Hogar

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Sun se marchó a casa, cansado y feliz, pese a que se había sentido ligeramente avergonzado por lo sucedido con el helado. Tras haber sufrido tanta tensión en el combate múltiple contra el Team Skull, un relajado descanso en su propia cama era algo más que merecido. Al llegar a su habitación, saludó al pequeño Meowth que seguía merodeando; dejó su mochila, la gorra y sus Pokéballs sobre el escritorio, se quitó los zapatos y se recostó cómodamente sobre el colchón.
Sentía su cuerpo como si flotara sobre un mar de algodón. No tardó demasiado en quedarse dormido.

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