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TylerDesperté poco a poco al sentir el frío recorrer mi piel. Lo primero que hice fue intentar tocar mi cuello, pero algo me impedía mover mis brazos y el resto del cuerpo. Todavía no había reaccionado del todo bien cuando una luz se encendió sobre mi.
Escuché unas voces a mi alrededor, como unos suaves susurros aleatorios sin mensajes específicos. Entonces recordé lo que había sucedido y mis sentidos se intensificaron.
¿Dónde estaba Josh? ¿Le habían hecho daño? ¿Qué ocurría? Una persona vestida de blanco se acercó a mi y le avisó a alguien que yo había despertado.
― ¿Quién...? ―no alcancé a terminar de formular la pregunta porque fui interrumpido por un piquete en mi brazo.
Solté un alarido en cuanto sentí un fuego recorrer mis venas. La sustancia que me inyectaron ardía como como nada que hubiera sentido antes, era sofocante. El sudor comenzó a caer en forma de gotas sobre mi frente y la sangre de mis manos, víctimas de mis propias uñas enterradas en mis palmas. Era demasiado.
Se alejaron de mi dejándome agonizando en soledad.
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El tiempo había perdido significado para mi. Ahora lo único que ocupaba mi mente torturada era el dolor y junto a él la imagen de Josh. No me importaba cuanto más debía soportar, incluso si decidían consumirme vivo lo aceptaría por él.
Él, Josh me había preguntado que estaba dispuesto a hacer por él y yo respondí que lo que fuera necesario. ¿Era mi sufrimiento necesario?
¿Lágrimas tibias sabor a sal, líquido espeso corriendo entre mis dedos como finos hilos de miel, y el palpitar de un corazón que amenazaba con dejar de latir eran necesarios?
Nada tenía sentido, era una simple pesadilla interminable, como un ciclo sin fin.
Tal vez algunos sueños no estaban destinados a cumplirse, algunas metas no estaban diseñadas para ser alcanzadas, algunas almas no estaban echas para ser libres, y mi vida no estaba programada para ser vivida.
Pero todavía quería vivirla.
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Nuevamente alguien entró a la habitación interrumpiendo el silencio y una silueta apareció frente a mi, era Josh.
― ¡Josh! ―una sonrisa se formó en mi rostro al instante. Intenté levantarme, pero las cintas me regresaron a mi posición―. ¿Estás bien?
― Lo estoy, Tyler ―respondió―, y tú también.
Lo vi caminar hasta mi con un pedazo húmedo de tela en su mano, el cual utilizó para secar el sudor en mi rostro y cuello.
― Lo estás haciendo muy bien ―continuó―, eres muy fuerte.
― ¿Qué sucede? ―pregunté intrigado― ¿Qué es este lugar? ¿Por qué estamos aquí?
― Dijiste que harías lo que fuera necesario por mi ―respondió―, y lo estás haciendo.
― No entiendo.
Una mujer vestida de blanco llegó con nosotros.
― El virus fue combatido por su sistema inmunológico. Se encuentra en perfecto estado ―le informó la mujer a Josh―, como usted lo esperaba, señor.
― Excelente ―dijo Josh―. Preparen todo.
― En seguida ―la mujer volvió a salir dejándonos solos.
― ¿C-cómo lo esperabas?
Una lágrima se escapó de mis ojos y él la retiró con una suave caricia.
― No llores por mi, no lo merezco ―tomó mi mano herida para limpiarla.
― Josh, no comprendo, tienes que explicarme ―lo miré suplicante―. ¿Necesitas algo? ¿Qué puedo hacer por ti?
― Eres tan bueno ―dijo después de terminar de ajustar mi venda―. Desearía que las cosas no tuvieran que ser así para ti ―continuó con mi otra mano.
Más lágrimas comenzaron a brotar. ¿En verdad ese era el chico del que me había enamorado? El dulce chico que se ofreció a llevarme a casa la primera noche que nos conocimos, el chico que me brindó abrigo y consuelo cuando nadie más lo hizo, el único que se había preocupado genuinamente por mi, el que juraba era el amor de mi vida.
Porque ahora mientras veía a esa persona frente a mi y recordaba mi primera pelea escolar, mi primer amigo, mi primer paseo por la ciudad, mi primer enfrentamiento con mi padre, mi primer beso, mi primer llanto compartido, mi primer empleo y mi primera vez, me daba cuenta de que en ninguno de esos momentos que marcaron mi vida estuvo él.
― Tú no eres Josh.
― Lo soy ―dijo―, sólo que no el que tú amas.
― ¿V-vas a matarme?
― No, eres muy valioso para mi, te necesito.
― No voy a ayudarte.
Se aproximó a mi rostro y deslizó su mano sobre mi mejilla con suma delicadeza, para luego susurrar en mi oído.
― Pero ya lo hiciste.
Se apartó y más personas vestidas de blanco me rodearon con distintos aparatos. Una de ellas me liberó de mis ataduras, pero tan pronto como lo hizo otras me tomaron de los brazos para ponerme de pie. Entonces me sacaron del cuarto para llevarme entre unos pasillos blancos.
Mis pies descalzos apenas lograban tocar las frías baldosas y mientras más intentaba zafarme del agarre, más doloroso se volvía. Llegamos a una habitación de mayores proporciones equipada con diversos dispositivos tecnológicos que jamás había visto. Luego una intensa luz lo iluminó todo, obligándome a cerrar los ojos por unos segundos.
En medio del lugar, al fondo, se encontraba una máquina circular de gran tamaño, de la cual provenía la luz. Los dos hombres que me sostenían subieron unas pequeñas escaleras metálicas conmigo hasta estar a unos centímetros de la máquina.
Él se posicionó al lado y me miró a los ojos.
― Lo siento.
Fue lo último que escuché salir de sus labios antes de mi cuerpo fuese arrojado dentro de la máquina.
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Slowtown | Joshler
FanfictionJosh hará lo que sea necesario para encontrar a Tyler. "Hey, hey, wouldn't it be great, great, if we could just lay down and wake up in Slowtown" Esta historia comenzó como algo mío y ustedes lo hicieron nuestro, y así será siempre.