Última oportunidad

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14 horas antes

En un inicio, su plan improvisado de último minuto en la noche parecía tener mucho sentido en su cabeza, pero en ese momento notó que no sería sencillo sin una forma de contactarse con Brandon. Claramente no tenía su número guardado en su celular y lo peor era que no le quedaba mucha batería. Su única fuente de contacto directo parecía tener el celular apagado porque ni los mensajes tampoco parecían llegarle, así que tuvo que conseguir información a través de otra persona.

Callum estaba descartado, así que solo le quedaba Adam entres sus opciones. Sí o sí debía tener su número o alguna información de lo que estaba haciendo, porque ella pensaba que estaba en Dublín. Ya estaba preparada para conseguir el boleto del avión cuando le dijo que estaba en Francia, en una ciudad que tenía el nombre de Louis. Ya no tenía más tiempo para hacer una llamada más, así que tomó el riesgo y salió directo al aeropuerto a comprar el primer vuelo que encontrara disponible.

En ese punto, no importa lo que pasara. Le dejó una nota a su hermano sin siquiera tomar en consideración cómo estaba vestida o si iba adecuada para el clima. Había sacado lo necesario para tomar el vuelo, así que tampoco iba con demasiadas cosas. Daba la impresión de que estaba huyendo del país luego de cometer un crimen, pero mientras no le dijeran nada, ella seguiría su camino. No encontró un vuelo directo, así que probaría suerte yendo primero a otra ciudad cercana.

Su celular ya no tenía batería para el momento que subió al avión. No había manera de ponerse en contacto con ella por lo que esperaba que su hermano no se volviera loco por su repentina desaparición. Después de todo, él había sido el principal promotor de esa pequeña travesía. Otro punto en contra era la barrera del idioma. Al menos, en el aeropuerto podía buscar ayuda para ubicarse sin tener que pedir ayuda a los locales. También, consiguió un mapa. Todo parecía que iba a salir bien hasta que se dio cuenta que no estaba preparada para la nieve.

Ella llevaba una simple casaca que estaba bien dentro de casa, con calefacción. Los efectos de la adrenalina y emoción del momento desaparecieron cuando vio que estaba nevando en la ciudad. Vaciló por unos segundos, pero de todos modos salió del aeropuerto. No iba a rendirse tan fácilmente ante los obstáculos climáticos. Mientras mantuviera su cuerpo en movimiento todo estaría bajo control.

Sin embargo, con el paso de las horas empezó a sentir los estragos del frío en su cuerpo. Muchas personas que cruzaban cerca de ella la miraban con sorpresa y extrañeza al no estar abrigada como debería, pero Itzel los ignoraba y seguía caminando para no perder el calor en su cuerpo. Pero el frío ya había calado muy dentro de ella. Sus manos y labios se habían empezado a poner morados.

Su búsqueda era casi imposible con la poca información que tenía de Brandon. Algo que ella aprendió, en el tiempo que aún mantenía contacto con él, era que siempre buscaba lugares cercanos a su trabajo para quedarse a dormir. Por supuesto que ella no recordaba el nombre de la empresa y no tenía la certeza de que estuviera en algún hotel de la ciudad. Existía la posibilidad que estuviera en otra ciudad cercana. Era como buscar una aguja en un pajar, aunque ella prefirió mantenerse necia. Haría lo posible por encontrarlo, porque había llegado demasiado lejos cómo para perderlo todo.

Cerca de las diez de la noche, ella podía decir que ya había recorrido toda la ciudad sin hallar ningún rastro de él. Su cuerpo ya no soportaba el frío y ya estaba lo suficientemente cansada como para seguir, así que buscó un lugar donde quedarse a dormir. Sin embargo, sus piernas entumecidas cedieron y cayeron al colchón de nieve mientras intentaba cruzar un pequeño parque. Había llegado a su límite, pero tenía que seguir para no terminar congelada en plena calle. No podía llegar a ese extremo, considerando que estaba cerca.

Si no podía encontrarlo en ese día, todavía tendría tiempo siempre y cuando hallé un lugar donde cobijarse del frío. Vio a una persona a lo lejos, así que intentó ponerse de pie para pedirle ayuda. Por un segundo le pareció familiar la imagen que veía, aunque podía tratarse de una ilusión provocada por el cansancio. Un error, pero si era quién creía que era, necesitaba saberlo de una vez. Logró ponerse de pie por la motivación, así que empezó a acercarse mientras decía el nombre de la persona que deseaba ver, a pesar de que su voz no ayudaba. Tan cerca pero a la vez tan lejos.

¿Fue parte del destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora