Narra Peter:
Mi celular empezó a sonar como loco en plena madrugada. Lali se despertó de golpe al igual que yo.
— ¡¿Qué está pasando?! — preguntó ella agitada y a la vez muy preocupada.
— No lo sé, yo no puse ninguna alarma — expliqué.
— Ese no es el sonido de la alarma, ese es el sonido de la llamada, atendé, dale — dijo Lali acercándose a mi celular para agarrarlo.
Dejé que lo agarrara y al mirar el nombre de quién estaba llamando y ver Agus, la dejé atender. Menos mal, seguro que Agus no tenía ninguna noticia preocupante para contar.
Lali atendió a la llamada, con una sonrisa, confiada, al igual que yo, de que Agus no tenía nada preocupante para decirnos.
— ¡¡¡Agus!!! La puta madre... Nos has asustado, ¿por qué nos llamás a estas horas de la madrugada? Son las 6 y media — hubo un silencio y Lali continuó hablando —. ¡Ah! ¡Qué Peter te dijo la semana pasada que nos íbamos a casar el 10 de octubre y cómo estuviste de joda se te olvidó y llamás ahora! ¿Cuándo has vuelto de la joda te acordás de tus amigos? — Lali frunció el ceño divertida.
De joda... Extrañaba mucho ir a una joda. Aunque fuera una joda tranquila, acompañado de mi esposa embarazada, pero tan solo temía ganas de salir de esta maldita casa.
— Bueno, ¿te paso con Peter? ¿Sí? Dale, un beso a las chicas y a hablo de mi parte y de la de los mellis, chau amigo, chau. A ver si nos podemos ver pronto. Te quiero Agus — alejó el celular de su oído y me lo puso en la mano —. Agus, quiere felicitarte por el casamiento — dijo sonriendo.
— Me lo imaginaba — atendí, también sonriendo —. ¡¡¡Agus!!! ¿Cómo está mi mejor amigo de siempre?
— Bien — tenía la voz seca y rasposa, la típica de haber tomado durante toda la noche —, ¿vos? ¡Felicidades por el casamiento!
— Muchas gracias, estoy muy bien. Muy feliz, aunque cansado, podrías haber llamado un poco más tarde.
— Pablito y yo acabamos de volver de joda, y recién nos acordamos. Quisimos llamar a las 9 antes de salir, pero pensamos que estaban cenando, o haciendo cositas con la petisa.
— La "petisa" — miré a Lali riendo, a la cuál la había sentado mal lo de decirle petisa —, se siente sin ganas de hacer cierto tipo de cosas, por el tema del embarazo.
— ¡Re aburrido lo de tener a la novia embarazada!
— Novia no, ahora esposa.
— Bueno, a la esposa.
— Eso sí está mejor. Hay que esperar a que nazcan los bebés.
Lali me miró y susurró:
— Qué zarpado que es...
— Siempre fue así, pero es re bueno...
— Sí...Re.
— Bueno Peter, me voy a ir a dormir porque estoy muerto de cansancio. Descansen mucho ustedes. Lo necesitan porque cuando los bebés hayan nacido no van a dormir nada.
— Podemos dejárselos al tío Agus — gritó Lali a mi lado. Y justo, Agus la escuchó.
— Tal vez si tengo a alguna mujer conmigo, puedo cuidar de los dos, sino solo me ocupo de Thiago.
— Machista — Lali suspiró y volvió a acostarse en la cama.
— Bueno Agus, descansá vos también, y saludá a todos de mi parte — sonreí y corté.
— Me asusté — dijo Lali mientras colocaba de vuelta el celular en la mesilla.
Suspiré y la abracé:
— Yo también me asusté, pero, ¿viste? No era nada malo de lo que preocuparse. Seguramente en unas horas también llamen las chicas para felicitarnos por el casamiento. Y tus amigas del pueblo, y tu papá y tu hermano... Tal vez Ana...
— Ojalá Ana pudiera llamarme.
— La quedan un par de semanas para salir de la cárcel mi amor, ¿estás preocupada por ella?
Lali asintió con la cabeza.
— No es que solo esté preocupada por ella, también lo estoy por el bebé, ósea, por mi sobrino. Tengo miedo de que las presas que estañen con ella sean peligrosas y le hagan algo a ella que afecte al bebito.
— Amor... — coloqué mi mano en su cintura y se la acaricié —, al bebé ya es muy difícil que lo pierda, si pasara algo, la provocarían el parto y listo.
— Nacería prematuro.
— La sanidad ahora mismo es excelente, sobre todo en el tema de maternidad, y si el bebé naciera prematuro, seguro que podría salir adelante. No pensés en lo malo que puede pasar Lali, pensá en lo bueno, ¿iba a ser un nene verdad?
— Sí, un nene, Santino.
— Bien, pues Santino va a ser un nene sano y feliz, amiguito de sus primos Allegra y Thiago, van a jugar juntos y van a llevarse bien desde bebitos.
Lali sonrió con la cabeza y asintió:
— Va a ser muy lindo... Aunque no van a vivir juntos.
— ¿Te gustaría volver al pueblo alguna vez?
Lali miró al techo:
— No sabría responderte. En el pueblo estaríamos seguro pero tienen otros pensamientos mucho más antiguos. No quiero que mis hijos se críen con las mismas ideas con las que me críe yo... Quiero que cambien de aires, y la ciudad es mucho mejor para eso.
— ¿Estás segura? Yo no tendría ningún inconveniente en irme a vivir a tu pueblo mi amor, es verdad que estaríamos más seguros, porque allí supongo que se conoce todo el mundo...
— Sí.
— Pero son distintos a nosotros.
— Sí, muy distintos. No sé si te conté, pero... Una de las chicas del pueblo que se quedó embarazada, sin estar casada, fue apedreada y violada... No me gustaría que mis hijos se criaran en ese entorno Peter...
— Entiendo, y a mí tampoco me gustaría.
Entonces, mi celular volvió a sonar, miré a Lali, la cuál estaba sonriendo:
— Otra vez... No podemos dormir más por hoy creo.
— No — sin mirar quién estaba llamando, atendí la llamada —, ¿si?
— Peter, soy Mudge. La policía tiene noticias sobre Juan Lanzani, y no son buenas, ya lo creo.

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Embarazada
FanfictionUna novela Laliter. Ella, una chica de clase media, estudiosa y buena persona. Él, un mujeriego que quiere llegar a los 500 encuentros sexuales antes de los 20 años. ¿Podrán estar juntos algún día?