Embarazada ~ 51

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Narra Euge:

Nada más cortar con la tarada de Ana, llamé a Brenda. Mi única esperanza... Lo único que quedaba para poder separar a Peter y a Lali. Ni la maldita pastilla había funcionado, y no me iba a arriesgar más con ese tema porque podía terminar presa. Y por supuesto, yo no quería terminar presa.

Así que busqué su número en la agenda de contactos, y la llamé:

— ¿Si? — atendió ella un pequeño rato después.

— Brenda, no ha dado resultado. Nada de nada. Necesito tu ayuda de vuelta, y rápido.

— Pero amiga, ¿qué estás haciendo para que todo te salga mal? Si no es tan difícil.

— El destino, Bren. Cada vez estoy más segura de que es el maldito destino. No sé porque esos dos tarados no pueden estar separados. Siempre suceden cosas para que no se separen.

— Pero, ¿y la pastilla?

Suspiré...

— La pastilla tampoco ha dado resultado. La primera vez, para que la tomaran, quedé con ellos en el Moët. Lali empezó a tener nauseas y volvieron a la residencia. La segunda vez se lo metí a Lali en el té. No la gusta el té a la muy tarada, la perseguí diciendo que lo probara, que era el mejor té que probaría en su vida y...

— Pará amiga — me frenó Brenda —. ¿Para que persigues a una petisa sin cerebro?

— Porque si la hubiera agarrado y se lo hubiera dado yo misma, tendría más motivos para ponerme una denuncia por lo penal por agresión.

— Bueno... Continuá.

— Y la última vez, la pastilla se la llevó Ana. Dos pastillas, una para cada uno. ¡Y TAMBIÉN FALLÓ! El papá de Lali se tomó la pastilla, se desmayó y ahora está internado en el hospital. Y la hermana de Lali, me llamó llorando la muy falsita, diciéndome que no podía más con el plan y que me dejaba sola, que ya no quería lastimar más a su familia.

— Antes sí y ahora no. Esa chica tiene un trastorno psiquiátrico sin duda Euge.

Reí. Sí, la verdad era que sí. Tenía un trastorno de bipolaridad total la pobre Anita Espósito.

— Bueno, ¿vas a ayudarme de vuelta amiga?

— Sí, te voy a ayudar. Para algo somos amigas, ¿o no?

— Claro que lo somos. Pero hay que pensar de alguna manera. Peter apenas sale por las noches, y además, no deja a Lali sola casi nunca. Así que si sale, sería con ella.

— Bueno — se escuchó un silencio al otro lado de la línea —, pará pará... ¿A las clases de la Universidad se puede entrar por libre?

¿Cómo?

— ¿Qué significa eso Brenda?

— Sí, una de las chicas del poblado. Está acudiendo a clases de enfermería por libre. Como oyente, solo para saber de que va el tema y dedicarse a ser enfermera con las personas del poblado. Ella tan solo va a clase pero no cursa las asignaturas, es decir, no la hacen un examen como tal, ¿entendés?

— Sí. Entiendo.

— En caso de que eso se pueda hacer, yo el lunes me acerco a la Universidad en la que estudia Peter, a su clase de...

— Economía.

— De economía, y me hago pasar por una alumna que está completamente perdida en la materia. ¿Qué te parece?

— Me parece genial Brenda. Sos una maravilla. Lo vas a seducir seguro.

— ¿Ves? Para eso están las amigas. Yo no soy una falsa como Ana, yo voy a estar en el plan con vos hasta el final Euge.

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