― ¿Crees que lograremos engañar a alguien con esto? ―preguntó mi amigo― ¿Y si nos atrapan?
― Tranquilo, todo va a salir bien.
Seguimos avanzando por los pasillos con nuestros disfraces de doctores. A Dallon le quedaban un poco cortos los pantalones por lo alto que era y yo tuve que usar una maya en la cabeza para ocultar mi cabellera azul, ahora casi negra, pero fuera de eso estábamos bien.
― Ahí viene alguien, ¿qué hacemos?
― Sólo no hagas contacto visual, finge hablar conmigo ―respondí.
― ¿No es eso es lo que estamos haciendo?
― Sí, pero tienes que verte más calmado.
Tres enfermeras, dos mayores que nosotros y una que lucía de nuestra edad pasaron a nuestro lado. Las dos adultas parecían estar sumergidas en una conversación sobre temas de adultos como el pago del alquiler, mientras que la menor, quien caminaba detrás de ellas, hacía bombas con una goma de mascar rosa y escuchaba música con sus auriculares puestos.
Hice lo posible por no despegar la vista de mi amigo, pero cuando la vi ella me sonrió y continuó su camino dando vuelta en una esquina.
― Tenías razón ―suspiró Dallon, aliviado―. ¿Estás bien, Josh?
― ¿Qué? Sí ―volví mis ojos hacia a él―. Sigamos.
○
Habitación por habitación, mi amigo y yo revisavamos cada rincón en busca de pistas, algunas estaban cerradas y otras ocupadas por algún dirigente del lugar, las que se encontraban solas eran nuestras.
Después de buscar en ocho cuartos diferentes nuestros ánimos comenzaban a decaer. Realmente esperaba que Brendon y Pete estuvieran teniendo mejor suerte que nosotros.
― Podemos subir al segundo piso ―propuso él.
― No nos queda mucho tiempo, sólo 10 minutos ―dije, consultando mi celular―. Esto no puede estar pasando, debemos encontrar algo, lo que sea ―frustrado, le di una patada al escritorio haciendo que el monitor de la computadora se entendiera.
Nos miramos mutuamente con impresión y nos acercamos a la pantalla. Estaba desbloqueada.
― Vamos, busca a tu chico.
― Sí ―asentí entusiasmado y abrí la carpeta de los documentos tecleando el nombre de Tyler en el buscador.
Con cada letra iban apareciendo una gran cantidad de resultados que se reducían conforme escribía su apellido. Al terminar quedaba sólo una coincidencia, una posibilidad, una pizca de esperanza.
Entonces la puerta se abrió.
― ¿Qué están haciendo aquí?
Oh Dios.
Una enfermera, a quien no le podía ver el rostro, nos habia sorprendido. Miré a Dallon, quien estaba tan congelado como yo, y luego volví mi vista al frente.
― Nosotros... ah ―me había quedado en blanco, ¿cómo era posible? Siempre tenía alguna excusa para todo. Por suerte Dallon salió a nuestro rescate.
― Hola ―se acercó a ella para estrechar su mano―, él es mi compañero John y yo soy Francis. Somos los nuevos pasantes.
― ¿En serio? ―preguntó la enfermera y sentí los nervios apoderarse de mi al instante.
― Así es ―contestó Dallon, casi temblando.
Luego sucedió algo inesperado. Ella se quitó el gorro que llevaba en la cabeza, dejando caer libre su cabellera rubia sobre sus hombros, y el cubrebocas. Era la enfermera del pasillo.
― Al fin alguien de mi edad ―sonrió alegre―. No saben lo aburrido que es estar rodeada de adultos todo el tiempo ―mi amigo y yo nos miramos, atónitos―. Mi nombre es Hayley.
― Es un placer ―dijo Dallon.
― ¿Y qué hacen en la oficina del Doctor Anderson? ―quiso saber.
― Sólo buscábamos unos expedientes que nos pidió ―respondí cuando recuperé el aliento―. Será muy rápido.
― Está bien, solo espero que no lo suficiente para terminar un cigarrillo.
Se apoyó el la pared y sacó un cigarrillo y encendedor de sus medias coloridas ocultas bajo el pantalón blanco. Lo siguiente que hizo fue encenderlo y llevarlo hasta sus labios dejándose llevar al cerrar sus ojos e inhalar profundo.
Los dos nos quedamos perdidos en la vista que nos brindaba, hasta que regresé a la realidad y abrí los cajones en busca de alguna memoria.
― Disculpa, ¿tienes una USB? ―pregunté, esperanzado.
― No, pero si la querías para pasar algún documento no se va a poder.
― ¿Qué? ¿Por qué?― Todas las computadoras tienen un sistema que les impide extraer archivos sin la autorización del director. ¿No se los dijeron? ―dejó el cigarrillo y clavó sus profundos ojos en los míos.
Creí que iba a desmayarme cuando escuchamos una alarma proveniente de los pasillos.
― ¿Qué sucede? ―cuestionó Dallon.
― Intrusos. Alguien entró al hospital ―respondió y cerré las pestañas abiertas en la pantalla para levantarme.
― Será mejor que vayamos a ayudar ―dije.
― Esperen, ustedes son los intrusos, ¿cierto?
― ¡No! ―contestamos al unísono.
― Escuchen, van a tener que decirme ahora mismo quienes son y que hacen aquí o les juro que los voy a delatar.
― No, por favor, no hagas eso ―dije en una súplica y ella colocó seguro a la puerta―. Te diremos.
― Los escucho.
Dallon puso una mano sobre mi hombro como muestra de apoyo y solté un suspiró pesado.
― No somos pasantes y nadie nos pidió venir aquí, estábamos buscando información.
― ¿Sobre qué? ―quiso saber.
― Un chico, mi mejor amigo... él desapareció hace cuatro meses.
― ¿Y qué tiene que ver él con este lugar?
Sentí mis lágrimas al borde y un enorme nudo formarse en mi garganta.
― Creemos que alguien de aquí está involucrado en su desaparición, así como en las del resto de los chicos del pueblo ―explicó Dallon―. Sé que creerás que estamos locos, pero este chico a mi lado nos ha tenido a unos amigos y a mi buscándolo sin descansar desde que se fue. Día tras día y noche tras noche logramos formar un camino que nos trajo hasta aquí, no es una simple corazonada, es el resultado de nuestro esfuerzo, sobre todo del suyo ―acarició mi espalda―. Sí nos entregas, todo habrá sido en vano y tal vez nunca podamos recuperarlo.
Cerré fuertemente mis ojos escuchando el estruendoso sonido de la alarma resonando en mi cabeza, mezclado con el agitado palpitar de mi corazón.
¿Acaso ese era el final?
― Por favor ―dije con mi último aliento.
La puerta se abrió y la miré, completamente atemorizado.
Ty, lo lamento.
― Andando ―nos hizo una seña con su cabeza para que la siguieramos―. Tenemos que sacarlos de aquí.
Y sonrió.
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Slowtown | Joshler
FanficJosh hará lo que sea necesario para encontrar a Tyler. "Hey, hey, wouldn't it be great, great, if we could just lay down and wake up in Slowtown" Esta historia comenzó como algo mío y ustedes lo hicieron nuestro, y así será siempre.