Narra Lali:
Las cosas han cambiado bastante en esta última semana. Ya estábamos en mayo, y el frío está comenzando a notarse. No he vuelto a saber nada de Peter desde que nos peleamos. Pero bueno, mejor... Poco a poco lo estaba olvidando.
Le había dicho a Pato, para que no se preocupara, que Peter se había ido a un viaje de varias semanas con sus viejos. No le podía decir que me había pegado y que nos habíamos peleado, porque ya bastantes problemas teníamos de por sí.
Mi papá ya había salido del hospital y gracias a Dios, habíamos podido tapar el problema con Ana perfectamente. De momento, él no se había enterado de lo que había pasado con ella. Tan solo le habíamos contado que Eugenia podía ir presa. La policía también había sido buena con nosotros y le había ocultado lo de su hija mayor a mi viejo.
Pero, Pato y yo... Estábamos muy preocupados. Desde el lunes estábamos todas las mañanas en los juzgados esperando a que declararan alguna sentencia en contra de mi hermana. El padre de Agustín, era el que nos estaba ayudando a defender a mi hermana, y en verdad lo estaba haciendo bien.
Y ese jueves, por fin, declararon la sentencia. La tan temida sentencia. Pato y yo nos sentamos en el banco del público, y mi hermana y el papá de Agus, se sentaron en la enorme mesa en la que también estaba sentado el juez.
— Pido 3 años de cárcel para las dos acusadas — dijo el fiscal —, debido a un intento de envenenamiento con una pastilla muy peligrosa. Además, querían matar a una chica que estaba embarazada, familiar de una de ellas. Es poca condena para lo que han hecho. Le doy la palabra al juez, su Señoría el señor Marconi Ramos.
— Yo, declaro una sentencia, de 6 meses de prisión para ambas acusadas. Más una multa de 100000 pesos para cada una de ellas. Sino pueden pagarla, se cambiara por otros 3 meses más de privación de libertad.
El abogado de mi hermana nos miró sonriendo. Era una condena corta gracias a Dios.
— Perdón su Señoría, pero quiero decir algo al respecto.
— La sentencia ya esta clara.
— Es que mi cliente está esperando un hijo...
— ¿Está embarazada? — preguntó el juez asombrado. Nadie se lo había comentado —. ¿Por qué nadie me había avisado antes? Ahora mismo se anula la sentencia. Continuamos con el juicio por la tarde, ahora mismo se levanta la sesión — el juez se levanta, después todo el mundo y salimos de la sala.
Afuera, el abogado y Ana hablaron con nosotros, para comentarnos las ventajas que podía tener mi hermana por estar embarazada:
— Puede que la condena sea más reducida — dijo el abogado —, además que estará en una zona especial con mujeres embarazadas. Puedo pedir que la hagan revisiones médicas.
— Por favor, queremos el bien de mi sobrino — dijo Pato. Aún estaba enojado con ella, pero, era nuestra hermana, en el fondo, aunque nos hubiera hecho lo que nos había hecho, la queríamos mucho, y queríamos que su estancia en prisión fuera lo mejor posible.
— El bebé va a estar bien. Eso se lo aseguro. No creo que el juez aumente la condena en este caso, puede que la disminuya... O que la de mejores condiciones. Pero en ningún caso va a ir a peor.
Miré a Ana, quién sonreía tímidamente. Ay... En menudo lío nos había metido. Menos mal, que el juez no había sido malo.... El problema era pagar la multa de la condena. Había plata en la cuenta del banco de mi viejo, pero no creo que hubiera tanta. Pato trabajaba, pero en ningún caso ganaría tanta plata. Fue entonces, cuando recordé mi blog. Claro... Pero ahora sin Peter yo iba a necesitar esa plata. A ver sino como iba a mantener a los mellizos.
De repente, sentí como alguien me empujaba por el hombro. Miré para atrás y vi a Eugenia, sola, sin estar acompañada por su abogado.
— Hola Lalita.
— Eu, no te metas con mi hermana — dijo Pato apartándola suavemente de mi lado.
— Solo la dije hola.
— Es que eso ya nos molesta — dije.
— Exacto. Mejor que te vayas de acá, no eres bienvenida en esta familia — dijo Ana —. La has roto.
— Vos la rompiste — Eugenia empujó a Ana con fuerza. Pero Pato volvió a sacarla.
— Ándate — la dijo mi hermano.
— No quiero, antes quiero contarles algo.
— A ver, que tontería vas a decir ahora — dije revoleando los ojos.
— Peter, te dejó. Y justo después de pelear contigo, de pegarte una cachetada, se besó con Brenda.
¡¿Qué?! JUAN PEDRO IBA A MORIR. Lo peor era que mis hermanos se habían enterado.

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Embarazada
FanfictionUna novela Laliter. Ella, una chica de clase media, estudiosa y buena persona. Él, un mujeriego que quiere llegar a los 500 encuentros sexuales antes de los 20 años. ¿Podrán estar juntos algún día?