Embarazada ~ 47

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Narra Ana:

Ese día, cuando mi padre y mi hermano se fueron a comer, yo puse la excusa de que me encontraba indispuesta y no bajé al comedor.

En cuanto escuché que el ascensor bajaba, llamé rápidamente a Eugenia, para comenzar con nuestro malvado plan. Ella atendió rápidamente:

— ¿Ana?

— Sí, soy yo. Escuchá, he llegado ya a Buenos Aires. Estoy en el hotel. Lali y Peter nos fueron a recoger esta mañana a la estación.

— Solo de pensar en la pareja que hacen me dan arcadas...

— Sí, y lo peor es que yo lo he vivido en directo.

— Ya, te entiendo.

— Y además, mi padre y mi hermano adoran al tarado con lunar. Dicen que es buena persona, tiene plata... Dicen que es perfecto. Para empezar es feo. ¡Sí, es un monstruo!

Eugenia tosió desde el otro lado de la línea:

— Feo no es. Estuvo con muchas mujeres. No es lo más lindo del mundo, pero tiene su encanto. Sino no hubiera estado con tantas chicas.

— ¿Con cuántas? — pregunté tragando saliva.

— No lo sé ahora mismo, pero con muchas. Y dejemos el tema, comencemos con el tema de Lali.

— ¿Qué cosita pensaste para mi querida hermanita? — dije con maldad.

— Tengo dos opciones. Una amiga que es re linda, a la que ningún chico se la resiste, seguro que cuando Peter la vea, lo va a intentar con ella. Por mucho que ame a Lali, bueno, al menos eso dice — Euge tosió — pero te juro, que Brenda es irresistible. Y la segunda opción es la más fuerte. La más triste, en la que incluso Lali puede perder la vida y Peter terminar preso. Tengo un amigo, que vende pastillas en una discoteca, unas pastillas muy especiales. Hace unos días, le pedí dos, una para cada uno, pero justo Lali empezó a tener nauseas y tuvieron que marcharse. Y mi plan se jodió. Pero puede llegar a funcionar, y es muy, pero que muy eficaz.

¿KI?

— ¿Cómo Euge? A ver, a Peter le deseo mucho mal, y también a mi hermana, pero tampoco quiero que mi hermana pierda la vida...

— Tampoco tiene porqué perder la vida — Eugenia río maliciosamente —, eso sería en un caso extremo. Pero, si que puede perder a los bebitos. ¿Y eso te gustaría verdad?

Dios, que Lali perdiera a los bebés, eso sí sería un sueño.

— Sí, aceptó la segunda opción. Porque, puede que con tu amiga Brenda la cosa no funcione, pero seguro, que esas pastillitas sobre bastante eficientes.

— Iré a por ellas. Después te llamo contándote la tragedia de Julieta. Chau Anita — y Eugenia cortó.

Esperaba, que lo de las pastillas no fuera para tanto. Yo no quería, por nada... Que Lali muriera.

-...-

Narra Lali:

Me puse linda. Un vestido rosa mini y unos tacos en color plateado. Un pequeño presente de Peter que me había llegado a mi cuarto esa misma tarde acompañado de un ramo de flores.

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