Revelación de novio

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14 de octubre

La primera semana de prueba había tenido resultados positivos. Hubo algunos percances y roces en el proceso, no iba a ser sencillo que de un día para el otro olvidaran sus diferencias; y aún así supieron cómo manejarlo para no terminar usando los golpes. Al menos durante las horas de detención, porque fuera de ese tiempo eran como un par de desconocidos. Itzel aún mantenía una pared invisible entre ellos solo por precaución, era preferible mantenerse atenta ante cualquier sospechoso comportamiento. Lo más sincero que había visto en él fue la devoción que tenía por Tara. No era ninguna broma que Brandon aún tenía sentimientos por su ex-novia.

La semana también trajo nuevas noticias para ellos. El director Gibbons les comunicó que su hora de detención sería cancelada por falta de profesores para su supervisión. Eso no significaba que se librarían de cooperar con el comité del baile ni estarían libres por los pasillos de la escuela. Sin embargo, eso estaban haciendo por su lado a falta de órdenes.

Brandon regresaba de la cafetería luego de conseguir la última rebanada del famoso pie de manzana que vendían una vez por semana. Era el favorito en ventas, así que no duraba mucho en el mostrador. Por suerte, había logrado un buen trato con la jefa de la cocina para que le guardaran una porción que ni siquiera era para él. Llevaba tomando una lata de energizante cuando se encontró una peculiar escena que incluía una pelirroja que conocía.

De camino al almacén de artes había un pasillo que quedaba al lado de un pequeño patio con jardines donde los alumnos podían ir durante los descansos. La puerta quedaba al otro lado, así que la única comunicación entre ambos lugares era a través de las ventanas. Ahí estaba la pelirroja apoyándose del muro mientras conversaba amenamente con una persona. Reconoció vagamente el rostro del muchacho, se trataba del mejor amigo de Itzel o eso pensaba que era hasta que vio como se besaron durante un largo minuto. Sin querer había encontrado al supuesto contrincante de Adam.

—Así que ese era tu misterioso novio —susurró Brandon cuando se acercó a Itzel. Su voz la tomó por sorpresa que dio una saltó y lanzó una maldición en voz alta.

—No vuelvas a hacer eso —exclamó la pelirroja.

—Entonces, ¿es cierto? —continuó él—. Pensaba que Tara solo estaba mintiendo.

—Tampoco es que fuera un secreto ¿Algún problema?

—No, ninguno. Solo que no imaginaba que estuvieras saliendo con alguien... Se supone que era uno de tus mejores amigos, pero apenas...

—Bueno, ya estás al tanto... así que suficiente con el tema —se apresuró en decir la pelirroja. De repente sus orejas enrojecieron ¿Acaso se estaba sintiendo avergonzada? Brandon sintió el deseo de molestarla un poco más, pero una voz arruinó el momento.

—Aquí están los alumnos que estaba buscando. —El profesor Harford avanzó hacia ellos mientras tenía una expresión sospechosa mientras sonreía—. Requiero de sus servicios.

—Primero evite las malinterpretaciones, Profesor —dijo Itzel detrás de él.

—Bien, necesito que me ayuden con algunas obligaciones importantes. Y no intenten negarse, que se que están libres.

—¿Entonces cuál es la oferta? —preguntó Brandon. Entonces, el profesor le alcanzó un par de billetes—. Esto no está mejorando

—Necesito que compren algunas bebidas y snacks. Están libres y nosotros, los profesores, no tenemos el tiempo suficiente mientras coordinamos su año escolar.

—Okey. Si nos dicen algo no dudaré en usar su nombre —indicó Itzel. Tomó el dinero, lo guardó en su bolsillo y luego giró hacia Brandon—. Vamos.

Brandon no volvió a mencionar sobre la escena de Itzel y su recién descubierto novio de camino a la tienda. La pelirroja tampoco parecía interesada en seguir esa conversación y en ninguna. Cruzaron la salida sin ningún problema, Itzel iba caminando por delante, avanzando con prisa para cruzar la pista. Por lo que se vio obligado a detenerla, jalando del cuello de su polera.

—¿Acaso no te enseñaron a cruzar la pista?

—Estamos en Irlanda —contestó ella con tanta seguridad de su respuesta.

—Eso no significa que te vayas a librar de un accidente. Quien sabe si te conviertes en uno de esos porcentajes desafortunados.

—La vía está libre, así que sigamos —Brandon la liberó y cruzaron con calma la pista—. Deberíamos apurarnos, creo que la tienda cercana cierra temprano.

—¿Qué tal una carrera?... o tienes miedo?

Estaba esperando su respuesta, podía ver que ella estaba a punto de soltar las palabras, pero se retractó. Siguió caminando, solo que le comentó que no estaba en su mejor momento para correr, sino que estaría más que contenta de aceptar el reto y hacerlo comer polvo. Le agradaba su seguridad cuando hablaba.

Consiguieron los productos y regresaron de inmediato a la escuela para entregarlos al profesor Harford, incluyendo un par que ellos se compraron para sí mismo como medio de pago por el servicio. Ya era hora de ir al depósito de artes, así que Brandon continuó hasta que se percató que la pelirroja no parecía estar yendo al mismo lugar que él.

—¿Adónde vas, Rojita? —preguntó Brandon—. El almacén está por el otro lado

—No iré hoy. Tengo una cita en el hospital...

—Cuidado con que te lleven al manicomio —advirtió Brandon con una sonrisa.

—Eres un idiota —contestó Itzel, pero esa vez no estaba seria o molesta, lo había tomado con gracia.

—Me han dicho mejores cosas.

—Nos vemos mañana en detención. —Itzel comenzó a alejarse.

—¡Cuídate de los psiquiatras! —Brandon gritó a lo lejos antes de que ella cambiara de pasillo

—.Y tú de las locas! —Hubo un grito de respuesta.

—¿Para qué? Si ya conozco una —La respuesta se la dijo así mismo en voz baja.

Brandon continuó con sus responsabilidades aún si eso significaba estar solo en un terrible depósito. Lo positivo es que si terminaban antes, ambos se liberarían un poco más de la carga de detención hasta que a Gibbons se le ocurriera alguna idea para mantenerlo bajo control. A mitad de la jornada, recibió la visita de Adam tras finalizar su entrenamiento. No era necesario saber que él no era la razón de su visita. Era fácil notarlo con la expresión de decepción al solo verlo a él en el depósito.

—Lamento no ser quién buscas.

—Espero que Tara te esté recompensando adecuadamente por tu arduo trabajo —Brandon sonrió ante el comentario.

—Oh, sí... Me encargo de ello. Tengo noticias que te podrían interesar.

—¿Cómo cuál?

—Sé con quién sale Itzel Dorrian. Es el tipo que vino con ella a tu fiesta.

—No, no puede ser cierto.

—Estoy diciendo la verdad...

—¿Está en el equipo de hurling, cierto? —Brandon asintió—. Siempre lo he visto acompañado de aquella chica que ayuda a su equipo, pensé que ellos estaban saliendo

—No lo creo... aunque se ve sospechoso.

¿Fue parte del destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora