Capítulo cincuenta y cinco

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― A ver si entendí bien ―dijo Jace― ¿Lo que estás tratando de decir es que en estos momentos tu en realidad no eres Tyler, sino el novio de Tyler metido en su cuerpo?

Asentí, sin explicar lo del "novio", y nos quedamos en silencio hasta que él soltó una carcajada y se echó a reír en la camilla.

― Ya sé que piensas que estoy loco, pero tienes que creerme.

― Por supuesto que lo estás, ¿cómo se te ocurrió que yo me creería ese cuento tan fumado? ―preguntó sin dejar de reír.

― Es la verdad ―suspiré.

― Demuestramelo. Entra al cuerpo de un guardia o un doctor y dejanos salir.

― ¿No crees que si yo fuera capaz de eso ya lo hubiese hecho? No funciona así, bueno, no por ahora.

― ¿Y entonces qué demonios puedes hacer?

― Necesito tener un vínculo especial con la persona con la que quiero conectarme y eso no se logra de la noche a la mañana ―expliqué―. Hasta ahora sólo lo he logrado con Tyler y mi mejor amigo.

Jace se puso de pie para caminar en círculos por la habitación, pensando.

― Timothy ―dijo―, inténtalo con Timothy. Son muy cercanos, ¿no?

― No puedo hacerlo con él, es muy pequeño y no quiero hacerle daño.

― No seas gallina, a Tyler nunca le pasó nada por eso y, según tú, tampoco a tu amigo. Además, no puede ser peor a lo que ya nos hacen aquí.

Observaba a Timothy desde la puerta de su habitación mientras dormía en su camilla. Se veía tan tranquilo.

― Vamos, "Josh" ―me empujó Jace.

― Está bien ―suspiré pesadamente y caminamos a la camilla de al lado, donde me acosté―, voy a intentarlo. Tal vez me tomé un poco de tiempo, así que se paciente y por lo que más quieras no me despiertes, no importa que. ¿Entendido?

― Ajá ―respondió.

―Jace, es en serio. Nada debe interrumpir el sueño

― De acuerdo.

Tomé un poco se aire y cerré mis ojos. No tenía idea de que sucedería, nunca lo había intentado sin estar lo suficientemente presionado, aunque Jace ya me había ayudado con eso.

Concentrate Josh. Duerme. Puedes hacerlo. Duerme. Piensa en todas las cosas horribles que le han echo a Tyler. Piensa en los idiotas que lo mantienen atrapado. Piensa en que ese tiempo desperdiciado de su vida no volverá y quedará marcado por siempre. No será el mismo. Y Tú tampoco. Duerme.

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Desperté viendo un techo blanco sobre mi y volví a cerrar mis ojos. El miedo de no haberlo logrado me consumía.

Sentí una brisa fría chocar contra mis extremidades que no lograban ser cubiertas en su totalidad por la débil bata que me vestía.

Volví a ascender mis párpados y miré hacía un lado. Un terrible mareo me sacudió, provocando que al intentar sentarme cayera al suelo.

Jace me recogió.

― ¿Josh?

― Sí.

― No puede ser.

Señaló el cuerpo en la otra camilla. Ahí estaba Tyler durmiendo. Lo había logrado.

― ¿Estas seguro de que eres tú?

Estire mi pie para darle una patada en la entrepierna. Él se cubrió quejumbroso.

― ¿Qué te pasa?

― Tenías dudas ―sonreí burlón.

― Tienes suerte de que no pueda golpear a un niño.

Nos quedamos observando a Tyler por varios segundos, sólo para corroborar que seguía respirando.

― ¿Por qué sigue dormido? ―preguntó.

― No tengo idea ―respondí sincero―. Nunca había cambiado de un cuerpo a otro no estando en el mío.

― ¿Lo despertamos?

― No, no ―lo detuve―. Mejor esperaré a que él lo haga por su cuenta. Jace, no puedes contarle a nadie sobre lo que sucedió, es muy peligroso.

― ¿Hasta cuándo?

― No lo sé, hasta que averigüe en dónde están metidos ―respondí encogiendome de hombros―. Prometo volver pronto y mantenerte informado, mientras tú cuides de Tyler, Timothy y los otros chicos.

― Lo haré.

Escuchamos a alguien del otro lado de la puerta informando que era hora de apagar las luces y descansar.

Nos despedimos y Jace se fue a su habitación, dejándonos solos a Tyler y a mi.

Me acerqué a su camilla y me quedé a su lado, mirándolo dormir. Se veía tan pacífico, como si no estuviera atrapado en ese infierno y nada lo hubiese herido jamás. Por lo menos en sus sueños podía encontrar la calma.

Me atreví a posar los dedos de mi mano sobre su brazo. Para mí suerte no lo había despertado, así que empecé a deslizar mi mano completa tomándome mi tiempo, tratando de emitirle mi cariño.

De pronto lo sentí despertar y me aleje unos pasos de él. Sus ojos se fijaron en mi, totalmente resplandecientes y llenos de vida. Esos ojos con los que me miraba mientras me decía "te amo" y que no se parecían en nada a los ojos con los que me miraba semanas antes de partir. Pero por supuesto, no me estaba viendo a mi, veía a Timothy.

― Hola, pequeño ―me saludó.

Me quedé petrificado cual estatua en mi lugar. El verlo de nuevo, realmente a él, a Tyler, me dejó sin habla.

― ¿Qué sucede?

Lágrimas saladas comenzaron a descender por mis mejillas. No sabía que hacer o decir.

― Todo estará bien.

Se acercó a mi y secó mis lágrimas con sus aún suaves manos, luego me envolvió entre sus brazos y lo abracé también. Sentí su cálida respiración sobre mi hombro, sus brazos sosteniendo mi cuerpo y su reconfortante cariño.

― Ty... ―comencé a decir. Y de pronto todo se volvió negro.

Tyler, resiste, voy a salvarte.

No te dejaré sólo, no voy a rendirme, jamás lo he hecho.

Sigo buscando, sigo intentado, sigo enamorado de ti.

Así que por favor, cuando sepas que estoy aquí, no huyas de mi.

No de nuevo.

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Slowtown | JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora