Territorio neutro

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Contestar sería en vano al ver que la pelirroja se había quedado dormida a su lado. No había ningún taxi cerca, así que solo le quedó llamar a Mark mientras él se aseguraba que siguiera descansando apoyada de su hombro. Había evitado darle muchos detalles de la situación en la llamada, por lo que el mellizo no tardó en llegar acompañado de Jane. Quizá porque esperaba encontrar a su hermana en un estado complicado de manejar.

En lo que Jane se encargaba de llevarla al auto, Mark se quedó de pie a su lado. Se mantuvo en silencio por unos segundos como si estuviera pensando seriamente lo que diría. Su expresión estaba más seria de lo usual que no parecía ser el mismo chico que conocía.

—Entonceees... —se animó a decir Mark—. ¿Ya no volverán a verse?

—¿A qué te refieres?

—Llegué a escuchar, por casualidad, un poco de su conversación en el jardín ¿Realmente se terminó?

—Aún si es recíproco, no puedo obligarla. El destino puede ser así de impredecible, no siempre termina como uno espera —A lo lejos se podía oír la voz de Jane llamándolo desde el taxi.

—Bueno, era tu última oportunidad ¿Sabes que no planea regresar a Dublín? Tenemos un vuelo para mañana.

—Lo sé. —Brandon se levantó con cuidado—. Cuídala por mí.

—¿Eso es todo?

—No puedo hacer más.

***

A la mañana siguiente

—¿Se despertó la princesa? —Mark estaba acostado en la cama de al lado, poco sorprendido de lo que veía. Estaba viendo la televisión mientras sujetaba una taza entre sus manos—. Solo te puedo ofrecer una taza de café instantáneo, bueno... la mitad de lo que queda en la mía.

—¿Y Jane?

—Salió a caminar con ese chico... Adam. Pero eso no importa ahora, ¿no hay algo de lo que quieras hablar? Algo sobre cómo huyes de tus propios sentimientos.

—Es muy temprano para...

—Es el mejor momento. —De repente, se levantó para sentarse al borde de su cama, en lo que ella soltaba un largo suspiró—. No te veías muy bien durante la fiesta, menos cuando estuviste con Brandon.

—¿Nos viste? —preguntó un poco alarmada de lo que pudiera haber oído. Había temas que era mejor que no supiera, pero parecía que estaba siendo un poco paranoica.

—No los vi por ningún lado, así que imaginé que estaban juntos. Luego apareciste como si te hubieran robado tu dulce favorito.

—Debí de verme patética, ¿cierto? —Al menos, Mark solo se encogió de hombros.

—Bueno, el amor puede ser complicado. Puede que haya tenido una novia a inicios de la secundaria por solo medio año, pero he visto muchas películas y series sobre el tema, estoy capacitado.

—Sí, por supuesto —dijo en un tono sarcástico, aunque era más tiempo de lo que había durado su relación con Brandon.

—Ah cierto, mi hermanita ha estado con una persona casi por tres años y tiene un ex... tienes mucha experiencia en el campo.

—La verdad es que Brandon no es mi único ex —indicó Itzel, viendo la expresión de sorpresa de su hermano. Estaba un poco indignado de saber que su hermana había tenido una mejor vida amorosa que él—. Creo que herí tu orgullo, pero no es nada del otro mundo.

—Oh, ahora eres modesta ¿Cuántos? Sin contar a los dos últimos.

—Cuatro, aunque uno de ellos no fue algo serio... el otro un modo de arreglar un corazón roto que falló, pero en ninguno de ellos hubo ese sentimiento de amor... solo era atracción física y confusión entre lo que realmente significaba querer.

—En el caso de Brandon, ¿cómo era la situación? —Ella se quedó en silencio por unos segundos meditando su respuesta.

—Es mi primer amor. De esos que parece que jamás se superan —contestó con franqueza—. Sin embargo, lo arruiné por completo por mis propios miedos. Pensé que el tiempo me ayudaría a olvidarlo. Conocí a Cameron, y todo parecía que iba a funcionar hasta que el camino nos volvió a juntar. Estaba confiada de que ya lo tenía superado, pero siempre estuvo aquí —Tocó a la altura de su corazón—, simplemente no quería aceptarlo.

—A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo —dijo su hermano—. No recuerdo si lo saqué de un libro o me lo dijo un vagabundo, pero creo que es momento que aceptes de una vez...

—Ya no, lo arruiné todo—dijo decepcionada de sí misma al recordar la última conversación.

¿Fue parte del destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora