Una persona poco agradable

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Al día siguiente, 4:30 pm

La idea de sabotear el baile rondaba por la mente de Itzel durante cada minuto que estaba en el depósito. Tenías miles de razones para hacerlo, principalmente para ver el rostro enojado de Tara al ver que su soñado baile no se lograría tal cual sus planes. Estuvo cerca de destrozar todo, pero se contuvo. Ella no era ese tipo de persona, además que sus planes podrían fallar por el factor Brandon. Él era uno más del grupo que la seguía ciegamente.

No era el trabajo más divertido del mundo, considerando que era obligatorio, pero no había días como ese donde preferían no hacer nada. Aún faltaban dos meses para el baile, no había motivo para apurarse. Además, el clima tampoco ayudaba con el humor, había estado lloviendo desde temprano y parecía que no iba a detenerse hasta después de unas horas. Como no había espacio suficiente para las cajas que habían tenido que llevar, tuvieron que sentarse al lado de la puerta.

Se mantuvieron en silencio todo el tiempo. Brandon aprovechó en tomar una siesta, así que no era necesaria la charla, mientras que ella optó por escuchar música y observar si había algún detalle nuevo en el depósito que no hubiera notado antes como, por ejemplo, la mancha de una pisada en el techo. No quiso imaginar cómo llegó eso ahí, de solo pensarlo se sentía cansada. Ya estaba mejor que el día anterior, pero su madre exageró un poco con los medicamentos y vitaminas cuando se enteró del percance de su desmayo, a pesar que le menciono que ocurrió solo por el sobreesfuerzo que había hecho. No era tan serio su caso.

Al recordarlo, miró hacia Brandon sin querer. Seguía intrigada por su comportamiento en la enfermería. Por un lado, se decía a sí misma que debía dejar de pensar en lo sucedido, solo ignorarlo; sin embargo, existía una parte dentro de ella que quería entender a Brandon y sus acciones. Se supone que a él no le interesaba nadie que no sea él o alguien de su círculo más cercano. Y ella no cumplía ninguna de esas condiciones hasta podría afirmar que no era de sus personas favoritas ¿Verla en ese estado activó el lado humano de Brandon?

—¿Por qué me miras tanto? ¿Ya te enamoraste de mí, Rojita? —La voz de Brandon interrumpió su monólogo interior. Solo bastó ver su sonrisa petulante para borrar cualquier pensamiento positivo de él que había tenido en esos minutos—. Al menos disimula un poco que te desagrado, hieres mi sentimientos.

—Dudo que te afecte —contestó ella sin ningún rastro de fastidio, a lo que Brandon mantuvo una sonrisa pequeña—. Y deja de llamarme Rojita.

—¿Deberíamos inventar una excusa e irnos de aquí?

—Bueno, yo tengo el pase libre tras lo que pasó ayer. Dudo que sean benevolentes contigo —dijo ella. No era algo usual que se fijara en su compañero, pero se percató de algo—. A menos que hagas pasar esos golpes como un reciente accidente mientras movías esas cajas.

—¿Cómo ...

—No es la primera vez que vienes con lesiones, mayormente no parece importante venir con las pruebas de que te partieron la cara. Al menos esta vez fue más sutil, creíble para hacerlas pasar por una caída —comentó Itzel mientras se levantaba de su lugar—. Pero dudo que Gibbons te crea.

—¿Entonces, porque no aprovechas en irte? —preguntó Brandon.

Itzel se quedó en silencio. No quería decirle que no deseaba ir a su casa y tener que tomar miles de vitaminas y brebajes extraños que su madre iba a preparar para ella llegando a casa.

—Hay una intensa lluvia allá afuera, no quiero resbalar en la vía pública —le contestó ella señalando hacia la inexistente ventana—. No falta mucho para que termine esto, así que podríamos tener una conversación civilizada para no morir de aburrimiento ¿Por qué no cuentas algo? nunca hablas de ti... eres complicado de leer ¿sabes?

¿Fue parte del destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora