Ingenuidad

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Guzma volvió a meter a su equipo en sus respectivas Pokéball con un evidente desgano en sus gestos, lentos y descuidados. Kukui relajó ínfimamente el rostro, cerró los ojos y echó un pequeño suspiro. Con su Pokémon que se había acercado a él en vigía, pudo girarse para comprobar que los niños estaban bien: les saludó con una cálida sonrisa. Mirando nuevamente a Guzma, consideró oportuno añadir algo más:

—Gracias.

El líder del Team Skull veía nuevamente a su antiguo compañero tal y como lo recordaba, feliz y con los labios en un gesto de alegría. Aunque en esa situación desde luego le molestaba, para sus adentros no podía hacer otra cosa que sentirse más relajado al confirmar que seguía siendo tan ingenuo como siempre.

—Vámonos, peña —ordenó al resto de miembros—. Aquí ya no hay nada que hacer.

Conflicto de interésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora