Conflicto de interés

Isla

Mimikyu se mostró más abierto a la proximidad de Tilo, el cual trató de acariciarle con lentitud y esmero. Tan sólo lo hizo un par de veces, cayendo en su mente la idea de presentarle a Raichu. Se alejó con cuidado y ya con un gestó ágil y rápido, sacó a su Pokémon. Raichu apareció con un animoso saludo, dando un giro alrededor de su entrenador. Cuando vio al pequeño Mimikyu, el brillo de sus ojos destacaba aún más.

Gladio le llamó la atención al peliverde, informándole sobre lo que habían descubierto hasta entonces sobre el Team Skull. Tilo escuchaba con atención, un poco sorprendido, pero muy intrigado también. Mientras ellos conversaban, Sun jugueteaba con los dos Pokémon.

El rubio soltó un suspiro y le pidió que, si se cruzaba con algún amigo más, les contase lo mismo. Así sería más fácil contactar con los miembros del Team Skull y, posteriormente, coordinar la ayuda. Se volvió hacia Sun y le preguntó con la mirada si quería seguir ahí o si prefería continuar con el paseo. El joven entrenador se puso en pie, dispuesto a andar por el resto de la isla.

Para sorpresa de todos, Mimikyu estiraba sus brazos hacia Raichu, queriendo abrazarse. Sun lo dejó en el suelo, tras lo cual el Pokémon se apegó cariñosamente al de Tilo.

—¡Woooah...! —musitó el peliverde—. ¡Sun! ¿Puedo quedármelo? —preguntó entusiasmado—. ¿Puedo? ¿Puedo? ¡Le enseñaré muchas cosas! ¡Raichu puede darle una vuelta sobre su cola!

Sun asintió. Gladio se acercó a él y tendió la mano sobre la suya, haciéndole una señal con la cabeza para marcharse ya. Se despidieron de Tilo y los Pokémon, y caminaron cuesta arriba. Se limitaron a mirar hacia el frente, y sólo al frente. Jugueteaban con sus dedos, enredándose entre sí, provocándoles una sonrisa involuntaria. Deslizaban los ojos de una parte a otra a través del paisaje verdoso, hasta que en algún momento se detuvieron sin pensar y se besaron mutuamente al tiempo que juntaban las manos. Después, siguieron caminando.