Capítulo noventa

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― ¿Cómo crees que sea?

― No tengo idea, pero espero que sea bueno ―respondí admirando la puerta cerrada frente a mi.

― ¿Es verdad que el universo podría explotar si te encuentras contigo mismo? ―preguntó Dallon.

― No... No lo sé, tal vez no ―nos miramos entre nosotros y luego toqué la puerta con mis nudillos, anunciando nuestra llegada.

Mis manos temblaban ligeramente y cada vez me costaba más trabajo respirar, por suerte, y como lo esperaba, no había nadie. Giré la manija y entramos con suma cautela, todo estaba oscuro, pero podíamos seguir gracias a que el orden de la estructura y de la posición de las cosas era la misma.

― Encontré un interruptor ―anunció mi amigo.

― No creo que funcione ―al presionarlo la bombilla sobre nuestras cabezas se encendió, iluminando el pasillo principal―. Buen trabajo.

― Gracias ―sonrió―. ¿Qué estamos buscando?

― Cualquier cosa que nos de una pista de donde están todos.

Dejamos los trajes en el suelo y nos separamos para comenzar. Subí las escaleras y al pasar por la habitación que suponía era de mis padres no pude evitar detenerme y preguntarme si mi madre seguiría con vida en esa realidad y si mi padre no se había ido. Entonces una duda aún mayor atravesó mi mente, ¿habría sido adoptado por ellos?

Caminé hasta mi habitación y encendí la luz. Había una cama desordenada, ropa en el suelo y papeles por todas partes, definitivamente ese era el cuarto de un adolescente.

Suspiré con alivio revisando los libros y las hojas arrancadas, eran escolares y contenían las mismas lecciones que los míos. Eso corroboró mi teoría de la realidad espejo, pero todavía no entendía que pudo haber sucedido para que el pueblo estuviese vacío.

Probablemente el Josh de ese mundo y su familia se habrían ido junto con los demás cuando sucedió lo que sea que haya pasado, esperaba que estuviera bien.

Comencé a revisar en los cajones y en el armario, no parecía haber nada fuera de lo normal. Estaba por salir cuando se me ocurrió revisar donde guardaba mis cosas más valiosas, dentro de una caja bajo la cama. No sabía con seguridad si el otro yo tenía la misma forma de pensar, pero de ser así, eso me sería de mucha ayuda.

Metí la mano bajo la cama y al tocar la caja sonreí victorioso. La mía contenía fotografías viejas de los chicos y yo, algunas con mi familia, y objetos pequeños como plumillas que coleccionaba de las bandas a las que había ido a ver tocar en vivo. Sin embargo, al abrir esta sólo encontré una hoja:

"Tú sabes de donde vengo y aunque estoy corriendo hacia ti, todo lo que siento es rechazo, rechazo, negación.

Hubiera querido ser un mejor hermano, un mejor hijo. Hubiera querido ser un mejor adversario contra el mal que he causado. No tengo nada que ofrecer a la persona que amo más que rechazo, rechazo, negación.

Ayúdame a polarizar, ayúdame a polarizar, ayúdame a bajar estas escaleras en donde esconderé todos mis problemas.

Ayúdame a polarizar, ayúdame a polarizar, ayúdame, mis amigos y yo tenemos demasiados problemas".

Slowtown | JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora