Capítulo treinta y siete

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Brendon y Ryan habían tenido una relación especial. Ambos estaban profundamente enamorados, se cuidaban y apoyaban el uno al otro y siempre estaban ahí cuando se necesitaban.

Eran una linda pareja, la más estable de las que hubiera conocido antes. Brendon era un chico extrovertido, sociable y fiestero. Ryan, un poco tímido, centrado y estudioso, ambos se complemetaban a la perfección.

Todo marchaba bien para ellos, creían que habían encontrado a la persona ideal y que siempre estarían juntos, pero un día eso cambió.

El padre de Ryan volvería a su hogar después de haber pasado un año sirviendo a su país en el extranjero. Su hijo estaba muy feliz, vería a su padre de nuevo, entonces cayó en la cuenta de que su llegada transformaría su mundo.

El sargento Ross era un hombre fuerte, decidido y con un carácter intimidante. Desde niño supo cual era su propósito en la vida y lo que haría para conseguirlo, trabajó arduamente para lograr obtener su puesto y aún más para mantener a su familia segura y a salvo. Ryan lo sabía y por eso estaba muy orgulloso de él, aunque había sido duro crecer sin su padre a su lado, nunca le reprochó nada, ni una sola vez, pues todo lo que hacía era por y para ellos.

Ryan dudaba en confesar a su padre que amaba a un chico, temía que no lo comprendiera y obtuviera su rechazo. Lo único que había hecho desde pequeño fue todo lo posible por ganarse la admiración de su progenitor, por eso prefería pasar las noches en vela estudiando una y otra vez antes de ir a una fiesta, adelantar las tareas en lugar de jugar videojuegos, y trabajar de voluntario en vez de ver una serie completa.

Él no sabía que hacer, amaba a Brendon como no había amado a nadie antes, pero no podía decepcionar a su padre.

Surgió una idea.

Brendon y Ryan comenzaron a verse a escondidas. Algunas veces Brendon se escapaba de casa para visitarlo en su habitación mientras sus padres dormían, otras, simplemente no era posible que se reunieran y tenían que conformarse con hablar durante la hora del almuerzo e intercambiar un par de miradas en el corredor.

La relación se estaba desgastando.

Al sargento Ross le llegó un rumor de que su hijo tenía algo que ver con otro chico. Ryan estaba muy nervioso, podría decir la verdad, arriesgando así la imagen perfecta que por años había mantenido para complacer a su papá, o mentir y perder el amor de Brendon.

Tomó su desición.

Brendon y Ryan terminaron unas semanas después. La noticia corrió con rapidez entre los estudiantes de toda la escuela, algunos sintieron empatía por ellos, otros se alegraron, a la mayoría en realidad no le importó.

La joven pareja no fue la única afectada por la separación. Gerard creía que Ryan estaba en lo correcto, que era más importante mantener a la familia unida y que ambos, aunque ahora estuvieran dolidos, estarían mejor así a largo plazo. Por el contrario, Pete y yo pensábamos que Ryan estaba siendo egoista, Brendon había hecho todo lo posible por seguir a su lado, incluso aceptó ocultar su amor si eso hacía que Ryan se sintiera seguro, pero el otro no estuvo dispuesto a sacrificar lo mismo por él.

Así fue como Ryan y Gerard continuaron su camino y nosotros el nuestro.

Brendon estaba sumamente afectado. Comenzó a beber sin control, iba de fiesta o a algún club cada noche si le era posible, y se decía que consumía drogas. Eventualmente llegó un punto en el que su mente y cuerpo le impidieron seguir con su rutina autodestructiva y fue solo entonces cuando aceptó la ayuda que Pete y yo le brindamos.

Slowtown | JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora