Slowtown | Joshler

Capítulo treinta y cinco

― Intenta... humm... con tu nombre.

Los dedos de Dallon se movieron con agilidad sobre las teclas de su laptop.

― Nope.

Desde el día anterior en que él y yo nos introdujimos hábilmente en la la oficina de su padre y logramos nuestro cometido, no habíamos cesado en nuestros intentos por descifrar la contraseña. No era una tarea nada sencilla, sin embargo, la comida traída hasta nosotros por Brendon, Pete y Gerard nos brindaba las energías suficientes para continuar.

― Es mi turno ―dijo Pete tomando la laptop.

― No creo que funcione ―comentó Dallon agotado―, intentamos toda la noche.

― ¿Y ahora qué hacemos? ―preguntó Brendon.

― La segunda opción es esperar a que el oficial Schmidt me llame para saber si pudo encontrar algo, pero no sé cuanto tiempo tardará en ponerse en contacto conmigo de nuevo ―expliqué.

― Oh oh creo que tenemos un problema un poco más grande que eso.

― ¿Qué? ―me senté junto a Pete y vi la pantalla.

Habíamos excedido el número de intentos y ahora sólo teníamos cinco oportunidades más antes de que el programa bloqueará el acceso. Ahora si estaba al borde de un colapso nervioso.

― Tranquilos, debe haber una solución ―dijo Dallon.

― ¿Y qué tal si en lugar de tratar de adivinar la contraseña hackearamos el sistema? ―propuso Geard de pronto y todos lo miramos―. Es solo una idea.

― ¡Eso es! ―exclame― Gee, eres un genio ―Gerard sonrió.

― Ah sí, ¿y cómo creen que vamos a poder hacer eso sí a duras penas sabemos algo de computación? ―cuestionó Pete.

― Yo sé de alguien que es muy bueno en sistemas ―comentó Gerard.

― ¿Te refieres a...? ―Gerard asintió― Olvidalo ―dijo Pete.

― No sé si te das cuenta, pero sé nos acaban las opciones y necesitamos ayuda ―contestó Gerard molesto.

― Él no es una opción.

Ambos comenzaron a discutir frente a nosotros. Por supuesto que Dallon no tenía la menor idea de lo que estaba sucediendo, así que sólo estaba confundido, mientras tanto Brendon parecía estar llevando una batalla mental en su cabeza.

Decidí darle fin a su enfrentamiento, pero antes de eso sucedió algo que ninguno se esperaba: Brendon habló.

― Está bien ―dijo en un tono neutral.

Todos nos giramos a verlo, atónitos.

― ¿Qué? ―preguntaron Pete y Gerard al unísono.

― Traiganlo ―suspiró y se puso de pie―, traigan a Ryan.

○

Al día siguiente en la escuela Brendon no se sentó a almorzar con nosotros en la cafetería como suele hacerlo, ni si quiera Dallon estaba enterado de que él se había saltado las primeras clases.

Algo estaba mal y me sentía terrible por ello, necesitaba arreglar las cosas con Bee, pero era muy difícil intentar encontrar a alguien que no quería ser encontrado.

Salí al terminar mi clase de deportes y después de darme una ducha fui a encontrarme con Pete en el estacionamiento.

― ¿Aún no has sabido nada de Brendon? ―le pregunté al subir a su auto.