Narra Lali:
Salimos de la casa de Peter por la puerta de atrás y cruzamos el enorme jardín, hasta llegar a una pequeña casita muy linda y decorada con algunas flores sobre las ventanas. Él me miró y sonrió:
— Acá me escondía yo siempre cuando era chiquito y jugaba a las escondidas con mi niñera. Después, cuando papá me prohibió seguir cerrando, reconstruyó este fugar y puso en el una especie de sala de relax, seguro que te va a encantar.
Sonreí y él abrió la puerta. Mientras la sujetaba, pasé, y el entró después de mí.
Uau, recuerdo que todo allá dentro estaba lleno de flores... había flores por todas partes. Alguien había creado un maravilloso emparrado de preciosas flores silvestres, entremezcladas con centelleantes luces navideñas y farolillos que inundan la habitación de un fulgor pálido
Volví la cara para mirarlo, y él me estaba observando con una expresión inescrutable. Se encogió de hombros.
— Quería que esto fuera lo más romántico posible, de ahí que puse flores y corazones — murmuró.
Apenas podía creer lo que estaba viendo.
— Mi corazón ya lo tienes — y él hizo una media sonrisa.
— Y aquí están las flores — susurré, terminando la frase por él —. Peter, es precioso.
No se me ocurría qué más decir. Tenía un nudo en la garganta y las lágrimas inundaban mis ojos.
Tirando suavemente de mi mano me hizo entrar y, antes de que pudiera darme cuenta, le tenía frente a mí con una rodilla hincada en el suelo. "¡Dios santo... esto sí que no me lo esperaba!" pensé. Me quedé apenas sin respiración.
Él sacó un anillo del bolsillo interior de la chaqueta de lana que agarró justo antes de salir de casa, y levantó sus ojos verdes hacia mí, brillantes, sinceros y cargados de emoción.
— Lali Espósito. Te quiero. Quiero amarte, honrarte y protegerte durante el resto de mi vida. Sé mía. Para siempre. Comparte tu vida conmigo. Cásate conmigo.
Le miré parpadeando, y las lágrimas empezaron a resbalar por mis mejillas. Mi Peter, mi hombre. Le quería tanto (ahora también le quiero). Me invadió una inmensa oleada de emoción, y lo único que fui capaz de decir fui:
— Sí.
Él sonrió, aliviado, y deslizó lentamente el anillo en mi dedo. Era un precioso diamante ovalado sobre un aro de platino. Uau, era grande... Grande, pero simple, deslumbrante en su simplicidad.
—Oh, Peter — sollocé, abrumada de pronto por tanta felicidad.
Me arrodillé a su lado, hundí las manos en su cabello y le besé. Le besé con todo mi corazón y mi alma. Besé a este hombre hermoso que me quería tanto como yo le quería a él; él me envolvió en sus brazos, y puso las manos sobre mi pelo y la boca sobre mis labios. Y en el fondo de mi ser sabía que siempre sería suya, y que él siempre sería mío.
Juntos habíamos llegado muy lejos, y teníamos que llegar aún más lejos, pero estábamos, y seguimos estando, hechos el uno para el otro. Fue entonces, cuando me conciencié de que estábamos predestinados.
-...-
Narra Euge:
Aquella fue una de las peores noches que pasé en prisión. Serían las 9 de la noche, cuando un policía me aviso de que había recibido un llamado. Me sacó de la celda y me llevó hasta la sala de los teléfonos.
— Cuidado con lo que hablás, ya sabés, estás vigilada, y después de la prisión, podés pasar el resto de tus días en un loquero.
Asentí con la cabeza. El maldito juez me había avisado de mi posible trasladado a un psiquiátrico en el último juicio en el que había estado presente.
Agarré el teléfono:
— ¿Si?
— Amiga, soy Brenda.
Oh mierda... Algo no estaba saliendo bien. Había hablado con Brenda hacia pocos días, algo malo tenía que haber ocurrido para que me hubiera vuelto a llamar.
— Bren... ¿Cómo estás?
— Muy mal.
Lo sabía.
— ¿Qué ha pasado?
— No he podido pararlo, Peter lo sabe todo. Y ha vuelto con Lali, y estoy segura de que ahora te odia.
— ¡Sos estúpida!
El policía me dio un pequeño golpe en la espalda:
— Esa boca, y no se grita en la sala del teléfono. Podemos avisar al juez.
— Perdón... Todos se han enterado. Creo que esta mañana, se fueron los dos juntos a casa de Peter. Ahora sí que nadie va a poder pararlos. Lo siento mucho amiga... Yo no me voy a jugar más por esto. Puedo terminar presa y no quiero, asía que déjales, que sean felices. Total, van a tener dos hijos, no vamos a joderles la vida.
Suspiré:
— Ya no sos más mi amiga, así que no me digas así. Chau — corté la llamada y le di el teléfono al policía —. Ya terminé.
— Cuide su lengua — el policía agarró el teléfono y lo colgó.
Mi lengua la iba a cuidar, hasta que saliera de este sucio y maldito lugar y volviera a ver a Peter y a Lali. Entonces sí, que iba a pasar la más terrible catástrofe que ocurriera en sus vidas, incluso peor que la pérdida de la madre de Lali, o de que Peter se enterara que su viejo no era su viejo.
-...-
(Le dedico este capítulo a @ngallardo14 por sus bonitas palabras en el aviso anterior, el cuál ya ha sido borrado.
Muchas gracias a todas las lectoras que me apoyan cada día, en especial a @LulaaDaud,la cuál es para mí más que una hermana. Gracias y no se olviden de votar. Ya solo quedan 25 capítulos, llenos de emoción, y me estoy planteando en escribir una segunda parte, para el año que viene. Besos a todas y las espero mañana con el próximo capítulo.)

ESTÁS LEYENDO
Embarazada
FanfictionUna novela Laliter. Ella, una chica de clase media, estudiosa y buena persona. Él, un mujeriego que quiere llegar a los 500 encuentros sexuales antes de los 20 años. ¿Podrán estar juntos algún día?