Capítulo treinta y seis

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Gracias a Ryan pudimos entrar al programa, sin embargo, no encontramos nada sobre Timothy, lo cual me dejaba con un montón de interrogativas más.

No sabía que hacer, claramente me estaba quedando sin opciones y lo peor de todo era que ahora tenía otras cosas en que preocuparme, como en arreglar las cosas con Brendon y Halsey.

Después de que Brendon abandonó la casa de Pete anoche, Ryan decidió hacer lo mismo y disculparse por haber complicado las cosas. Me dolía ver a Ryan así, realmente nunca tuve la oportunidad de conocerlo a fondo, pero parecía un buen chico y si Brendon llegó a sentir tanto afecto por él en algún momento de su vida, entonces significaba que era una persona que valía la pena.

Tenía que arreglar todo de alguna u otra forma, ellos eran mis mejores amigos y siempre habían estado ahí para mi, era justo que hiciera lo mismo.

Primero tenía que hablar con Halsey, así que me armé de valor y después de almorzar con Pete me dirigí a la casa de ella. Caminé un par de cuadras y me detuve unos minutos frente a su puerta antes de tocar. Ella me recibió unos segundos después y en cuanto me vio su rostro reflejó sorpresa pura.

― Josh.

― Hola, Hals ―sonreí un poco a pesar de que me moría de nervios― ¿Crees que podamos hablar?

― Sí, claro, pasa ―se hizo a un lado dejándome entrar a su casa, y nos dirigimos a la sala.

Las únicas ocasiones en las que había estado en la casa de Halsey fueron en sus fiestas de cumpleaños y un par para hacer proyectos escolares, todas ellas cómodas y agradables, contrarias a nuestra situación actual.

Tomamos asiento en el sofá más grande.

― Sobre lo que pasó en la fiesta... ―empecé a hablar hasta que fui interrumpido por ella.

― Josh, en verdad lo lamento ―dijo de pronto.

― ¿Qué? ―cuestioné confundido.

― No debí presionarte a hacer algo que no querías ―comenzó a hablar muy rápido―. Creí que yo te atraía y no estaba pensando en nada más en ese momento que no fuera estar contigo, perdóname.

― Tranquila ―dejé que tomará aire un momento―, ¿de qué estás hablando?

― ¿Cómo? ―preguntó incrédula― ¿No recuerdas nada? ―negué con la cabeza, apenado.

― Voy a ser honesto contigo ―respire profundo antes de continuar―, hace un tiempo los chicos y yo descubrimos que hay partes de mi vida que no puedo recordar, momentos traumáticos que mi cerebro reprime para tratar de protegerme ―expliqué―. Y esa noche antes de que llegaras ingerí algunas drogas y bebí, aunque sé que no debería hacerlo considerando mi condición. Por eso te pido que me digas lo que sucedió realmente, sea cual sea la verdad, necesito saberlo y confió en ti.

Halsey se quedó un largo momento en silencio, pensando que palabras usar.

― En la fiesta, cuando ya sólo quedaban unas cuantas personas, ambos nos dejamos llevar y pasamos a una de las habitaciones para estar a solas ―bajó la mirada―. Te besé y me correspondiste, nos deshicimos de tu camisa y de mi blusa, me sentía tan bien... pero entonces ―su voz comenzó a quebrarse― tus ojos se llenaron de lágrimas de un momento a otro. Te pregunté si querías que me detuviera y tú dijiste que estabas bien, yo sabía que no era cierto ―sollozó― y aún así decidí continuar ―sentí una presión en el pecho―. Reaccione antes de llegar más lejos y me vestí rápido para buscar a alguno de tus amigos que pudiera ayudarme contigo, pero antes de atravesar la puerta me suplicaste que no te dejará sólo, que no te abandonara, y me quedé a tu lado hasta que te dormiste ―cerró sus ojos―. Perdóname Josh, perdóname, por favor.

En ese punto ya no podía escuchar sus palabras. Mi corazón latía acelerado, mis manos me temblaban y un sudor helado recorría mi espalda, sentía el vómito a punto de salir y mi cabeza estallar.

Me levanté del sofá sintiéndome debil y la miré.

― Gracias.

― ¿Cómo? ―preguntó sorprendida y confundida.

― Por ser honesta conmigo y por cuidarme esa noche ―tragué con fuerza―. Sé que nunca me harías daño intencionalmente, confió en ti.

― Y yo en ti ―se levantó también y limpié las lágrimas en sus mejillas―. Josh.
― ¿Sí? ―pregunté.

― Sí reaccionaste así en ese momento, eso significa que algo importante te sucedió antes, algo que te marcó.

― L-lo sé ―sentí mis ojos arder y me separé de ella―. Yo... tengo que irme.

― Puedes quedarte si quieres, no hay nadie más, prometo dejarte a solas o escucharte si quieres hablar ―me dijo casi como una súplica.

― No, está bien. Hablamos después, ¿sí? ―asintió y tomé mi chaqueta antes de dejar su casa.

Empecé a caminar a pasos apresurados y luego a correr sin rumbo. No sabía que hacer ni a donde ir, sólo quería seguir corriendo y huir muy lejos donde nadie pudiera hacerme daño.

Me detuve cansado al no poder más y vomité en una de las jardineras que estaban a mi lado, luego lloré.

No quería pensar en la posibilidad de que alguien me hubiera tocado, el simple hecho de considerarla me resultaba aterradora. Me habían ocurrido muchas cosas en el pasado, algunas muy dolorosas, sin embargo, esto sobrepasaba por completo cada una de ellas. Esperaba, rezaba porque no fuera verdad.

Me abracé a mi mismo tratando de darme un poco de calor, a pesar de que era un día soleado y el sudor corría por mi frente. De pronto mi celular sonó indicando que había recibido un nuevo mensaje.

No me sentía con las suficientes fuerzas para entablar una conversación con alguien o con la concentración para escuchar, aun así decidi revisar. Era Brendon:

"Josh, te necesito"

Slowtown | JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora