Capítulo diez

801 112 63
                                    

Los chicos decidieron que era mejor si no me quedaba solo por esa noche, en caso de que me desmayara de nuevo o se me ocurriera hacer alguna tontería, así que después de cenar con la abuela de Dallon me quede a dormir con él.

Estaba recostado sobre la colchoneta que preparamos a un lado de su cama. Sólo me concentraba en mirar el techo tratando de no pensar en nada más, pero era muy difícil.

― ¿Josh, sigues despierto? ―me preguntó Dallon en un susurro.

― Sí, no puedo dormir.

― Yo tampoco. Perdón, otra vez, por haberle contado a los chicos lo del oficial. Estaba asustado.

Me senté para poder verlo mejor.

― No, está bien, de verdad. Sinceramente creo que tal vez yo hubiera hecho lo mismo en tu lugar ―le sonreí un poco y él lo hizo también.

― Le agradas mucho a mi abuela, creo que hasta quiere adoptarte ―ambos reímos.

― ¿Ella sabe lo que hay entre tú y Brendon?

― Bueno, sabe que me gustan los chicos, fue la primera persona a la que tuve el valor de contárselo, pero nunca antes había traído a un chico a casa. Tenía miedo de que papá lo supiera antes de hablar con él sobre eso, y cuando finalmente lo hice, él lo tomó muy bien. De hecho me dijo que ya lo sospechaba ―soltó una suave risa―. Aún no conoce a Bredon porque siempre está en el trabajo cuando él viene, entonces la abuela y yo acordamos no decirle nada hasta que yo se lo presentara formalmente.

― Eso es grandioso. Espero que ellos puedan conocerse pronto.

Al día siguiente me tomé la mañana para salir a correr, necesitaba aire fresco. Al llegar a casa hice los deberes y luego me di cuenta de que no quedaba nada de despensa, así que fui al super mercado.

Así fue el resto de mi fin de semana, tranquilo y normal. Le mandé un par de mensajes al oficial Schmidt y llamé varias veces, pero no respondía, hasta pensé en pasar a buscarlo en la comisaría y no lo hice porque no quería que se molestara por mi insistencia.

El lunes en la escuela me pasé la clase de educación física pensando en cual sería mi próximo movimiento, pero no tenía nada, además de esos extraños sueños. Fui a las regaderas al terminar y entonces escuche a unos chicos discutiendo.

― ¿Por qué no vienes a ducharte con nosotros, gorda? ―preguntaba uno de los chicos, al cual no le reconocí la voz.

― De seguro tiene miedo de que veamos su cuerpo flácido ―dijo otro de los chicos y ambos se carcajearon.

Avancé rápido para verlos y me di cuenta de que al que fastidiaban era a Gerard.

― Pues a tu novia parece gustarle, aunque no sé porque sigue con un descerebrado como tú ―se defendió Gerard y el chico rubio se abalanzó contra él.

― Paren ―dije tratando de separarlos hasta que después de varios forcejeos lo logré―. Ya basta.

― Esto no se va a quedar así, Way ―amenazó el chico apuntándolo y limpiando el hilo de sangre que salía de su labio. Gerard les sacó el dedo corazón, provocando que el rubio se molestara más, pero el que venía con él lo detuvo alejándolo y salieron de ahí.

― ¿Estás bien? ―pregunté preocupado. Tenía su mejilla enrojecida por los golpes.

― Sí, no necesitaba tu ayuda ―respondió de mala gana tomando sus cosas del suelo.

― De acuerdo ―dije alzando mis manos al aire, y me di la vuelta para caminar a la salida.

― ¡Josh! Espera, lo siento ―se disculpó―. Gracias.

― No hay problema ―sonreí volviendo con él para ayudarlo a terminar de recoger.

― Y cuando le sacaste el dedo fue lo mejor.

Estaba sentado con Gerard en la cafetería de la escuela. Las clases habían terminado hace una hora, así que no quedaba casi nadie.

― Se lo merecían, ya me tenían harto ―dijo después de beber de su malteada―. Oye, ¿aún no has sabido nada de Tyler?

El cambio de tema me sorprendió. Nadie me había preguntado por él, parecía que todos en la escuela habían superado el hecho o trataban de hacer como si nada hubiera pasado.

― No ―respondí al reaccionar y bajé la mirada―. ¿Lo conocías?

― No mucho, pero hablamos un par de veces. Fue a ver una audición para la obra de invierno y me dijo que le gustaba como cantaba. Nadie me había dicho algo así, fue muy amable.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro automáticamente.

― Sí, así es Tyler.

― Ustedes eran muy cercanos, ¿no? Digo, siempre los veía almorzando juntos en el jardín y al salir de la escuela.

― Ah, pues... sí ―sabía que mis mejillas habían enrojecido y me sentí muy apenado.

― Él me habló de ti, le gustaba hablar de ti ―lo miré con los ojos bien abiertos, sintiendo mi corazón acelerarse―. Dijo que eras una de las mejores personas que había conocido.

Solté un suspiro sintiendo mis ojos arder y desvíe la mirada. No quería llorar, pero era casi imposible.

― Lo siento, tengo que irme ―tomé mi mochila―. Gracias por contarme esto, Gerard.

― No hay problema, Josh, y si hay algo en lo que pueda ayudar, por favor, dímelo.

Me quedé en mi lugar por unos momentos, pensando que haría a continuación. Sabía que Gerard era bueno y que podía confiar en él, lo había hecho antes, pero ambos entendíamos que sería difícil retomar nuestra amistad después de lo que había sucedido hace unos meses.

― No tienen que saberlo los otros chicos ahora ―agregó y yo negué.

― No, les prometí que les contaría todo ―talle mis ojos frustrado y comencé a dar vueltas, pensando. Al final me dí por vencido―. Está bien, pero hablaré con ellos sobre esto cuando pueda ―me senté de nuevo dejando mi mochila a un lado.

Le conté todo lo que había sucedido hasta el momento, incluso sobre los extraños sueños que había tenido, y traté de no saltarme ningún detalle que pudiese ser importante. Gerard me contó que él había estado leyendo e investigando sobre los sueños y que no era algo que debía dejar pasar, en especial cuando se sentían tan reales porque podrían estar relacionados con Tyler.

No lo comprendí al momento, incluso tampoco después de un tiempo, aunque tenía mucho sentido. El primer sueño que tuve fue la misma noche en la que Tyler desapareció, y el segundo, cuando pensé que podría estar muerto. Tal vez los sueños eran como una especie de señal y mientras siguiera teniéndolos podría saber que Tyler estaba con vida.

Gerard me prometió que investigaría más sobre eso y por lo pronto nos mantendríamos en contacto, pero seríamos discretos hasta que yo les contara a los chicos y él hablara con Ryan.

Slowtown | JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora