Capítulo setenta

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― Vamos, Ty, tienes que volver a la escuela ―negó con al cabeza―. De acuerdo, pero por lo menos termina de cenar.

Ya había perdido la cuenta de cuantas veces había intentado sacar a Tyler del apartamento. Hacía una semana que él no decía palabra, por lo menos no conmigo o cuando estaba presente, pero ya había podido lograr que me permitiera estar cerca y que me dejase pasar tiempo a su lado, y eso era un gran progreso.

Tomé su plato vacío y lo llevé al fregadero para lavarlo. Su madre salía desde temprano y a veces no regresaba hasta tarde, así que yo podía visitar a Tyler al salir de clases y quedarme para hacerle compañía. Terminé de limpiar y fui a su habitación a buscarlo, parecía que se estaba duchando.

Recibí un mensaje de Brendon justo cuando me encontraba haciendo la cama. Guardé el móvil en el bolsillo de mi pantalón y me acerqué a la puerta del baño.

― Ty, uh le prometí a Brendon que lo acompañaría a buscar un regalo para Dallon. No sé cuanto tiempo tarde, pero prometo volver tan pronto como pueda, ¿sí?

Era obvio que no me respondería y que tal vez hasta deseaba que me fuera, pero aún así quería avisarle.

― Bueno, eso es todo, te quiero ―me despedí y escuché el agua dejar de correr.

Solté un suspiró y tomé mi chaqueta para salir, estaba justo por girar el picaporte de la puerta principal cuando de pronto lo sentí abrazandome por la espalda. Su cuerpo húmedo había mojado mi camisa con facilidad, suponía que aún estaba desnudo, y no sabía como sentirme al respecto.

― ¿No quieres que me vaya? ―pregunté.

Lo sentí negar, frotando su frente contra mi espalda.

― Sólo será por esta noche, Ty.

Tomé sus manos con cuidado para que me soltara y poder salir. Me dolía en el alma dejarlo así, por eso no podía dar la vuelta, si lo miraba una vez más no dudaría dos veces en dejar todo por él.

― Josh ―dijo de pronto.

Me quedé quieto en mi lugar sintiendo mi corazón acelerarse. Giré hace él y tomé su rostro entre mis manos.

― ¿Dijiste mi nombre? ―asintió. No lo había hecho desde aquella vez en el armario― ¿Podrías hacerlo de nuevo?

― Josh.

Sonreí emocionado y lo envolví entre mis brazos.

― ¿Podrías decir otra cosa? Lo que sea, por favor ―guardó silencio, pero me correspondió el abrazo―. Está bien, eso es suficiente por ahora.

Nos separamos y lo miré de pies a cabeza, sintiendo mis mejillas arder.

― ¿P-por qué no vas a ponerte algo de ropa? Haré una llamada rápida. No me iré, lo prometo.

Se fue a la habitación y yo le marqué a Pete para pedirle que acompañara a Brendon por mi. No le di una verdadera explicación, sólo le dije que había surgido algo importante.

― ¡Josh!

― ¡Aquí estoy!

La habitación estaría en completa oscuridad si no fuese por la luz purpura del nuevo letrero del hotel que lograba entrar por la ventana. Eran pasadas las 2 AM, Tyler y yo nos encontrábamos acostados sobre su cama, viendo la ligera cortina blanca ser movida por el viento, su cabeza descansaba sobre mi brazo mientras yo acariciaba el dorso de su mano en círculos.

Slowtown | JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora