Todo está cambiando

711 36 0
                                    

20 de marzo

Ese día, la pelirroja cayó de improviso en una reunión en casa de Adam. Callum fue quién le pasó la voz, ya que Freya estaba ocupada con un asunto familiar que no lo incluía directamente. Al inicio no estaba muy interesada en ir por las continuas lluvias, no hasta que le mencionaron que todo iba iniciar temprano. El plan era divertirse con tranquilidad, no había intenciones de promover el acto de beber hasta no recordar. Solo por eso, aceptó ir. Al menos, podría regresar a casa para descansar temprano.

Lo primero que hizo al llegar fue observar a todos a su alrededor para reconocer rostros. Adam fue el primero en acercarse en saludar, pero su mirada se centró en Brandon. Él estaba sentado con un grupo de amigos de último año, estaba sonriendo con tanta naturalidad mientras fumaba un cigarrillo, aunque su mirada estaba en otro lado. Ella siguió aquella línea invisible hasta encontrar el rostro de Tara divirtiéndose en otro grupo. Le causó gracia que estuviera ignorándolo después de aquel acto que hizo en la escuela.

Había llegado con la intención de divertirse y no preocuparse de las relaciones de otras personas, así que optó por ignorar la presencia de Brandon tal como él había hecho y quedarse con sus amigos. Como Callum no tenía intenciones de relacionarse con el resto de invitados fue más sencillo pasar el tiempo sin tener que estar al tanto de lo que sucedía alrededor. Incluso había llevado su guitarra consigo, pero nadie aparte de ella parecía importarle.

Todo continuó con normalidad, hasta que Brandon habló detrás de ella mientras tomaba un sorbo de su bebida. Por poco se atora, pero hizo su mayor esfuerzo para demostrar que estaba bien cuando en realidad se había puesto muy nerviosa. Con sólo escuchar su voz cerca de su oído provocó que su corazón latiera con fuerza.

—¿También vas a tomar hasta olvidar lo que hiciste? —preguntó ella al ver el vaso que llevaba en su mano.

—¿Por qué? ¿Temes que me olvide de tu rostro?

—Bueno, tampoco es que hagas mucho estando ebrio —replicó Callum—. Te aferraste a Itzel como un niño y luego tuvieron que salir a buscarte en plena nevada.

—Me dejé llevar por el alcohol, espero no haber sido un problema ¿No hice nada extraño no? Suelo ser un poco afectivo. —Itzel titubeó y volvió a tomar un sorbo de su bebida para evitar hacer alguna extraña expresión.

—Eso explica muchas cosas —continuó Callum con un tono curioso.

—¿Qué? ¿Yo realmente?

—Bueno, Adam te llevó al final... podrías preguntarle a él.

Era una completa mentira, pero funcionó para alejarlo por un momento. Se lo agradeció a Callum en silencio, aunque pudo notar su mirada de recelo ¿Podría haberse dado cuenta? Aún si fuera de ese modo, no le dijo nada y continuó tocando su guitarra.

Se quedó a su lado por un rato más y luego fue a caminar por los alrededores para ver un poco lo que estaba pasando. La mayor parte del grupo estaba reunido afuera en el patio, aprovechando que había dejado de llover. Los otros se refugiaban dentro de la casa, parecían estar divirtiéndose más, aunque Itzel prefirió no acercarse mucho al ver a Tara metida ahí. Quería evitar problemas innecesarios y estaba bien sin tener que estar cerca de ella. Se había librado de la presencia de Tara por esos meses, así que lo mejor era tomar una sana distancia.

Iba a regresar con su amigo, pero su lugar ya había sido ocupado por otra persona. Parecía que estaban inmersos en una interesante conversación, por lo que buscó otro lugar donde pudiera tener una mejor vista de la fiesta. Durante su camino, un chico apareció a su lado para darle un vaso con bebida al notar que el suyo ya estaba vacío. Ella lo aceptó de manera automática, aunque solo bastó que lo acercara a su nariz para sentir todo el alcohol vertido en él. Desde luego que no pensaba beber, solo le agradecería y desaparecería de su vista para deshacerse de él. Sin embargo, el chico quería verla tomar. Con o sin buenas intenciones, ella no probaría su suerte. Lo más sencillo era dejar caer el vaso por error, una torpeza por sus dedos entumecidos. Lo hubiera hecho si no fuera que alguien se encargó de quitárselo de sus manos.

¿Fue parte del destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora