5 de julio, 3:30 am
Brandon nunca le llegó a creer a Mark cuando dijo que llegaría a despedirse de él en el aeropuerto. Su vuelo era demasiado tarde, y si él estuviera en su lugar, preferiría estar durmiendo que yendo a un aeropuerto. Tal vez eso lo diferencia como amigo, pero había aprendido en esos meses que no había que subestimar a los Stingler. Menos cuando le había preguntado cuál era su puerta de embarque.
Había llegado al aeropuerto con sus amigos cerca de la medianoche para no tener que preocuparse en si llegaran a tiempo o no a la puerta de embarque. Un grupo aprovecharía en buscar un lugar donde descansar por unas horas, y el otro estaría dando vueltas por el lugar hasta que se aburrieran de caminar. Brandon escogió el segundo. Ya tendría tiempo de descansar en el avión.
Pasaron como dos horas cuando decidió que era momento de sentarse a esperar su vuelo. Ya no le quedaba mucha energía y no podía seguir tomando más vasos de café de la máquina expendedora. Sus amigos, en cambio, se quedaron conversando con un grupo de ingleses que encontraron en el camino.
En lo que iba llegando a su puerta, recibió la llamada de Mark. Le pareció raro que le dijera que lo estaba esperando donde le había dicho. No recordaba haber elegido un punto de encuentro con él y entonces vino a su mente el mensaje de hacía unas horas. La idea era descabellada; sin embargo, reconoció aquella cabeza rojiza en los asientos cerca de la puerta de embarque. Llevaba una maleta de mano a su lado, así que solo había una razón posible para que estuviera ahí.
—Te dije que estaría aquí —le dijo apenas se sentó a su lado. Se veía de buen humor a pesar de la hora—. Ella está bien, por si querías saber. Le pregunté sobre Cameron y... bueno, es oficial. Solo falta que mi padre se enteré para que armé una fiesta.
—Si que le tenían mucho cariño, eh.
—No logró ganar nuestros corazones —dijo encogiéndose de hombros—. Pero, no he venido aquí solo para hablar de él ¿Qué vas a hacer después? ¿Te quedarás en Dublín?
—Por el momento sí. Aún no me convocan para algún otro proyecto fuera del país. Aunque prefiero quedarme una temporada en casa.
—¿Crees que seguirás allá hasta fines de septiembre?
—Probablemente, ¿por qué? —No fue necesario oír la respuesta de Mark para saber a qué iba su pregunta. Por un momento se había olvidado de las fechas que se aproximaban—. ¿Van a regresar a Irlanda a celebrar sus cumpleaños?
—No exactamente. —Brandon mantuvo la mirada esperando que continuara hablando—. Nuestro cumpleaños y el aniversario de la muerte de mi madre son el mismo día, así que es más un viaje conmemorativo. Y te lo digo, porque sería la segunda vez que iríamos con mi hermana.
—¿Segunda vez?
—La primera y última vez que fuimos juntos fue en su primer cumpleaños con nosotros. Ella nos acompañó y luego nos dijo que no volvería a ir. Al principio no le encontré sentido, estuve molesto con ella hasta que me enteré de toda la historia en Dublín... pero ahora ha cambiado de opinión. No exactamente para visitar a nuestra madre, pero dijo que quería regresar.
—No te escuchas muy contento con la idea.
—La verdad...no sé qué va a pasar cuando regrese. Menos cuando ese sujeto está caminando libremente por la ciudad.
No había olvidado cómo la noticia afectó a Itzel por días, a pesar de que había un océano de distancia entre ella y ese sujeto. Podía entender que quería superar sus miedos, encontrarse con amigos, pero no iba a ser sencillo para ella.
—Al menos, no estará sola ¿En qué fecha están programando el viaje?
—Una semana antes quizá, aún no sabemos —En eso, Cameron miró la hora en su reloj y se puso de pie—. También tengo un vuelo que tomar, así que nos vemos en unos meses. Tal vez antes que tengo amigos que visitar por allá.
—Solo necesitas llamarme —le dijo y se acercó al pelirrojo para darse un abrazo de despedida.
Al menos, ya sabía que tenía que hacer cuando estuviera de regreso en Dublín.
***
2 meses después
—¿Estás segura de ir? —le preguntó su padre cuando estaban de camino al aeropuerto. Mark ya estaba en Dublín desde hace dos días, así que sería la primera persona que vería saliendo del aeropuerto—. Sabes que estás a tiempo para que de vuelta en u...
—Estoy bien —le contestó sin dejar de mirar por la ventana—. Tarde o temprano tenía que regresar. No puedo estar huyendo todo el tiempo.
—Pero, ¿qué te hizo cambiar de opinión?
—La nostalgia. Tengo amigos que quiero ver —dijo pensando en Freya y Callum, pero el rostro de Brandon también apareció en su mente. Había estado pensando en él en las últimas semanas, pero no había tenido el valor de siquiera escribirle un mensaje.
Las probabilidades de encontrarlo allá eran demasiadas altas de acuerdo a su historial de casualidades. Dublín no era una ciudad tan grande y ambos tenían amigos en común que volvería a encontrar tal vez en la calle o alguna salida, así que alguien le hablaría sobre ella. Si es que Mark no se adelantaba, tampoco la sorprendía si sucedía. Quién sabía lo que estaba haciendo mientras estaba solo, sin supervisión.
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¿Fue parte del destino?
Teen FictionDicen que del odio al amor hay un paso ¿será eso cierto? La historia de dos chicos que viven experiencias y emociones en el transcurso de los años, y de los que nunca se esperaron. Ambos metidos en sus propios mundos y por su lado hasta que de algún...