6:30 pm
Después de un pesado día, lo único que deseaba era un poco de paz en su casa. Antes de llegar, Itzel había recibido una llamada de su madre para avisarle que llegaría tarde y que su cena estaba en el horno. Dejó sus cosas en la sala y verificó lo que su madre le había dicho antes de acostarse en el sofá para descansar unos minutos. Aun era temprano para comer y para preocuparse en las tareas.
Apenas pudo mantener cerrados sus ojos por cinco segundos cuando oyó un ruido proveniente del piso de arriba. En un principio pensó que se lo había inventado, pero volvió a oírse con más claridad. Se suponía que estaba sola, aunque a lo mejor se trataba del gato del vecino que solía entrar a su habitación por una pequeña ventana. No recordaba haberla cerrado en el apuro de la mañana, así que era muy probable que fuera eso.
Sin embargo, no recordaba que el gato hiciera ruidos fuertes cuando caminaba. Se trataba de pasos humanos, había alguien dentro de su casa, porque la idea de fantasmas estaba descartada. Su instinto de supervivencia la hizo recoger el bate de béisbol que había olvidado un familiar durante una visita hacía varios meses atrás. Estaba agradecida de que no hubiese reclamado aún, considerando que era lo único que podía protegerla de lo que se encontrara arriba.
Dentro de su cabeza sabía que debía llamar a las autoridades competentes. Era solo una estudiante de dieciséis años tratando de defenderse a ciegas con un bate, y a pesar de ello, subió sigilosamente por las escaleras. No podía esperar más.
Arriba, el pasadizo estaba a oscuras como cualquier película de suspenso y terror. Los ruidos provenían de la última habitación que casualmente era la suya, y notó una sombra debajo de su puerta. Su corazón empezó a palpitar con fuerza a causa del miedo, pero de todas formas se acercó a la puerta para girar de la perilla. Se mantuvo sujetándola por unos segundos, meditando si debía abrirla de golpe o con sutileza. Entonces, tomó una bocanada de aire y abrió la bendita puerta con la idea de que estaba preparada para defenderse de lo que sea. También, aprovechó para maldecir por lo bajo.
Todo rastro de miedo desapareció de ella cuando vio al causante del ruido. No se trataba del gato del vecino, aunque había hecho su aparición fuera de la ventana, sino de su mejor amiga.
—¡Freya, me has dado un tremendo susto! —le gritó Itzel a su mejor amiga. Al no ser una posible amenaza, apoyó el bate en el suelo—, Espera ¿Cómo entraste aquí?
—La puerta de atrás estaba abierta y necesitaba verte. —Los ojos de Freya se centraron en aquel bate de metal. La joven pelirroja comenzó a ocultarlo detrás de ella—. ¿Pensabas golpearme con eso?
—Si me hubieras avisado, me estaría ahorrando esta respuesta. Bueno, ya me viste... así que puedes irte, perdonaré tu vida por el susto.
La joven dejó el bate apoyado en la pared y luego se lanzó hacia su cama. Sabía que Freya todavía no se iría de su casa por lo que dijo, claramente lo había dicho sin esa intención. No tenía la intención de despedir a su amiga tan pronto la veía, además que se había dado la tarea de ir a su casa. De todas formas, hubiera preferido que la esperara sentada en las escaleras de la entrada como cualquier persona normal.
—Entonces, ¿qué tal fue tu primer día? —preguntó Freya al sentarse a su lado—. Soy toda oídos.
—No estuvo tan mal, mejor de lo que esperaba...aunque la peor parte fue el almacén de artes, deberían demoler ese lugar.
—Me refería a Brandon.
—¿Qué? —Itzel levantó su cabeza—. ¿Qué tiene él?
—Estoy segura que la pasaste mal, hasta yo sé las condiciones de esa pocilga y Tara debió haber dicho algo inaudito que ya me vas a contar...pero no siempre se tiene la oportunidad de pasar tiempo en privado con Brandon Smitch. —Itzel se quedó observando a su amiga desconcertada por lo que acababa de decir—. Podrá ser un cretino, pero no se puede negar que es atractivo. Debo aclarar como tu mejor amiga que él está en mi lista negra, pero no puedo negar lo innegable.
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¿Fue parte del destino?
Novela JuvenilDicen que del odio al amor hay un paso ¿será eso cierto? La historia de dos chicos que viven experiencias y emociones en el transcurso de los años, y de los que nunca se esperaron. Ambos metidos en sus propios mundos y por su lado hasta que de algún...