Narra Peter:
— Mamá, es raro que hayas preparado la cena, casi nunca lo hiciste — la miré preocupado. Ya les dije que esto era demasiado raro, que algo no andaba bien. ¿Tan malo era mi padre? ¿Acaso yo era fruto de una violación? Ya no sabía ni en qué carajo pensar...
— Creo, que es un tema importante. Un momento que tenemos que compartir ambos... No cocino demasiado bien porque hacia años que no lo hacía, pero... Bueno, sino te gusta me decís y pedimos otra cosa.
— Tranquila. Agradezco que hayas hecho la cena — tragué saliva. No amaba a mi mamá demasiado, pero tampoco quería ofenderla, no lo estaba haciendo tan mal en este momento. Quería que se sintiera lo más cómoda posible.
— Pasemos al comedor pequeño — ella sonrió y juntos fuimos al comedor pequeño. Una de las mucamas, a la que yo no conocía, estaba en la esquina con un carrito lleno de comida. Sí, ella sería la que nos serviría la cena.
Me senté en la silla de siempre y ella se sentó justo enfrente de mí.
— Luciana, ya podés servirnos — dijo mi mamá —. ¿Qué querés de beber, Peter?
— Emm... Por el momento agua — no me apetecía empezar a beber antes de tiempo, quería enterarme bien de todo lo que mi mamá me contara.
— Dos vasos de agua, Luciana, por favor.
— Sí señora — la mucama se acercó con la jarra llena de agua y nos sirvió.
— Estoy preparado para que me digas, mamá.
— Espera, Luciana servinos, y después te vas. Quiero hablar con mi hijo en privado.
— Sí señora — la mucama nos sirvió la sopa y se marchó con el carrito.
Mi mamá suspiró y me tomó de la mano con cariño. Hacía tanto tiempo que no me trataba con ternura que me dio muchísima felicidad que me volviera a tratar así.
— Bueno mi amor. Solo quiero que después de esto, no me odies, y que si querés buscar a tu papá, no vas a tener ningún problema — ella tragó saliva.
Suspiré hondo, estaba re nervioso. También ansioso por poder escuchar la historia del origen de mi vida. De saber quién era mi viejo...
— Contame, mamá.
— Pues, yo... Era muy jovencita. Eso ya lo sabías creo...
Asentí con la cabeza. Sí, mi mamá me había tenido muy jovencita.
— Tenía 21 años... Estaba a punto de empezar el tercer año de la Universidad. Y en la fiesta de Navidad, con mis amigas... — miró al piso —, conocí a tu papá.
— ¿Era compañero tuyo?
— En verdad no, le conocí de la nada, comencé a hablar con él y bueno... Y pasó. No hace falta que te cuente eso, Peter.
Negué con la cabeza. Ósea, que fui fruto de la relación entre dos desconocidos y de una sola noche. Tampoco era tan malo, ni tan bueno.
— ¿Cómo se llamaba mi papá?
— Nicolás...
— ¿Sabe qué existo?
Ella asintió con la cabeza:
— Vino a verte al hospital el día que naciste. Pero, tu viejo le dejó estar con vos nada más que 10 minutos. Después le echó... Le amenazó de muerte si algún día venía a verte... Pero él te quería Peter. Me dijo que no iba a poder hacerse cargo de vos de manera habitual, pero que cualquier cosa que necesitaras, que se la pidiera. Que algún día te sacaría de paseo... Pero llegó Juan y le prohibió todo eso.
No me podía creer que fuera tan mala persona. Ese maldito Juan... Seguro que mi viejo de verdad hubiera sido mucho mejor persona conmigo.
— Te regaló muchas cosas cuando naciste, las tengo guardadas arriba. Ahí Juan nunca ha podido verlas, sino las hubiera quemado, roto o vendido.
— ¿Cuándo se enteró de que vos estabas embarazada de otra persona?
— Cuando estaba embarazada de 5 meses. Esa noche me quería matar, quería matarte a vos mi amor... Pero una de las mucamas vino y pudo salvarnos... Fue la peor noche de mi vida, sin duda. Yo quería protegerte, pero él se volvió loco.
— ¿Cómo supo que el bebé era de otro?
— Por las cartas que nos mandábamos. Yo le hablaba de las ecografías... De que ibas a ser un varón. Y entonces, Juan encontró esas cartas. Llevábamos 2 meses casados... Él no sabía que yo estaba embarazada y cuando vio las cartas se enteró... Las fechas no coincidían además... Me estuvo preguntando toda esa noche quién era tu papá, dónde vivía... Hasta que le dije el nombre completo y a qué se dedicaba. Él vendía droga Peter...
¿QUÉ?
— ¿Cómo que mi papá vendía droga?
— Yo me enteré cuando estábamos a punto de hacerlo. Era tan lindo, y no quise echarme atrás. Tu papá me agobiaba mi amor, era horrible. Me perseguía, y por esa noche, decidí olvidarme de él. Pero te juro, que aunque vendiera droga, era una muy buena persona.
— Sí, pero tal vez esté muerto ya. Tal vez murió de una sobredosis.
— ¿Vos querés encontrarle?
— Quiero conocerle.
— Yo te voy a apoyar y ayudar mi amor, no tenés que tener miedo. Yo hace mucho que no sé nada de él, pero hay mucha información ahora y seguro que podemos enterarnos de dónde está, ¿de acuerdo?
Asentí con la cabeza:
— Gracias por contarme esto mamá, lo necesitaba de verdad.
— De nada mi amor, para eso estamos las madres. Es verdad que durante todos tus años de vida, apenas me preocupado por vos, pero te prometo que a partir del día de hoy, vamos a estar más unidos que nunca. Voy a dar mi vida por vos, porque estés bien... Y que Lali cuente conmigo para cualquier cosa que necesiten mis nietos. Lo habré hecho mal como madre, pero te juro que como abuela voy a ser la mejor.
Suspiré:
— No quería contarte, y por favor, no quiero que después de esto pienses mal de Lali, porque mayoritariamente yo tuve la culpa.
— ¿Qué ha pasado?
— Lo dejamos ya hace bastante, y ella ahora no quiere que me acerque a mis hijos.
Mi mamá frunció el ceño y negó con la cabeza:
— Pueden pelearse pero los bebés no tienen la culpa, y los dos tienen que ejercer su derecho como padres, así que dejame hablar con ella. Ya va a ver las cosas de otra manera...
-...-
Narra Lali:
Mientras tomábamos la cena con Cande, Agus, Pablo y Mery, pensábamos el nombre para mis bebés:
— Entonces, de nena queda fijo Allegra — dijo Cande sonriente, pues ella había escogido el nombre.
— A mí no me gusta — dijo Mery.
— Pero fue el elegido mi amor — dijo Pablo sonriente.
— Y de nene, ¿Thiago no? — preguntó Agus.
— Sí, es re lindo el nombre — dije yo, pues era el que más me gustaba de todos los que habíamos elegido para mi nene.
De repente, mi celular comenzó a sonar. Pablo fue quién lo agarró y me lo dio:
— Lali, es Peter.
¿Por qué me estaba llamando ese estúpido?
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Embarazada
FanfictionUna novela Laliter. Ella, una chica de clase media, estudiosa y buena persona. Él, un mujeriego que quiere llegar a los 500 encuentros sexuales antes de los 20 años. ¿Podrán estar juntos algún día?