2 de octubre, 8:57 pm
En los últimos días, nadie había dejado de comentar y fantasear sobre lo que sería la fiesta de Adam Hollister en su casa. Se suponía que era una reunión privada, aunque siempre se llegaba a filtrar información de lo que sucedía. Nunca se había oído nada ilegal o peligroso, pero la mayoría estaba expectante de los rumores.
Sin embargo, a pesar de ser el tema de conversación del momento, la joven pelirroja lo había olvidado por completo. Bueno, no es que no recordaba que iba a suceder, solo que su cerebro aún no aceptaba la idea de haber sido invitada por el propio anfitrión de la fiesta ¿Cómo era posible? No recordaba algún encuentro con Adam, ni siquiera un intercambio de palabras, siempre lo había visto de lejos al igual que Freya. Posiblemente lo descubriría esa misma noche, porque su mejor amiga se encargaría de llevarla de cualquier modo. En esos momentos, tenía a Freya esperando en la entrada de su casa luego de un exitoso bombardeo de mensajes y llamadas.
—Estás horrible. —Fue lo primero que le dijo Freya cuando abrió la puerta, la joven solo atinó a sonreír.
—Perdóname por no estar siempre arreglada para una sesión de fotos de último minuto.
—Solo esperaba encontrarte un poco más decente, pero descuida... ya llegué para remediarlo.
—Freys, no hagas que me arrepienta de esto.
—Será una noche inolvidable —se apresuró a decir Freya entrando a su casa—. Tenemos que apurarnos, Kyle se nos unirá a las 9:30 para irnos juntos.
***
10:25 pm
Todavía faltaba mucha gente por llegar a la fiesta. Brandon había sido de los primeros al haber estado reunido con Adam desde temprano para ayudarle a mover cosas y compras de último minuto como cualquier amigo hubiera hecho. No lo consideraba su mejor amigo, pero lo conocía los suficientes años como para estar dentro de su círculo social más cercano. A lo mejor si no hubiera dejado el deporte, serían lo que llaman mejores amigos.
Se había alejado del grupo para dirigirse a la cocina para buscar otro vaso de aquella extraña bebida que siempre preparaban para las fiestas (Tenía sus ventajas que gran parte de los últimos de año ya habían cumplido la mayoría de edad para conseguir alcohol). Ya estaba acostumbrado, pero seguía intrigado en saber qué cosas contenía aquel raro brebaje. Lo había intentado descubrir en varias ocasiones sin obtener ninguna respuesta. Era un misterio que a lo mejor debía mantenerse así, tampoco es que estuviera mal.
Salió de la casa y en vez de regresar con sus amigos, caminó en dirección a la rubia que estaba acompañada con su mismo grupo de siempre. La llamó por su nombre en voz alta con una sonrisa al ver como la expresión de Tara cambiaba al verlo. Ella tenía como regla de oro no hablar ni interactuar con sus ex-novios, o al menos eso decía cuando estaba en lugares públicos. A él no le importaba, así que se colocó a su lado.
—Pensaba que no ibas a deleitarnos con tu presencia esta noche —dijo Tara—. Pero me sorprende más que te hayas acercado a hablarme, seremos el cotilleo de la escuela.
—Dudo que eso te preocupe, siempre te ha gustado tener atención.
Brandon bebió un trago de su bebida, esperando el usual comportamiento de Tara cuando la conversación no iba de acuerdo a su plan estando en compañía. Ella giró hacia sus acompañantes y les pidió que los dejaran a solas. Sus amigas se marcharon sin decir nada hacia otro grupo.
—¿Sigues soltera? —Tara dejó salir una risa burlona.
—No te interesa, lo nuestro acabó hace muchísimo tiempo atrás... Ahora tengo nuevas expectativas.
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¿Fue parte del destino?
Novela JuvenilDicen que del odio al amor hay un paso ¿será eso cierto? La historia de dos chicos que viven experiencias y emociones en el transcurso de los años, y de los que nunca se esperaron. Ambos metidos en sus propios mundos y por su lado hasta que de algún...