Voluntad

53 4 0
                                    

El joven entrenador se inclinó a fuerza de voluntad y apegó sus labios. Pasados unos segundos, volvió a separarse. Gladio se alzó para sentarse.

—Buenos días —le saludó al fin, perfectamente complacido, al tiempo que jugueteaba con su cabello.

El rubio le dio un nuevo beso, queriendo tenerle a su lado y no hacer nada. La situación fue distinta: Sun ladeó la cabeza, se giró y fue hasta su escritorio. Allí cogió la bandeja con el desayuno que había preparado, y la acomodó sobre el regazo de su visitante. Después, se sentó sobre el suelo y se limitó a mirarle, expectante a que decidiera comer.
Al ex-miembro del Team Skull le daba cierto reparo; no por tener a Sun haciéndole compañía, sino porque le estaba ofreciendo un desayuno. Su idea consistía, más bien, en darle varios mimos, decirle algunas cosas, y marcharse al poco tiempo, pero ahora tenía frente a él aquella bonita bandeja. Soltó un pequeño suspiro de determinación y empezó a comer. En algún momento agarró un pequeño pedazo de algo que lucía suave y esponjoso, y lo tendió frente al joven entrenador, invitándole a tomarlo. Éste los miró a ambos con duda, pero acabó cerrando los párpados, abrió la boca y se acercó a tientas para cogerlo. Y lo consiguió, aunque también habían acabado entre sus labios las puntas de los dedos de Gladio. Se alejó inmediatamente, a lo que él reaccionó con un pequeño sobresalto. Ambos sintieron una punzada de calor subiendo por sus cuerpos, que tan sólo duró lo que aquello había durado. Transcurrieron un par de segundos en silencio y el rubio soltó una burla. Terminó de comer con una sonrisa.

Conflicto de interésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora