Slowtown | Joshler

Capítulo cuarenta y tres

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― Y luego la tomas del extremo y la pasas por encima hasta formar un nudo ―me explicó Brendon.

― ¿Así? ―pregunté.

― No, pero casi.

Nos encontrábamos en la habitación de mi amigo y él me enseñaba como atar una corbata.

― ¿Qué tal ahora?

― Pensé que te ayudaba a lucir elegante, no a asfixiarte ―ambos reímos y lo dejé hacerlo correctamente.

― Gracias por el traje y por todo―sonreí.

― Claro, cuando quieras ―terminó con la corbata y continuó con mi cabello―. ¿Y quién es la afortunada? Por cierto.

― Oh ―baje la mirada, apenado.

― No me digas que te arreglamos tanto para que vayas a una aburrida cena familiar o algo así ―dijo.

― No, no, de hecho, es mi primera cita.

Por la forma en la que me miraba Brendon, pude saber que mis mejillas se habían tornado de un tono rojizo y no pude evitar reír.

― ¡Eso es increíble, Joshie!

― Sí, bastante ―dije.

― ¿Hace cuanto pasa esto? ―quiso saber.

― Bueno, nos conocemos desde hace casi tres meses y realmente no sé cuándo comenzamos a tener algo, pero creo que tuvimos una conexión desde el primer momento en que nos vimos ―vi a Brendon―. Deja de mirarme así.

― Lo siento, es que no puedo evitar sentirme como mamá orgullosa ―fingió limpiarse unas lágrimas imaginarias―. Y bien, ¿quién es ella?

― Bueno ―respire profundo, armandome de valor y solté un suspiro― es un él ―levanté la mirada―. Me gusta un chico.

○

La siguiente hora estuvo dedicada a un enorme interrogatorio que abarcó todo tipo de preguntas, desde el nombre de ese chico misterioso, hasta si sabía como mantener relaciones sexuales con alguien de mi mismo sexo, lo cual me causó mucha gracia.

No le revele demasiadas cosas, sólo lo que necesitaba saber, como la manera en la que me hacía sentir el castaño y lo mucho que lo quería y apreciaba su compañía.

Yo estaba muy feliz de por fin poder contarle sobre ello a mi mejor amigo y él, por su parte, estaba encantado. Lo único que podía mejorarlo sería revelar la identidad del chico que robó mi corazón, pero ahora no podía, y eso estaba bien.

― Algún día tenemos que tener una cita doble.

― Por supuesto ―asentí con la cabeza―, pero hasta entonces, debo darme prisa si quiero llegar a tener la primera.

― Oh, claro ―nos levantamos de la cama y me di un último vistazo al espejo―. Tranquilo, le vas a encantar.

― ¿Tú crees? La verdad no estoy tan seguro, en este momento creo que podría vomitar o salir corriendo.

Y no mentía, estaba muerto de nervios, no sólo por el hecho de que está sería mi primera cita, sino también porque estaba por salir con el mejor chico del mundo y temía estropearlo.

― Todo estará bien, Joshie. Por lo que me contaste, a ese chico ya lo traes loco por ti, así que no hay nada que temer. Sólo diviértete y se tú mismo.

― Divertirme y ser yo mismo, entendido ―suspiré y lo abracé―. Gracias, Bee, te quiero.

― Y yo a ti, Joshie ―besó mi mejilla―. Ve por él, mi pequeño ―me llevo hasta la puerta y me dio una palmada en el trasero al salir de su habitación.