hablando de cuál sería la reacción de Callum al saber que las madres superiores estaban al tanto de sus movimientos desde el otro lado de la isla y requerían verificar su estado actual. Al menos, esperaba que estuviera lo suficiente sobrio para hablar con su madre sin meterse en problemas. Sin embargo, Itzel nunca supo cuales eran los castigos que recibían cuando eran descubiertos, era algo así como un secreto familiar que le gustaba que fuera así. Le daba cierto misterio a su amistad con la rubia. Cuando llegaron a la casa de sus tíos, se podía oír la música a todo volumen. Callum tuvo la audacia de aprovechar que sus padres no estaban. Y lo estaba disfrutando al máximo hasta que les abrió la puerta.

—Callum, querido —habló Freya con un tono burlón mientras sonreía.— Ya llegó tu prima favorita.

—¿Cómo se enteraron?

—No tengo idea, solo me llamaron porque hubo algo sospechoso. Entonces, ¿cómo deseas recibir tu sentencia?

—Vamos Freys, me debes una.

—Estamos hablando de nuestras madres, eso no aplica para esas situaciones. Debe haber un lugar donde podamos tomarnos una foto y... —Entonces, se oyó que algo se rompió en miles de pedazos. Los tres cerraron los ojos tras oír el desastre, porque sabían lo que eso significaba—. Oficialmente estás muerto... me avisas cuando es el funeral, nos vamos.

Callum estaba a punto de detener a su prima que ya estaba caminando de regreso cuando se asomó un rostro conocido. La presencia de Adam no era ninguna sorpresa, así que saludaron con normalidad. Él llegaba con la noticia del adorno de vidrio quebrado por accidente mientras los primos se lamentaban en silencio.

La idea era regresar a casa de Freya, pero las circunstancias del momento hicieron que se quedaran. Los primos se quedaron juntos intentando salvar su situación, así que ella tuvo la libertad de caminar por la fiesta. No conocía a la mayoría de invitados, a excepción de los compañeros de Callum y algunos alumnos del equipo de Rugby. No era muy cercanos a ellos, así que solo asintió a manera de saludo antes de alejarse al patio que estaba desolado por el frío.

Adam volvió a acercarse a ella para hacerle compañía, aunque su atención se centró en el bulto que descansaba sobre uno de los muebles del jardín. En un inicio tampoco sabía lo que estaba viendo hasta que se dio cuenta que era la persona que había estado buscando durante un tiempo. Pensaba que Brandon se había marchado sin decir nada, pero al parecer había llevado su propia celebración en el patio. Había varias botellas vacías a su alrededor. Adam trató de despertarlo, pero apenas logró que se moviera de lugar. Bastó con que ella empezara a hablar para que él abriera sus ojos.

¿Fue parte del destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora