Islote

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Sun dirigió al Sharpedo de manera semi-circular, directo a un pequeño islote perpendicular a la cabaña del profesor Kukui, consistente sólo de arena y una especie de muro rocoso en el lateral que apunta hacia la costa de Mele-Mele. El joven entrenador hizo que se detuviera en el lateral inverso, junto a su pequeño ámbito costero, y esperó a que Gladio bajara.

El rubio se separó cuidadosamente y plantó los pies sobre la arena, ayudando entonces a su compañero para que pudiera bajar con más facilidad de la montura. Acto seguido, acariciaron al Pokémon como agradecimiento y dejaron que se marchara.

—Un lugar tranquilo, ¿eh? —musitó Gladio mientras observaba el reducido espacio en el que se encontraban—. Alejado de la gente.

Sun se quitó el casco y deslizó la mochila sobre sus brazos con la intención de cambiarse nuevamente la ropa, pero su acompañante le tocó sobre el hombro para que se detuviera. Gladio se quitó entonces su propio casco, dejándolo caer sobre la arena, y tras enredar su mano con la de Sun, fue hacia una de las pequeñas rocas de los bordes, se sentó y metió los pies en el agua, expectante a que hiciera lo mismo. El joven entrenador siguió sus movimientos y se sentó junto a él.

Se dedicaron entonces a agitar suavemente sus piernas en el mar, observando bajo las aguas cristalinas el imperturbable movimiento de los Wishiwashi.

Conflicto de interésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora