Embarazada ~ 52

4.6K 285 53
                                    

Narra Lali:

Papá por fin se había despertado. Antes había estado hablado con nosotros, y se acordaba de casi todo. Pero decía que perdía la memoria desde el momento que en el que subió de probar el vino en el Cellis. Mi hermana y mi hermano, se habían vuelto al hotel para descansar un rato, además, por lo de mi papá, habían pagado otros tres días más de estancia. Así que yo estaba cuidándole sola por ahora.

— Papá, ¿seguro qué no recordás nada más? — le pregunté mientras estaba sola con él en su cuarto del hospital.

— Nada más.

— ¿No te acordás cuando te di el agua?

Mi viejo negó con la cabeza. Sí, era cierto. No se acordaba de nada más.

De repente, una enfermera y un doctor, el doctor que le ha estado viendo durante esos dos días, irrumpieron en la habitación. Bajo el brazo, el doctor portaba un sobre grande.

— Sin duda, señorita Espósito, lo que ha sufrido su padre ha sido una intoxicación con una pastilla.

— Pero la pastilla que yo tomaba, la había estado tomando siempre. Era para mi tensión — explicó mi papá.

— Es que no ha sido esa pastilla, señor Espósito. Es un medicamento llamado "Lecum". Es bastante peligroso, la mayor parte de la población no lo tolera, e incluso, en algunos niveles, el paciente puede llegar a morirse. Lo suelen utilizar en casos muy puntuales en los que los pacientes tienen mucho dolor, les deja completamente atontados, pero su salud corre más riesgo. En Argentina desde hace algunos años es un medicamento ilegal. Al principio pudo ser una buena alternativa a la morfina, pero después descubrimos que no, que aceleraba mucho más la enfermedad en los pacientes, por lo que fue inmediatamente retirada.

¿Cómo? Mi padre había estado a punto de morirse por ese puto medicamento. ¿Y además lo había consumido siendo un medicamento ilegal? Era increíble lo mal que funcionaban algunas cosas.

— Hemos registrado el restaurante Cellis. Pero no hemos encontrado ninguna pastilla, ni ningún indicio de que se hayan cometido intoxicaciones con esa pastilla. Aunque no se preocupe, los dueños y los empleados del restaurante están siendo interrogados por la policía. Los únicos antecedentes de consumo de "Lecum", se encuentran en el Moët. Un camarero ya ha vendido antes esas pastillas. Son caras y difíciles de conseguir. Vamos a interrogar al camarero también, y esta vez será detenido. Antes solo fue condenado a pagar una multa económica, pero dos chicas estuvieron a punto de morirse por el consumo de dicha pastilla.

¡EL MOËT! Recordé que Peter y yo habíamos estado allí el lunes por la noche, pero que nos fuimos porque me dio un mareo. Mmm... La cosas comenzaban a cuadrar. ¡EUGENIA!

— ¿Puedo hablar con el juez o con el fiscal o con cualquier defensor? — le pregunté agarrándole la mano a mi padre. Cada vez que recordaba que el doctor decía que podía haber muerto, se encogía mi corazón.

— Sí, claro, ¿por?

— No quiero culpar a nadie, pero creo que sé quién fue la que compró ese medicamento.

— ¿Esta usted segura señorita?

Asentí con la cabeza:

— No quiero culpar a nadie, pero creo que sé quién ha podido ser.

— Puede utilizar a un abogado que el hospital va a proporcionarla gratuitamente para la defensa de su padre, si la parece.

Genial.

— Me parece bien.

— Pues esta tarde vendrá a hablar con usted, si le parece. Y con el señor Espósito. Gracias por escucharme estos minutos.

— Gracias a usted, doctor — respondió mi viejo. Después me empezó a acariciar la mano suavemente —. Y gracias Lali por quedarte acá conmigo. Tenía que estar Pato.

— Pato también estaba ya cansado, papá.

— Pero vos estás embarazada y tenés que cuidar tu estado de salud, mi amor.

— Peter me cuida — sonreí recordándole. En unas horas estaría acá haciéndome compañía. Me había prometido que vendría a eso de las 6 de la tarde, cuando terminara de estudiar.

-...-

Narra Peter:

No sé como lo había hecho. Tan solo la dije, que en alguna hora libre la explicaría lo que llevaba atrasado. Pero, como 1 hora después de terminar con las clases, alguien tocó a mi puerta eufóricamente. Y sí, era ella. Era Brenda Asnicar.

— Hola Peter — entró sonriente sin permiso dándome un beso en el cachete. La miré raro, nadie la había invitado a entrar, ni a venir. La dije que AVISARA. Pero esa palabra, no debía de haberla escuchado.

Sí, y lo peor fue, cuando me di la vuelta para verla como se sentaba en la habitación, mi mirada fuer directa a su cola. "¡PETER NO! ¡NO LA MIRES LA COLA MÁS!" me retó mi subconsciente de manera furiosa. Y sí, no debía hacerlo. Lali ocupaba mi corazón, junto con mis dos futuros hijitos. Brenda era tan solo una compañera.

— Vengo a que me ayudes — dijo ya sentada en mi silla. Bueno, yo aún no había dicho nada.

— No me esperaba tu llegada.

— Oh, lo siento. Tenía que haber avisado.

— Sí — respondí un poco molesto.

— Pero ya que estoy acá... Aprovechemos. Necesito ayuda con matemática — me mira mordiéndose el labio —, creo que te lo dije, ¿verdad?

— Sí, me dijiste — agarré el enorme sillón que había en la esquina y lo acerqué a la mesita del escritorio —. Contame tus dudas.

"Sí esto hubiera pasado hace un mes, la hubieras mandado a la China de una patada" me dijo mi subconsciente. Lo peor es que era verdad. No dejaba que una chica se metiera en mi cuarto porque sí. Yo tenía que meterla. Pero ahora estaba en mi periodo de prueba de la paternidad y de noviazgo/matrimonio/casamiento... O de pareja, mejor dicho. Tenía que serle fiel a Lali.

— Tengo dudas en este problema — se acercó a mí, abrió su libro y señaló un problema que tenía marcado.

— Es re fácil ese. Es de 1º de matemática. Ósea, sabía resolverlo en secundaria — dije. Pensaba: "Esto es muy raro, demasiado raro".

— Pues yo no lo entiendo — se acercó aún más a mis labios. Esa situación comenzaba a ser muy incómoda. Estaba pegada a mí, prácticamente. ¡TENÍA NOVIA POR DECIRLO DE ALGUNA MANERA! ¡Dios, necesitaba que se separara! —. ¿Sabes Peter? Estás realmente bueno.

Giré la cabeza:

— Mi novia también está realmente buena. Así que no quiero nada con vos — la aclaré. ¡SÍ, PETER! ¡BIEN HECHO!

-...-

(Sí antes de las 10 de la noche de España este capítulo tiene más de 50 votos, subo el siguiente capítulo, capítulo 53. He estado demasiado ocupada esta semana y por eso no he podido subir los últimos días. Disculpen las molestias. Y por cierto, el "LECUM" es un medicamento inventado solamente para esta novela. Un beso fuerte a todos los lectores y lectoras.)

EmbarazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora