Tiempo fuera

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27 de agosto

Parecía que los desayunos se habían convertido en momentos importantes para dar anuncios entre los Dorrian. Llegó el turno de su padre para dejarla sin palabras al decir que iban a iniciar su nueva vida como familia en su ciudad natal, Galway. Lo primero que hizo al oír eso fue mirar a su madre para confirmar que sólo era una broma, pero realmente estaba hablando en serio con el viaje. Itzel comenzó a reírse de la audacia que tenía ese hombre para tomar decisiones en nombre de la familia ¡Un padre dedicado! Apenas llevaba una semana conviviendo con ellas y ya quería llevarlas al otro lado del país, era ridículo. No bastaba con ser su padre para seguirlo a ciegas a una nueva ciudad. Menos cuando sus clases estaban por iniciar, no podía dejar su vida así como si nada por un simple capricho.

—Necesitas un lugar que esté lejos de todos los excesos de la capital —continuó su padre con calma mientras leía el periódico—. Tienes que concentrarte en tus estudios para entrar a una buena universidad.

—¿No puedo hacer lo mismo desde aquí? Es mi último año...quiero estar con mis amigos, mi novio... tengo una vida aquí. —No hubo ningún tipo de reacción de su parte hasta que mencionó a Brandon. Su mirada se clavó en ella, intensa y escalofriante, como si hubiera dicho algo escandaloso por lo que debería sentirse avergonzada.

—Conocerás nuevos amigos allá. Las amistades y noviazgos van y vienen, no te aferres a ellas. No seas tan sentimental, tal vez con la distancia te des cuenta que ese noviecito tuyo no vale la pena.

—¿Y los chicos de Galway son mejores? —exclamó con ironía.

—Sí, aunque sería mejor que te mantuvieras alejada de los chicos. Darías una mala imagen. —Itzel iba a refutar, pero su padre continuó—. Ni vuelvas a mencionar a tu novio ese. Hasta ahora no lo conozco, así que debe haber una razón por la que aún no me lo has presentado

—Estoy esperando el momento oportuno para hacerlo. No quiero que él se lleve una mala impresión ¿Al menos puedo quedarme en casa de un familiar hasta terminar la escuela? —Esa vez se dirigió a su madre—. No pueden hacer planes sin considerar mi opinión.

De repente, su padre golpeó la mesa.

—Nos iremos todos y punto. Eres menor de edad, así que tienes que obedecer a tus padres.

—No falta mucho para que cumpla dieciocho, así que tus palabras quedan en el aire —indicó ella con una sonrisa soberbia—. Tuviste diecisiete años para cumplir tu sueño de tener una familia encantadora, ya es un poco tarde.

—Mientras la ley esté de mi lado, obedecerás. No esperaba que fueras tan testaruda ¿Acaso no quieres una familia completa y feliz?

—Hace años que dejé de tener ese sueño. —Entonces, se levantó de la mesa—. Gracias por la comida.

Dio una última sonrisa falsa y se dirigió a su habitación, mientras oía cómo su madre trataba de disuadirlo para que tuviera consideración en lo que dijo. "Solo necesita tiempo", fue lo único que llegó a escuchar mientras subía las escaleras. Dudaba que eso fuera suficiente para hacerlo cambiar de opinión.

En la privacidad de su habitación, llamó a Brandon para contarle lo que acababa de suceder. Hasta ese momento sólo le había comentado que estaba conviviendo con su padre bajo el mismo techo sin entrar en muchos detalles. No tenía mucho que decir sobre él en esa semana, aparte del hecho de que no se sentía muy cómoda cerca de él. Sin embargo, su llamada terminó en el buzón de voz. Volvió a intentarlo una segunda vez con el mismo resultado, así que esperó a que él le enviara un mensaje donde pusiera que no podía contestar; pero tampoco llegó nada. Debía de estar muy ocupado para revisar su celular.

¿Fue parte del destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora