Conflicto de interés

Intención

Sun volvía entonces junto con Rockruff. Habían atravesado la puerta y se acercaban en silencio a la mesa. Gladio miró hacia su ubicación instintivamente, por lo que Tilo se giró en reacción.

—¿Qué ha pasado? —preguntó, siguiéndole con los ojos mientras se volvía a sentar.

La Rotomdex salió de su escondrijo con presteza y les hizo un pequeño resumen. El joven entrenador apenas había hecho algún esfuerzo en decir nada, pero ello quedó en segundo plano. Estaban todos mirando la pequeña pantalla azulada, que se movía constantemente.

—...Así que, en resumidas cuentas, el Profesor tratará de hablar con Guzma —terminó de explicar el pequeño Pokémon.

Tilo seguía aún con un gesto confuso. Era consciente de que Gladio había dejado al Team Skull, y que había incluso combatido contra ellos. Por tanto, había cambiado. Quería cambiar. Sin embargo, aún le costaba imaginarse que alguien como Guzma tuviera las mismas intenciones. No le entraba en la cabeza.

Gladio pasó a tener una expresión que, bien analizada, denotaba cierta esperanza. Cierto alivio. Abrió ligeramente la boca, sin pensar, al igual que sus cejas se alzaron de manera muy sutil. No dijo nada.

Sun únicamente había esbozado una sonrisa y se había limitado a escuchar. Al conocer los hechos, pues fue él quien consiguió la futura reunión, había adquirido la posibilidad de observar su entorno. Sus ojos se habían plantado, inicialmente, en Tilo. Su rostro desconcertante le hizo gracia. Pasó entonces a Gladio. Al ver los pequeños cambios de su gesto, sintió cierto nerviosismo. Había notado algo así como un pequeño y suave pinchazo en el pecho, y tanto sus mejillas como la punta de su nariz se sentían con un endeble hormigueo. No pudo mantener la mirada. La apartó de sopetón y se quedó entonces observando la comida. De repente notó su cuerpo algo cansado. Le subió el hambre. Sin darle muchas más vueltas, alargó el brazo y agarró una malasada. Le dio un mordisco, y el pedazo cayó sobre su paladar. Sabía dulce.