Conflicto de interés

Pensamientos

El combate, tal y como había imaginado Gladio, acabó con la derrota de los líderes del Team Skull. "Al fin y al cabo, estaban luchando contra Sun", pensó. Consideraba que no tenían mucha probabilidad de vencerle, teniendo en cuenta que ese chico había llegado hasta allí fácilmente en el poco tiempo que llevaba en el archipiélago.

Él se sentía mucho más confiado tanto en sí mismo, como en su equipo. Logró vencer a Francine; no sin cierta dificultad, debía admitir, pero lo había conseguido. También había tenido la oportunidad de luchar junto a Sun y no contra él. "Podríamos ser un buen equipo", se planteó. Pero ahora sólo le importaba que finalmente iba a tener una nueva ocasión de debatirse en un combate contra Sun. Habían hecho un trato y sabía que cumpliría su palabra.

El Team Skull, bajo la orden de Guzmán, se retiró desganado. Los reclutas observaban perplejos, casi asustadizos, a la pareja de niños.

Sun se mantenía poco expresivo, pero el rubio creyó que debía alegrarse de que la pandilla se marchara de una vez. Si bien el edificio había sufrido un considerable destrozo, ahora la gente podía estar tranquila.

Gladio se acercó a él y colocó la mano sobre su hombro, intentando llamar su atención. Sun alzó la mirada, ligeramente sorprendido.

El joven que ahora podía considerarse un rebelde, admiró nervioso la acción de su acompañante. Frunció el ceño, molesto al notar que su corazón, momentáneamente, fue más rápido de lo que debía.

—Creo que me debes un combate —murmuró el rubio, apartándose, incómodo.

Sun asintió. Segundos después fue a ayudar a los que momentos antes habían sido rehenes. Tras asegurarse de que todos estaban bien, se disponía a marcharse. Acababa de salir del edificio. Gladio lo detuvo. Éste observó alrededor, asegurándose de que no hubiera nadie más y, antes de irse sin dar explicación alguna, besó a Sun.