Embarazada ~ 1

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Narra Lali:

Terminé de hacer la valija y eché un último vistazo a mi cuarto. Mañana estaría estudiando en la mejor universidad de Buenos Aires. Yo siempre había sido una nena normal, y sabía que no iba a encajar en aquel lugar. Tan solo concedían 3 becas al año, el resto de alumnos provenían de familias ricas. Sí, sería muy complicado.

Mi hermano Patricio me ayudó a bajar con la valija. Mañana me marcharía temprano, y ya tenía que estar todo en orden. Después cenamos, mi última cena en casa hasta las vacaciones de invierno. En casa, nunca se había malgastado la plata, por lo que las visitas a la familia serían en contadas ocasiones durante mi estancia en la Universidad.

— Todo irá bien mañana hija — dijo mi padre. Mañana estaría dormido y sería Pato el que me llevaría hasta la estación de autobuses —. Por cierto, ¿ha llamado Ana?

— Sí, está bien — respondí.

— No me gusta nada ese Christian — dijo mi papá. Siempre había sido muy celoso. Desde que mamá se había muerto, Ana y yo éramos las mujeres de su vida.

— Es buen chico papá — comentó mi hermano, el cuál tenía un año más que yo.

— Bueno, de todas formas hasta que no se casen no voy a confiar mucho en él. Y vos enana cuidado con los chicos en la universidad, todos son unos chetos que van a por las chicas que se lo ponen fácil.

— Papá, me conoces. Y sabes bien que nunca a ningún chico se lo he puesto fácil. Y ya no soy un bebé.

— Pero papá te quiere cuidar como si lo fuera — bromeó Pato.

Suspiré. Al final terminamos de cenar y subí al cuarto. Debía dormir bien esa noche para estar completamente lista y preparada al día siguiente. Me esperaría una gran aventura en la ciudad.

-...-

Narra Peter:

Esa fiesta sería la última antes de empezar el segundo curso en la universidad. Mis fiestas eran las más divertidas de todas. La gente se moría por estar en ellas. La mayoría eran temáticas, y solamente gente muy exclusiva estaba invitada. Aunque todo el mundo quisiera ir... Pero, un cualquiera o una cualquiera no podía estar en mis fiestas. Si estuvieran, bajaría el nivel.

Justo en esta fiesta había 24 mujeres y 6 hombres. La verdad, yo era muy liberal con las mujeres, me gustaba estar con varias a la vez, y yo eso no lo veía como un mal. Yo las enamoraba a todas, y a ellas las daba igual que estuviera la una o con la otra, solo con la condición de pasar una noche conmigo. Literalmente, morían por estar conmigo, Juan Pedro Lanzani Vargas, el más fachero y lindo de todos.

Además de eso, había otra cosa. Algo que yo tenía como un objetivo antes de cumplir los 20 años. Mi pequeño secreto. En mi cuenta-ganados, llevaba el número de los encuentros sexuales que había tenido desde mi primera vez. Ahora mismo marcaba 365, y esperaba que esa noche contara 366.

En cuanto a la universidad, era la mejor de Buenos Aires. Mi padre pagaban mucha plata para que yo pudiera estudiar acá el grado de economía. Al terminarla comenzaría a trabajar en la empresa de mi padre, la cuál se dedicaba al petróleo. "Dónde haya petróleo, siempre hay dinero" me decía mi viejo cuando era chiquito. Y sí, el siempre dedicaba el dinero a mujeres, regalos para comprar a mí madre y para que esta no se diera cuenta de que la ponía los cuernos con otras tantas mujeres... Tal vez sería por eso, por lo que yo no quería tener una novia en serio, o formar una familia.

-...-

Narra Lali:

Finalmente el autobús llegó a la universidad. Un señor me ayudó a bajar la valija. Obedeciendo a mi padre, los llamé a él y a Pato nada más llegar. Y a Ana la mandé un SMS.

Después fui al edificio principal, para avisar en secretaria de que ya había llegado, y para que me dieran las llaves de mi cuarto en la residencia de estudiantes.

Salí del edificio, y tuve que andar unos cuantos minutos hasta llegar a la residencia. Otro chico, también estaba esperando para entrar. Lo miré, era muy lindo. Aunque parecía un poco adormilado:

— Hola, ¿sos nueva? — me preguntó con voz de resaca.

— Sí. Me dieron una beca.

— Ah... Peter, ¿vos?

— Mariana, pero me dicen Lali.

— Mmm, Lali, ¿te gustaría venir a una fiesta esta noche? Así te muestro todo esto y conoces gente, las clases empiezan en tres días, así que no te preocupes por la resaca.

¿Resaca? ¿Fiesta? Eran palabras desconocidas para mí. Tenía 18 años, era virgen, una vez había estado en una fiesta y me habían dado tan solo dos besos en mi vida.

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