Recuerdos del pasado

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29 de enero

La casa amaneció en completo silencio. Usualmente el olor a café y el ruido proveniente de la cocina eran los que despertaban a Mackenzie por la mañana, pero Jane había salido a primera hora para hacer unos trámites. Como se había despertado antes de su hora, tenía tiempo para preparar un desayuno decente con la única mano útil que tenía en ese momento. Si bien no tenía la capacidad de preparar comidas muy elaboradas, sabía lo suficiente para no morir de hambre.

Ya se había cambiado de ropa, pero seguía buscando el otro par del zapato que llevaba puesto. Recordaba haber puesto ambos en el mismo lugar para que no se demorara en cambiar, pero había desaparecido de repente. El único lugar donde podía estar era debajo de la cama, así que tuvo que agacharse para revisar. Y en efecto estaba ahí, pero también estaba un antiguo maletín que usaba para guardar cosas importantes. Lo había olvidado por completo su existencia, así que prefirió sacar eso por simple curiosidad. Era como abrir un regalo en navidad, aunque más parecía una visita a un almacén de objetos para la casa.

O eso pensó hasta que encontró una pequeña caja de metal que tenía un dibujo de Dublín y un corazón en la tapa. Lo había dado por perdido en sus últimas mudanzas, pero volvía estar en su mano. Era la única prueba que quedaba de la existencia de Itzel. Dentro había varias fotos de su etapa escolar, con sus mejores amigos y por supuesto, también aparecía Brandon en varias de ellas. Cada foto significaba una historia diferente, recuerdos agradables que provocaban que ella sonriera, pero había otra cosa importante guardada en esa caja. Vació todo el contenido en el suelo para encontrar una pequeña caja de joyería que contenía la cadena que Brandon le entregó antes de dejar Dublín. No pensaba ponérsela, pero en vez de guardarla en el mismo lugar, la dejó encima de su velador.

Se apresuró en ir a su trabajo antes de que se le hiciera tarde. Le quedaban como cuatro meses antes de que su contrato terminara, pero era la primera vez que veía el edificio con poca gente por la mañana. Revisó por si acaso la fecha en su celular, creyendo que se había equivocado de día, pero era un día laboral. No tenía sentido. De todos modos, fue a dejar sus cosas en el casillero cuando Brandon apareció sin ningún tipo de aviso.

—¿Sabes que hoy era día libre? bueno...no todas las áreas tuvieron la misma suerte —informó Brandon—. Pensé que te habían avisado.

—Creo que lo hicieron, pero no llegué a leerlo —dijo, recordando el mail que nunca llegó a abrir por la tarde—. Entonces, me voy yendo.

—Espera.

—¿Ahora qué? ¿No fue suficiente meterme en problemas con Cameron? Él ya sabe que eres mi ex novio y cree que tienes otras intenciones.

—Podría ser cierto. —Brandon dio un pasó hacia ella—. Quiero que estés de nuevo a mi lado. Por alguna razón el destino nos volvió a reunir.

—Destino. —No pudo evitar reírse—. Solo fue suerte, una simple casualidad. Si el destino que tanto aclamas nos quisiera juntos, yo no estaría en una relación. Así que evita causar problemas, por favor.

—¿Entonces, ya no causó el mismo efecto de antes? —De repente, se acercó más a ella. Lo suficiente para que sus ojos quedaran a pocos centímetros. E inesperadamente su corazón comenzó a acelerarse ¿Por qué? Brandon se percató de esa confusión en su mirada y esbozó una media sonrisa—. Parece que acabas de notar algo.

No estaba dispuesta a indagar en ese fugaz sentimiento, así que dio un paso atrás para regresar a la zona segura. Tenía un novio al que quería. Era un efecto causado por los nervios, después de todo, Brandon era alguien apuesto. Debía ser una reacción normal, pero no quería comprobarlo ella misma una vez más.

¿Fue parte del destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora