Logré convencer a mi padre de llevarme a la casa de Pete, diciéndole que él y los chicos me ayudarían a ponerme al corriente con las materias, lo cual era completamente falso por dos razones: la primera, ninguno de nosotros compartía clases. La segunda, nunca hacíamos lo que se suponía que debíamos hacer en la escuela: estudiar, prestar atención y hacer las tareas. Sorprendentemente habíamos llegado hasta último grado.
Cuando llegué Dallon me recibió en la entrada y me ayudó a bajar hasta el sótano, el cual habíamos convertido en una especie de guarida hace un tiempo.
Y cabe mencionar que este sótano no era como cualquier otro, estaba impecable, perfectamente decorado y equipado. Tenía una suave alfombra gris que cubría todo el piso, muros de madera de roble, un largo sofá rojo de piel y otros dos pequeños a sus lados formando una media luna frente a la gran pantalla plana, tres diferentes consolas de juegos, una pecera rectangular con peces de diferentes tamaños y colores, una mesa de billar y un refrigerador repleto con deliciosa comida y bebidas.
― ¿Cómo te sientes? ―me preguntó Dallon al sentarnos en el sofá más largo.
― Mejor, gracias ―sonreí―. Las píldoras ayudan a disminuir el dolor. ¿Y Brendon?
― Aquí ―dijo sacando su cabeza del refrigerador.
Tomó unas latas de Red Bull y se sentó con nosotros ofreciéndonos unas. Inmediatamente me hizo recordar a Tyler. Siempre que íbamos a comprar algo a la tienda pedía su lata de Red Bull sin importar lo que estuviéramos comiendo, decía que era la bebida perfecta para acompañar lo que fuera.
Pete se reunió con nosotros dejando unas carpetas sobre mis piernas.
― Esto es lo que Dallon pudo sacar de la oficina de su papá ―explicó.
― Traté de imprimir todo lo que pude antes de que llegara, espero que sirva ―agregó Dallon y yo asentí revisando los documentos.
El primero era de la chica. Dallon ya me había mostrado su expediente antes, pero ahora estaba completo. Su nombre era Esmeralda, tenía 13 años, no contaba con fracturas o algún daño físico que pudiera haber sido provocado recientemente, falleció cuatro días antes de ser encontrada pero su cuerpo apenas presentaba síntomas de descomposición.
Causa de muerte: desconocida.
― ¿No pudieron definir la causa de su muerte? ―pregunté extrañado.
― No, pero eso no es todo. Según su expediente médico ella había desarrollado cáncer de pulmón a los nueve años, aunque una nota adjunta al documento dice que los exámenes realizados hace unos días arrojaron que sus pulmones estaban en perfecto estado ―respondió Dallon.
― ¿Entonces es como si se hubiese curado de pronto? ―cuestionó Brendon― No tiene sentido.
― En especial cuando ella había estado recibiendo quimioterapias, pero dejó de hacerlo cuando sus padres hipotecaron su casa y no pudieron pagar más. Eso fue hace año y medio, después de eso fue solo cuestión de tiempo para que empeorara.
Cuando Dallon terminó, los cuatro nos quedamos un momento en silencio tratando de analizar todo, hasta que Brendon habló de nuevo.
― ¿Qué hay del chico?
Pete tomó el documento para leerlo en voz alta.
― Christopher, 19 años. Presentaba heridas severas en su cuerpo como mordeduras y desgarres provocados por animales del bosque, sin embargo, se confirmó que murió 36 horas antes del ataque, descartándolo como causa de su muerte. Esta también es desconocida.
― Su archivo medico mostró que sufría de insuficiencia cardiaca terminal. Estuvo hospitalizado varias veces, la última dos semanas antes de su desaparición. Se encontraba en espera de un trasplante de corazón ―agregó Dallon.
Nos quedamos de nuevo en completo silencio, este más largo que el anterior. Lo primero que tenían estos chicos en común era que a ambos les quedaban pocas esperanzas de vida, casi nulas, lo cual me preocupaba demasiado.
― ¿Sabes si Tyler...?
― No, él no estaba enfermo ―me apresuré a responder.
― Tranquilo, tal vez tú no lo sabías ―Pete puso una mano en mi hombro, sentándose a mi lado―. Quizás no era algo de lo que le gustaba hablar...
― No, no, él estaba completamente bien. Está completamente bien ―me corregí. Tyler seguía vivo.
― Josh...
― ¡Basta! ―les grité poniéndome de pie y caminé hasta el muro para darles la espalda― Por favor.
Me tomé unos segundos para tranquilizarme, lo menos que quería ahora era tener un ataque de ansiedad y terminar llorando. Ellos comprendieron que necesitaba mi espacio, así que guardaron silencio y mantuvieron su distancia. No era la primera vez que me sucedía y ellos tuvieron que aprender a lidiar con eso.
¿Qué demonios estaba haciendo? Acababa de gritarles a mis mejores amigos cuando lo único que trataban de hacer era ayudarme a pesar de que no era su obligación. Soy un idiota.
― Lo siento ―me disculpe apoyando la frente en el muro.
― No, nosotros lo sentimos. No conocemos a Tyler y no tenemos derecho a sacar conclusiones ―hablo Dallon.
― No, está bien ―suspiré cansado y volví al sofá―. Sé bien que Tyler ocultaba muchas cosas, incluso a mi. Lo siento, de verdad.
― No pasa nada ―hubo un silencio incomodo― Ya se, ¿qué les parece si nos tomamos un descanso? Tengo un nuevo videojuego ―propuso Pete.
― Sí, yo iré por más comida. Acompáñame, guapo ―Brendon se levantó tomando a Dallon de la mano para llevarlo hasta el refrigerador.
Ayudé a Pete a conectar la consola.
Honestamente no sabía ni que pensar, parecía que cada vez que me sentía aunque fuera con una mínima pizca de esperanza, algo lograba arrebatármela. No quería considerar la posibilidad que se me presentaba, pero hasta yo sabía que ese castaño pudo haber sido capaz de eso porque Tyler era bueno guardando secretos,
me convirtió en uno de ellos.
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Slowtown | Joshler
FanfictionJosh hará lo que sea necesario para encontrar a Tyler. "Hey, hey, wouldn't it be great, great, if we could just lay down and wake up in Slowtown" Esta historia comenzó como algo mío y ustedes lo hicieron nuestro, y así será siempre.