Capítulo veintiséis

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Los cuatro nos quedamos quietos en nuestras posiciones viéndonos los unos a los otros. Ninguno sabía que hacer o decir a continuación, y creo que todos esperábamos que no tuviéramos que ser quien pusiera fin a tan incómodo silencio. Por suerte, Brendon fue el primero en hablar.

― Hola, chicos ―nos saludó dudoso.

― Hola, Bee, ¿qué cuentas? ―Pete rodó los ojos y volvió a golpearme en el brazo.

― Bueno, tú fuiste quien envió el mensaje ―respondió.

Por supuesto, que tonto. ¿Qué le iba a decir?

― Hola ―Pete y yo abrimos grande los ojos cuando escuchamos a Gerard saludar a Brendon, pero nos tranquilizamos cuando él le devolvió el saludo.

― Hola, Gerard. ¿Llegué en un mal momento? ―preguntó rascando su nuca, nervioso.

― No, no, solo estábamos hablando... los tres ―su rostro se relajó visiblemente al instante, aunque no creía que fuera consciente de las reacciones que tenía cuando él cruzaba por su mente.

Los cuatro nos acomodamos en los sofás y lo pusimos al corriente sobre lo que le habíamos contado a Pete.

― Entonces, ahora que sabes que puedes controlar lo que haces en esos sueños, podrías aprovechar esa oportunidad para averiguar dónde estás, quiero decir, donde está Tyler, ¿no? ― me preguntó Brendon.

― Sí, ese es básicamente el plan. Solo debo asegurarme de no llamar la atención ni hacer nada que lo ponga en peligro.

― ¿Y crees que volverás a tener otro de esos sueños pronto?

― No estoy seguro ―respondí encogiéndome de hombros―. No pasa el mismo lapso de tiempo entre uno y otro, así que no creo que haya manera de saber cuándo sucederá el siguiente.

― O tal vez si la hay ―habló Gerard y los tres nos giramos para verlo―. Quiero decir, sabemos que es posible que tengas estos sueños debido a tu profunda conexión con Tyler, y yo creo que es porque tal vez él también está pensando en ti e inconscientemente trata de pedir tu ayuda de la única manera que puede. Por lo cual me es difícil creer que los sueños sean algo que sucede simplemente al azar.

― ¿Recuerdas cuando tuviste cada sueño? ―cuestionó Pete.

Traté de hacer memoria lo mejor que pude. Aunque hasta ahora habían sido solo tres, me resultaba difícil recordarlos a todos con tantas cosas acumuladas en mi mente.

― Bueno, el primero ocurrió la noche que él desapareció. El segundo... ―hice unas muecas frunciendo los labios, extrañamente eso me ayudaba a concentrarme mejor― aquella vez que me desmaye después de que el oficial Schmidt me enviara el mensaje. Y el tercero, cuando Pete me informó por texto que tenían los resultados de las autopsias.

Brendon sacó un cuaderno de su mochila y un bolígrafo, para escribir algo.

― Entonces, antes de tener el tercer sueño habías estado en el hospital, justo después de una pelea, y viste a tu padre después de mucho tiempo ―resumió Brendon y yo asentí, dejándolo seguir―. Y cuando se dio el segundo, habías hablado con el oficial Schmidt quien te dijo que haría lo posible por encontrarlo, luego localizaron un cuerpo que no fue el de Tyler, pero tú no lo sabías aun.

― Antes de la pelea en la escuela me sentía triste y ansioso, luego muy molesto cuando sucedió, y finalmente, después de hablar con mi padre, estaba mucho más tranquilo y feliz. Cuando recibí el mensaje del oficial no pude evitar pensar inmediatamente que se refería a Tyler, eso me hizo sentir muy abrumado y preocupado, creo que por eso entré en shock ―los miré, analizando todo―. ¿Creen que mis estados de ánimo tengan que ver?

― ¡Por supuesto! ¿Cómo no lo vimos antes? ―respondió Gerard sonriendo― Cuando experimentas tantas emociones fuertes a la vez y las mezclas con tus recuerdos más profundos te sientes vulnerable, así que tu mente trata de liberar toda esa presión acumulada en tu cuerpo de alguna manera y es así es como finalmente logra transformar esa energía en la clave para crear el puente que te permite conectarte con él en tus sueños.

Los tres lo miramos atónitos, pero por más fantasiosa e increíble que sonará esa teoría, era la respuesta más cercana que podíamos encontrarle a lo que estaba sucediendo conmigo.

Tenía miedo, porque eso significaba que tendría que exponerme de nuevo de alguna forma si esa era la única manera de lograr resolver este misterio, y sentía que ya había vivido tantas cosas en tan poco tiempo que jamás creí que podría soportar, pero aun así estaba dispuesto a hacerlo.

Y no iba a mentir, creí que me sentiría mejor al obtener las respuestas que buscaba, pero ahora me daba cuenta de que conforme conseguía cada una de ellas parecía que más se complicaban las cosas y el final se veía como algo distante, casi inalcanzable. Me sentía esperanzado y, al mismo tiempo, más perdido que nunca, ¿eso era posible?

― Podríamos tratar de inducirle uno de esos sueños.

Ese último comentario por parte de Gerard logró sacarme de mis pensamientos.

― ¿Qué? No, de ninguna manera ―negó Pete.

― ¿Por qué no? ―cuestionó Gerard― Ahora que contamos con este gran conocimiento deberíamos ponerlo en práctica, tenemos que ir más allá y pronto si queremos tener una posibilidad de encontrar a Tyler antes de que le suceda algo peor.

― ¿Hacer tus experimentos acosta de la salud de Josh? ―Pete lo miró con desaprobación. El ambiente comenzaba a ponerse tenso.

― ¿Tú quieres hacerlo, Josh? ―me preguntó Gerard.

― Gerard, por favor, no insistas ―pidió Brendon―. Será mejor que continuemos con esta charla otro día.

― O mejor nunca ―dijo Pete, poniéndose de pie.

― Lo siento, solo quería ayudar ―Gerard también se puso de pie―. No estoy al tanto de todo, me perdí muchas cosas en este tiempo.

― Sí, te las perdiste.

Los dos comenzaron a discutir mientras Brendon miraba al suelo evitando ser incluido, porque sabía que si decía algo, en cualquier momento podría salir ese tema del que tanto le costaba hablar y tal vez no podría soportarlo. Me sentí mal por él.

― Chicos, chicos, ¡chicos! ―logré obtener su atención― Paren, por favor. ¿Podemos dejar atrás todo lo malo que haya pasado? Podemos ser amigos de nuevo si lo intentamos, ¿no les gustaría? ―los dos se miraron mutuamente, apenados― Pete, Brendon, sé que quieren ayudarme y protegerme y que no me alcanzaría la vida para agradecerles lo que han hecho por mi, pero saben que no lograré estar bien sin resolver esto, tengo que encontrarlo. Ya tomé mi decisión y espero que sigan a mi lado a pesar de que no crean que sea lo mejor para mi ―tomé aire tratando de recobrar las fuerzas y miré a Gerard―.

Quiero hacerlo.

Slowtown | JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora