Una peligrosa confesión

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Itzel se vio obligada a tener un nuevo corte de cabello a manera de iniciar una nueva etapa en su vida. Todo gracias al patrocinio de su padre que decidió que debía llevar el cabello corto para que no llamara la atención de los jóvenes muchachos que estaban por ingresar a la universidad. De algún modo se llegó a enterar que estaba saliendo con George, bueno, solo había una persona a la que podía responsabilizar, pero sin pruebas, podía ser cualquiera. Y a pesar de que le dijo que no había pasado nada entre ellos, que solo eran amigos, no logró persuadirlo. Era como si hubiera cometido un crimen atroz del que debía sentirse avergonzada. Lo peor fue que también llegó a enterarse de su plan de irse de la casa. Eso no lo oyó de nadie, porqué el mismo fue a registrar su habitación y encontró los folletos y las anotaciones que había guardado sin cuidado dentro de su armario. Al menos se desquitó con su cabello y no tuvo que quedarse despierta por horas por el intenso dolor.

Su cabello volvería a crecer, pero se sentía atrapada en una encrucijada sin saber a quién recurrir por ayuda. Cada noche se había convertido en una tortura para ella, porque no importaba lo que intentara, estaban esas dos misma personas amenazando su vida. Sierra ya se lo había dicho explícitamente, y las acciones de su padre indicaban que también tenía la misma idea si no lograba controlarla por completo como un títere. Aunque su mayor miedo era que nadie le creyera, porque nunca mostró indicios de que ocurría algo malo. Ni siquiera su propia madre parecía notarlo. Deseaba que fuera de ese modo, porque si ella lo sabía y actuaba como si nada hubiera pasado... su mundo se terminaba de derrumbar por completo.

La idea de encontrarse con Brandon para expresarle lo que sentía también se fue desvaneciendo con los días ¿Tenía miedo de encontrarlo? Sí. Era algo normal que se sintiera de ese modo, después de todo, se había comportado muy mal con él. Probablemente era una lucha perdida, lo que realmente necesitaba era irse de su casa. Por varios días estuvo planeando cuándo sería el día perfecto para escaparse hasta algún lugar donde ya no pudiera encontrarla y comenzar desde cero. Llegó a improvisar un par de maletas que terminó por desarmar por la angustia de saber que si salía por la puerta, no había vuelta atrás. No se suponía que ella debía ser la que tuviera que dejar todo. No había hecho nada para merecer todo ese desastre.

***

2 de julio, 4:55 pm

De acuerdo al pronóstico del tiempo iba a ser un día despejado sin ninguna gota de lluvia. Era la perfecta ocasión para salir de casa y evitar los murmullos y acoso de las amigas de su hermana mientras pasaban el día en casa. Aunque la principal razón era buscar un lugar tranquilo donde pudiera pensar sobre lo que sucedió el día anterior. Sin previo aviso, George apareció mientras estaba en su tiempo de descanso de su trabajo. Era la persona con quién menos quería hablar. Por un momento pensó que algo le había ocurrido a Itzel, no podía haber otro motivo. Nunca se habían hablado, apenas un par de miradas en que prácticamente lo sentenciaba a muerte por obvias razones. El tema central fue ella, aunque él solo se quedó en silencio escuchando mientras procesaba todo lo que le decía.

No supo cómo reaccionar ante lo que dijo aquel chico. Recordaba cada una de las palabras que le dijo, pero no lo podía procesar ¿Por qué se había acercado a él solo para hablarle sobre eso? No lo comprendía. Lo estuvo meditando todo el día y la noche que apenas pudo dormir bien. Se puso su chaqueta y salió de su casa sin un rumbo definido. Esa vez dejó su moto en el taller para que le hagan unas revisiones, así que subió al primer bus que apareció en su camino. Quería probar qué tal iba a ser su suerte esa ocasión, que tipo de sorpresa podría recibir.

Se sentó al lado de la ventana para ver las calles mientras pensaba qué haría. Tal vez podía llegar a la ciudad de Bré si tomaba un segundo bus. Disfrutar un poco de la vista de sus costas, quedarse para hacer vivir la vida nocturna de la zona y quizá regresar muy tarde a su casa para descansar. Ya era mayor edad, así que podía darse ciertos lujos. El bus fue avanzando por el centro de la ciudad, Sandymount, Merrion, Booterstown y Blackrock, cada vez más acercándose a la costa.

¿Fue parte del destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora