Slowtown | Joshler

Capítulo treinta y tres

Desperté sintiendo un profundo dolor de cabeza y un apetito insaciable. Me encontraba tirado boca abajo sobre una cama, sin camisa, no tenía ni idea de donde estaba, excepto que no era en mi habitación, puesto que esta estaba decorada de rosa en diferentes tonalidades.

Me puse a pensar sobre lo que había pasado la noche anterior, tratando de recordar en que punto había llegado a eso, pero entre más lo intentaba, más incrementaba el dolor.

Escuché un ruido a lo lejos, así que me levanté como pude y fui hasta el baño para lavar mi rostro y enjugar mi boca. Dejé la habitación en orden, me puse mi camisa y salí de ella, encontrandome con Pete en el pasillo y un desastre en el suelo.

― Hola, Pete ―mi voz sonaba áspera.

― Hola, Josh ―me saludó de vuelta bebiendo de una botella de jugo de naranja que luego me ofreció― ¿Sabes donde están los tortolos?

― ¿Brendon y Dallon? Probablemente en la sala... o en alguna de las habitaciones.

Nos miramos mutuamente y luego procedimos a abrir puerta tras puerta hasta encontrarlos.

Efectivamente, se encontraban en una habitación con la cama desecha, cabellos revueltos y sus cuerpos completamente desnudos. Bueno, estaban cubiertos con una ligera sábana que dejaba muy poco a la imaginación.

Pete abrió las cortinas para permitir la entrada del sol, despertando a Brendon.

― Buenos días, bella durmiente ―lo saludó Pete.

― Buenos días ―nos sonrió ampliamente y se estiró sobre la cama antes de levantarse. Pete y yo miramos hacía otro lado al instante.

― Ahh, ¿quieres por favor ponerte algo? ―le pidió Pete.

― A sus órdenes, capitán ―le contestó Brendon.

Volvimos a mirarlo cuando ya estuvo vestido y ambos señalamos a Dallon, quién seguía durmiendo profundamente.

― Parece que se divirtieron anoche ―dije sonriendo.

― Mucho ―hizo una mirada pícara.

― Saben qué, los espero abajo ―anunció Pete saliendo de la habitación. Brendon y yo reímos.

― ¿En verdad recuerdas lo que pasó anoche? ―pregunté.

― Algo así, bueno, tengo como fragmentos borrosos en mi mente, pero no te preocupes podrás recordar mejor más tarde. Es un pequeño efecto ―asentí―. ¿Cómo te sientes?

― Hambriento y como si mi cabeza estuviera a punto de estallar.

― Sí, debí advertirteque no mezclaras con alcohol. Bueno, ahora debo despertar a mi chico para ir a desayunar.

― Sí, estaré con Pete.

Salí de la habitación y antes de cerrar la puerta vi a Brendon sentarse con cuidado en la cama para acariciar el cabello de Dallon con sumo cariño.

○

― Ahora sí nos vemos asquerosos ―comentó Pete.

― Habla por ti, yo sigo luciendo increíble ―respondió Brendon colocándose sus lentes oscuros.

Ahora nos encontrábamos en la cafetería a la que siempre solíamos ir. Necesitábamos un buen baño, litros de agua y horas de sueño, pero sobre todo, mucho alimento.

Una camarera se acercó a tomar nuestra orden y se quedó un momento viendo mis ojos, que probablemente seguían rojos. Bajé rápido la mirada y Brendon me tendió un par de lentes extra.

― ¿No les dije que sería una gran noche? ―dijo Brendon― Pete con las primas universitarias de Jesse, Josh divirtiéndose como loco, mi chico y yo.

― Sí, ¿quién diría que nuestro Josh terminaría con Halsey? ―soltó Pete y casi me ahogo con mi malteada.

― ¿H-halsey y yo? ―pregunté tosiendo.

― Bailaron toda la noche y luego los perdí de vista cuando subieron a las habitaciones ―respondió Pete.

― Sí, estaban frente a la nuestra ―me miró Dallon apenado, y no sabía si era porque Brendon le contó que lo vimos casi desnudo al amanecer, descubriendo que durmieron juntos, o por dejarme estar a solas con Halsey.

La comida llegó y decidí no decir nada más. No podía recordar nada de lo que sucedió, así que lo mejor sería tomar el consejo de Brendon y esperar a que el efecto pasara naturalmente.

Tan pronto como llegué a casa me metí a la ducha y luego a la cama, para descansar. Esta noche me quedaría con Dallon y podríamos hablar sobre lo sucedido.

○

― ¿Estás listo? ―me preguntó Dallon, al arrancar la camioneta.

― Sí, vamos.

Condujo hasta su casa y pasamos a su habitación luego de saludar a su abuela, quién se encontraba preparando la cena.

― Sobre lo que pasó anoche... ¿realmente estuve con Halsey? ―cuestioné temeroso.

― Te vi bailando con ella, pero luego llegó Brendon y no supe que sucedió. ¿Cómo es que no recuerdas nada?

― No lo sé, tal vez pusieron algo en mi bebida ―mentí―. ¿Tú crees que Halsey y yo...?

― Oh ―se revolvió el cabello, nervioso―, la verdad no estoy seguro. ¿Has hablado con ella?

― No. Sí lo hicimos y no lo recuerdo, ella creerá que no me importa y que ese momento no significó nada para mi, y sí no lo hicimos, no sé cómo continuaría nuestra amistad ahora que llegamos tan lejos ―suspiré.

― ¿Sientes algo por ella?

― Sí ―acepté―. Es decir, hemos sido amigos desde hace mucho tiempo y estuve enamorada de ella por casi dos años, la aprecio y la quiero, pero...

― Pero no es lo mismo que sientes por Tyler.

― Es complicado. Entre Halsey y yo tenemos una especie de relación de mejores amigos, confidentes, aunque existe un grado de tensión sexual entre nosotros, y con Tyler ―sonreí―, ni siquiera yo puedo explicarlo. El cariño que siento por él no se compara al que he sentido por nadie ―tallé mis ojos―, y ahora con lo que sucedió...

― Josh.

― Lo traicione, Dallon ―mi voz se quebró―. Él está atrapado en ese extraño lugar sufriendo todo tipo de abusos, solo, asustado, confundido, y mientras tanto yo estoy aquí, a salvo, rodeado de comodidades y actuando como un idiota tan pronto como se me presenta la primera oportunidad ―las lágrimas empezaron a resbalar por mis mejillas―. ¿En qué clase de persona me convierte eso?

― Hey, Josh, mirame ―retiró las manos de mi rostro para que lo viera a los ojos―. No eres malo. Puede que sea difícil notarlo desde tu perspectiva, pero los chicos y yo hemos sido testigos de todos los esfuerzos y sacrificios que has hecho por Tyler. Has tenido que confrontar a tu padre, soportar humillaciones en la escuela, vivir solo, afrontar tu pasado, miedos e inseguridades, buscar respuestas arriesgando tu salud mental y emocional y todo por el bienestar de alguien más ―limpió el rastro de lágrimas que quedaba en mis mejillas―. Todos cometemos errores y el que haya pasado algo entre Halsey y tú no significa que no quieras a Tyler, tal vez solo necesitabas un poco de afecto después de tanto tiempo. Estás tan asustado y confundido como él, pero eres un gran chico, Josh, y la única persona que no sé ha dado cuenta eres tú.

Abracé a mi mejor amigo con todas mis fuerzas y lloré en su hombro.