Embarazada ~ 26

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-MIENTRAS EN EL PUEBLO DE LALI-

— ¡Mamá ya he vuelto! — exclamó Eva al entrar por la puerta de su casa. Acababa de regresar de la Ciudad de Buenos Aires, de ver a su mejor amiga Lali, junto con su otra mejor amiga, Martina.

— Hijita... — su madre sale con su traje de americana gris, falda de tubo a juego y sus zapatos de tacón en color gris perla —, ¿cómo lo han pasado? ¿Qué tal la va todo a Lali?

— Por el momento todo la va bien. Me mandó unas cuantas cartas para su familia — Eva deja todo su equipaje sobre el piso —, ¿puedo ir a dárselas ahora, mamá?

— Por supuesto.

— Pídele a Juana que me deshaga la valija por favor, te quiero — Eva la dio a su madre un beso en el cachete, agarro las cartas del bolsillo principal de la valija de tela y se fue a casa de Lali, la cuál estaba justo en la otra punta del pueblo, dónde se encontraban todas las casas del pueblo que llevaban allí montones de años. Los padres de Eva, al haber sido una de las parejas más triunfadoras del pueblo, se deshicieron de la vieja casa de los abuelos de la niña y construyeron otra a las afueras del pueblo, mucho más grande y lujosa. En cambio, Lali y el resto de su familia siempre vivieron en la casa de los padres de Majo, la mamá de Lali. Y cerca de casa de la familia Espósito Riera, se encontraba la casa de la familia de Martina. Así que Eva siempre había vivido muy lejos de sus dos mejores amigas.

Al llegar a casa de Lali, tocó timbre, y rápidamente, Ana, la hermana mayor de Lali, abrió la puerta para que la gran amiga de su hermana pasara:

— ¡EVA! — Ana la abrazó fuerte —. ¡Cuánto tiempo! ¡Estás muy mayor!

Ana llevaba diciéndola lo mismo a Eva desde hacía ya 8 o 9 años.

— Bien — Eva sonrió algo tímida —, vengo a traerles las cartas que Lali me dio para ustedes.

— ¡Oh! — exclamó Ana agarrando las cartas que Eva la estaba tendiendo —, muchas gracias señorita.

— De nada.

— Tengo que llamar a Lali para contarla algo... ¿A qué no sabés qué?

Eva no sabía con que cosa iba a sorprenderla Ana. Desde aquel cumpleaños en el que Lali tenía ya 11 años, y trajo a sus amigas disfrazadas de payasas para animar la fiesta de cumpleaños de su hermana, Eva se creía cualquier cosa de Ana.

— ¿Qué cosa?

— ¡ESTOY EMBARAZADA!

— ¡NO! — gritó Eva —. ¡LAS DOS HERMANAS EMBARAZADAS NO! — y rápidamente, tras decir esta última frase, Eva se tapó la boca y salió de casa de los Espósito Riera corriendo despavorida.

Pero ya era demasiado tarde, Ana lo había entendido todo:

— ¿Es qué acaso Lali está embarazada? — se preguntó ya la mayor de los hermanos, a solas. Sí, lo estaba, aunque de menos meses que ella.

-...-

Narra Peter:

Estaba muy feliz. Mi plan para ser "el padre perfecto" iba sobre ruedas. Estábamos en el shopping, en una tienda de ropa y cosas para bebés. Y acompañada de Lali:

— Dios, esta cuna cuesta una fortuna — dijo Lali mirando el papel blanco en el que se encontraba el precio escrito.

— ¿Y qué más da? Si te gusta vamos a comprarla.

— No todo vas a pagarlo vos — Lali puso los ojos en blanco y caminó hacia la cuna de al lado.

— Pero las cosas más caras puedo pagarlas yo.

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