Y LLEGÓ EL FIN DE SEMANA...
2 de mayo de 2015
Narra Lali:
Aquel día nos despertamos temprano. Desayunamos y nos fuimos hasta la estación de tren y buses a recoger a mi familia: mi padre y mis dos hermanos. Sí, desgraciadamente Ana iba a venir. Cuando Peter se había enterado de ello, había montado en cólera. No quería que viniera, pero yo tampoco quería. Odiaba que viniera, no quería verla ni en figuritas.
Tomamos un taxi, y al llegar a la estación y nos sentamos en un banco para esperarles. 15 minutos después de que llegara, ellos aparecieron caminando por la puerta de salida. Mi hermano corrió hacia a mí y me abrazó. Después me abrazó mi papá:
— Lali, mi vida — dijo papá acariciándome la cara tiernamente.
— Te extrañé — dijo mi hermano dándome un beso en la frente. Después Pato puso una mano en mi panza y me miró con ternura —. Hola sobrinitos míos, ¿cómo están chiquititos? ¿Se portan bien dentro de la panza de mamá?
Sonreí y los abracé fuerte:
— Se portan muy bien hermano. ¡Los extrañe tanto durante todo este tiempo!
— Nosotros también a vos mi vida... — dijo papá poniendo también la mano en mi panza. Después se separó, y abrazó a Peter —. Felicidades.
— Gracias señor Espósito.
Mi hermano se separó de mí y también fue con Peter:
— Felicidades.
Miré a Ana, ella seguía separada de nosotros cuatro. Era como si no nos conociera de nada. Estaba rara... Ya no la sentía como a una hermana. Me había lastimado muchísimo, casi más que nadie. Era duro que una hermana no te apoyara en determinados momentos, poder saber lo que sentía cada, y más estando las dos embarazadas. Hubiera sido fantástico intercambiar sentimientos, anécdotas, pero ella no quería, sabía que no quería ya nada conmigo. Y eso a mí me lastimaba mucho.
Papá nos miró, notando la tensión que había entre nosotras:
— ¿No vas a abrazar a tu hermana, Ana?
Ana asintió y se acercó a mí. Me abrazó fríamente. Ni siquiera yo hice por abrazarla, no tenía ganas. A los pocos segundos se separó.
— Ya está, ya la he abrazado — dijo Ana, parecía una niña pequeña.
Papá revoleó los ojos y se separó de Peter:
— Bueno, tenemos una habitación de hotel alquilada para los tres en el centro. ¿Nos acompañan hasta allí?
— Claro, llamaré de vuelta al taxi.
Pato se acercó y me dijo al oído:
— ¿Va a pagarlo él?
Lo miró:
— Paga todo.
Pato abrió mucho los ojos:
— ¿Tiene plata?
— Muchísima plata. Desde que estoy con él no pago absolutamente nada.
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Embarazada
FanfictionUna novela Laliter. Ella, una chica de clase media, estudiosa y buena persona. Él, un mujeriego que quiere llegar a los 500 encuentros sexuales antes de los 20 años. ¿Podrán estar juntos algún día?