Capítulo dos

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Sentía las miradas de los chicos sobre mi, pero ni si quiera pude devolvérselas porque cuando me había dado cuenta ya me encontraba corriendo hacia la salida de la cafetería.

No me detuve hasta estar afuera y recargarme en la pared de la vuelta. Mi respiración se había vuelto pesada y sentía como si mi corazón fuese a salir de mi pecho en cualquier momento. Mis manos temblorosas y cubiertas por una ligera capa de sudor helado, como el de mi frente, y en mi mente sólo podía reproducir la fotografía de Tyler en la pantalla de la televisión una y otra vez. ¿En serio eso acababa de suceder? ¿Tyler había desaparecido?

― Josh ―Dallon había sido el primero en salir a verme. No respondí ni alce la vista, sin embargo, él se acercó lentamente hasta quedar de frente a sólo unos centímetros ―. Está bien si quieres llorar, puedes hacerlo ―me dijo con una voz suave y tranquila. No pude resistir más.

Las lágrimas comenzaron a brotar rápido de mis ojos mientras él me rodeaba con sus brazos y me permitía aferrarme a él.

Dallon era el único que sabía lo que había pasado entre Tyler y yo, el único al que le había confiado algunos fragmentos de mi corta historia con aquel tímido, silencioso y misterioso chico delgado de cabellos castaños. Y no era porque yo no pudiera confiar en Brendon y Pete también, todos éramos muy buenos amigos, los quería por igual y sabía que me apoyarían en todo, sino porque había sido una petición especial de Tyler.

― ¿Por qué él? ―cuestioné, aunque sabía que mi amigo no tendría la respuesta a la pregunta que acababa de formular.

― Quisiera saber lo mismo ―dijo después de soltar el aire que parecía haber estado reteniendo desde que me abrazó. Se separó un poco de mi para verme a los ojos ―. Lo siento mucho, Josh, sé lo importante que es para ti ―"Es", agradecí internamente porque usó esa palabra y no "era". Me daba esperanzas.

― Van a encontrarlo, yo lo sé ―lo miré a los ojos sintiendo un enorme nudo en mi garganta―. ¿V-verdad?

― Lo harán. Volverás a verlo, te lo prometo ― esbozó una pequeña sonrisa palmeando suavemente mi hombro, y ambos volteamos al escuchar a Brendon y Pete llegar con nosotros.

― Van a encontrarlo, amigo ―me dijo Brendon. Su rostro expresaba una mescolanza de miedo, angustia y confusión.

Bee no era el mejor demostrando sus emociones, siempre se mostraba como el chico alegre y bromista quien no podía decirle que no a una fiesta, pero con nosotros era distinto, era él mismo.

Asentí, limpiando mis lágrimas con el dorso de mi sudadera para acercarme a él y abrazarlo, luego a Pete, quien me estrujó con fuerza haciéndome reír levemente.

― Muchas gracias, chicos, de verdad ―les agradecí sinceramente. Tenía a los mejores amigos del mundo a mi lado y no podía sentirme más afortunado.

― Para eso estamos, pequeño Josh ―dijo Pete.

― Para eso y para llevarte por el mal camino ―añadió Brendon y todos reímos.

Miré mi celular para revisar la hora. 7:50 AM, sólo teníamos diez minutos para llegar a la escuela, así que tomé mi mochila que Pete me había traído y comencé a caminar.

― Oye, oye, ¿a dónde crees que vas? ―me preguntó Brendon, deteniéndome al poner una mano en mi pecho.

― A la escuela ―respondí y todos negaron.

― Nosotros sí, tú debes regresar a casa y descansar.

― ¿Qué? No, tengo que ir a la escuela, ¿qué tal si dicen algo sobre Tyler?

Slowtown | JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora